Las previsiones económicas para nuestro país en el año 2024 son moderadamente optimistas. Por ejemplo, la OCDE pronostica un crecimiento del PIB del 1,5%, mientras que el FMI espera un incremento del 1,7% y el Banco de España augura un incremento del 1,8%.
Ésta es sólo una muestra de los múltiples vaticinios de diversos organismos e instituciones que se agolpan en el último trimestre del año, pero nos sirven para apreciar que existe cierto consenso respecto al previsible comportamiento de nuestra economía en el año próximo.
Sin embargo, si algo hemos aprendido en los últimos años —o deberíamos— es que vivimos en un mundo altamente volátil y en el que todo está interconectado, donde el encallamiento de un barco en el Canal de Suez puede paralizar el comercio internacional o en el que una enfermedad puede obligarnos a quedarnos encerrados en nuestras casas durante días.
¿Qué podría pasar en 2024?
Ante tal escenario de incertidumbre, conviene estar preparados ante algunos de los posibles riesgos que se vislumbran en el horizonte para 2024.
1. Descarbonización y crisis de tierras raras
Sergi Simón, autor del estudio ‘Global Risk Analysis: Horizonte 2024’, de EALDE Business School y coordinador del área de riesgos de dicha escuela de negocios, recalca que la sostenibilidad ha irrumpido de forma decisiva en los últimos años.
La sostenibilidad pone en el centro del cambio a todo el sector financiero, sustentándose sobre la idea de que el propio capital sea el catalizador del cambio. Así pues, se debe hacer fluir el capital hacia las actividades que se consideren sostenibles. Y las empresas que no sean sostenibles tendrán un acceso al capital más difícil y costoso.
De este modo, las empresas tendrán que analizar e informar acerca del impacto en el medio ambiente y en la sostenibilidad que tiene su actividad. Incluso tendrán que ofrecer un reporte al respecto, donde tendrán que evaluar cómo puede afectar la sostenibilidad a su rendimiento y solvencia, tal y como contábamos. Y esto condicionará el apoyo que reciben de bancos, aseguradoras e inversores.
EALDE Business School desvela que las primeras actividades que sufrirán la dificultad de acceder al capital serán aquellas que estén más carbonizadas, es decir, más dependientes de los combustibles fósiles. Las empresas del sector energético no renovable también se verán expuestas a riesgos de desinversión por parte de accionistas.
2. Efectos del cambio climático
La frecuencia e intensidad de los eventos catastróficos de origen natural es evidente y compromete el normal funcionamiento de las actividades de las empresas. Entre este tipo de eventos hay algunos de origen físico (desprendimientos, movimientos ladera y similares, etc.), de origen meteorológico (precipitaciones intensas, ventiscas, ciclones, huracanes…) o hidrológicos (inundación fluvial y pluvial, inundación costera o sequía).
La escuela de negocios hace una distinción entre riesgos agudos y crónicos. Los primeros son eventos extremos, normalmente de tipo local y de ocurrencia súbita, como olas de calor, precipitaciones extraordinarias o inundaciones. Los crónicos son de ámbito más regional y de ocurrencia progresiva, como la desertificación o subida del nivel del mar.
Por ejemplo, el estudio pone el acento en que la crisis del agua, entendida como un potencial aumento del estrés hídrico de muchas regiones del planeta, debería considerarse de análisis prioritario en muchos sectores en 2024.
3. Inteligencia Artificial y datos
La Inteligencia Artificial ha sido la tecnología que ha acaparado todo el protagonismo en el año que ahora concluye. Sin embargo, todavía no hemos visto nada más que la punta del iceberg.
El informe adelanta que la computación cuántica acabará por llevar a la Inteligencia Artificial y a la computación en general a límites insospechados, generando un efecto disruptivo nunca visto en la historia de la Humanidad.
Simón advierte que el uso de inteligencia artificial ofrece muchas ventajas y oportunidades, pero también presenta enormes riesgos. Por ejemplo, posibles sesgos en los algoritmos pueden discriminar a determinados colectivos. Y esta tecnología también puede ser empleada con fines maliciosos para perjudicar a nuestra reputación mediante deepfakes.
Por otro lado, no conviene subestimar la creciente dependencia del flujo de información y de la transferencia de datos a través de internet en un mundo en el que todo está en la nube. Esto hace que las empresas e instituciones queden excesivamente expuestas ante una posible interrupción de esas conexiones.
4. Crisis de talento
Se refiere a la dificultad que muchas empresas tienen para reclutar y retener empleados capaces de comprometerse con su trabajo a un nivel de desempeño óptimo.
Los expertos de EALDE Business School indica que para mitigar este riesgo conviene planificar la flexibilidad laboral, tener menos dependencia del factor humano —digitalizar y robotizar— y desarrollar planes de carrera en la empresa con itinerarios de crecimiento profesional.
Además, señalan que la empresa debe valorar qué puestos de trabajo son críticos y determinar en qué medida hay una crisis de falta de talento, de falta de compromiso o de fata de lealtad a largo plazo.
5. Conflictos geopolíticos, guerras y terrorismo
La escuela de negocios indica que conviene valorar estos posibles escenarios en términos regionales, dividiendo el mundo en grandes áreas y haciendo un análisis de dependencia de nuestra empresa ante lo que suceda en cada una de esas regiones.
Por ejemplo, ante un conflicto como el de Rusia y Ucrania, hay que analizar nuestra dependencia de los recursos de esos países: energía, agua, materias primas, productos elaborados, servidores, etc.
“Además, debemos tener en cuenta que los conflictos geopolíticos no se materializan necesariamente en guerras al uso. La mayor parte de las veces, geopolíticos se materializan en términos de guerra comercial”, señala Simón.
Con la vista puesta en 2024, este año estará marcado por los conflictos bélicos activos entre Rusia y Ucrania e Israel y Palestina. Respecto a este último, hay que tener en cuenta que puede desencadenar una escalada que extienda el conflicto a nivel regional.
Por otro lado, se puedan intensificar las tensiones entre otros países como China y Taiwán o Corea del Norte y Estados Unidos.
Y asociadas a los conflictos geopolíticos, especialmente los bélicos, nos enfrentamos a grandes crisis migratorias en forma de éxodo de refugiados que deben ser considerados, ya que pueden afectar a nuestra empresa.