Si ya con la guerra entre Rusia y Ucrania se empezaron a torcer las cosas, la nueva escalada de tensión bélica entre Israel y Palestina supone una preocupación adicional para las empresas y la economía.
La guerra en la zona de Oriente Próximo plantea desafíos significativos para la economía española y europea, confiando en que las autoridades se mantengan vigilantes para abordar las posibles repercusiones. Dos de las preocupaciones inmediatas, desde el punto de vista económico, son el aumento en el precio del petróleo y la intensificación de la inflación.
Subida de los precios del crudo
La guerra en Ucrania generó en su momento un incremento en los precios de la gasolina y el gasóleo. Tampoco ahora los precios del crudo han tardado en escalar. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el barril de Brent, de referencia en Europa, terminó el pasado 13 de octubre en el mercado de futuros de Londres en 90,90 dólares, un 5,70% más que al finalizar la sesión anterior.
Ni Palestina ni Israel son países productores de petróleo, pero sí lo son los países colindantes. En toda la zona de Oriente Próximo se concentra alrededor del 30% del petróleo que consumimos los europeos con países clave como Irán, Arabia Saudí, Qatar o Kuwait. Si el conflicto se extiende a toda la zona, la situación se agravará de manera considerable.
El gas
Es otro de los productos que se está viendo afectado, con subidas de hasta un 50% durante la segunda semana de octubre. Algunos analistas consideran el mercado del gas casi más frágil que el del petróleo dada la escasez de la oferta. No hay que alejarse mucho para recordar los sucesivos altibajos del precio de la materia prima energética que sufrimos el año pasado.
Posible recesión
Un incremento en el precio del petróleo y del gas contribuiría a aumentar la inflación, un problema que venimos arrastrando desde la guerra de Ucrania y que aún no hemos resuelto. Si la situación se endurece, los bancos centrales se verían obligados a mantener unos tipos de interés cada vez más elevados. De prolongarse este escenario durante mucho tiempo, algunos países podrían entrar en recesión.
Las exportaciones
Por otro lado, la guerra siempre afecta al valor de las exportaciones. En el caso de España y desde el punto de vista económico, preocupa, sobre todo, la evolución de Israel por ser el país en conflicto con el que tenemos relaciones comerciales más estrechas, pese a representar solo el 2% del total de nuestras exportaciones.
Según datos del ICEX y del Ministerio de Asuntos Exteriores, España ocupa el puesto número 12 en el listado de países a los que más importa Israel. En total, España obtuvo en 2022 un intercambio comercial de 3.157 millones de euros con Israel, alcanzando una cifra récord de 2.170 millones de euros en exportaciones, con un incremento del 20,2% respecto al año anterior.
En el gráfico que acompaña a este artículo pueden verse los datos relativos al comercio entre ambos países correspondientes al año 2022, cuando las relaciones comerciales con el país hebreo alcanzaron cifras récord, tanto de exportaciones como de importaciones.

Algunas de las empresas españolas más afectadas
Son varias las empresas españolas que han visto alteradas sus relaciones comerciales en la zona tras el ataque sorpresa de Hamás a Israel. Estos son algunos de los ejemplos más representativos.
Constructoras
Ni ACS ni Sacyr que, en su momento llevaron a cabo la ejecución de proyectos millonarios en infraestructura, mantienen ahora actividad en la zona de conflicto. Distinto es el caso del fabricante vasco de trenes CAF que tiene actualmente dos grandes proyectos en Israel, ambos en consorcio con la constructora israelí Saphir, para el desarrollo de la línea de tren ligero Purple Line en Tel Aviv y de las líneas verde y roja de Jerusalén.
Por su parte, Comsa, empresa con sede en Barcelona, también tiene vínculos comerciales con Israel. La constructora fue contratada para operar una línea de tranvía desde Jerusalén a Palestina. Un proyecto en el que intervienen otras tres empresas españolas: CAF, GMV y TYPSA. Se trata de un proyecto considerado ‘ilegal’ por la Autoridad Nacional Palestina por entender que conecta zonas ocupadas por Israel.
Transporte
En consonancia con muchas otras aerolíneas europeas, Iberia Express, propiedad del holding de aerolíneas IAG, igual que Vueling, anunciaron la cancelación temporal de sus vuelos directos con origen o destino a Tel Aviv.
Las navieras, por su parte, han modificado las rutas de sus cruceros, eliminando las escalas en la zona. Es el caso de MSC Cruceros y Celestyal Cruises.
Retail
En este apartado, nos encontramos con marcas como Inditex, que anunció el cierre temporal de 84 tiendas franquiciadas de Zara en Israel, adoptando la misma medida para su marca Pull&Bear; Mango, que ha cerrado casi un centenar de tiendas, o la cadena de joyerías Tous.
Turismo
Las patronales de agencias de viajes como CEAV, UNAV o Acave informaban a Europa Press de la cancelación de numerosas operaciones en la zona.
Banca
Aunque por ahora el efecto sobre los mercados financieros está siendo limitado, algunas entidades como BBVA o Banco Sabadell, Bankiner, Banco Santander, Unicaja o CaixaBank notaron las consecuencias de conflicto durante los primeros días.
También las hay que ganan
En el otro platillo de la balanza, cabe también citar a algunas compañías a las que el conflicto, aunque sea sin quererlo, les procura mayores ganancias. Entre estas, podría hablarse de Indra, como propietaria de Santa Bárbara, cuya actividad se centra en el material de Defensa, o Repsol, energética que podría beneficiarse por sus actividades ligadas al petróleo.
