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El impacto de los aranceles en el comercio internacional y en la economía española
Guillermo Rivas-Plata Colaborador de Deusto Formación y secretario general de ACOCEX

El impacto de los aranceles en el comercio internacional y en la economía española

Este experto analiza por qué Trump ha impuesto aranceles a la mayoría de países y cómo afectará esto a España dentro de la Unión Europea

09/04/2025  Redacción EmprendedoresFirmas
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El impacto de los aranceles en el comercio internacional y en la economía española

El comercio internacional es un componente esencial de la economía global, y los aranceles juegan un papel importante en su regulación. Su objetivo es proteger la industria nacional y generar ingresos, pero sus efectos trascienden estos propósitos y afectan a todos los niveles económicos.

En la última década y, especialmente, en las últimas semanas, tras el anuncio proteccionista de la administración Trump en Estados Unidos el 2 de abril, los aranceles se han convertido en un importante tema de debate.

Como es sabido, los aranceles suponen un incremento en los costes del producto en el momento de ser importados en un país. Este aumento de precios se utiliza para encarecer los productos extranjeros y, de este modo proteger la producción local.

Si bien esto puede beneficiar a ciertos sectores nacionales al reducir la competencia extranjera, también puede desencadenar efectos indeseables, ya que, tal y como ha ocurrido, puede incitar represalias de otros países, dando lugar a una escalada de barreras comerciales que interrumpen los flujos comerciales y, en última instancia, afectan al crecimiento económico.

El impacto de los aranceles en el comercio internacional y en la economía española

La administración de Donald Trump, en su intento de corregir lo que percibía como desequilibrios comerciales, al imponer esta serie de medidas arancelarias a países en todo el mundo, confía en la premisa de que en un futuro esto ayudará a reducir el déficit comercial y proteger las industrias nacionales, especialmente aquellas relacionadas con la manufactura y la tecnología.

Según Donald Trump, Estados Unidos «se ha dormido» en los últimos 4 años llevándola a perder posicionamiento e influencia en el mundo. Además, considera que ha tenido que soportar costes de estructuras y organismos internacionales en los que participa, poniendo más recursos, personas y capital que sus socios y esto ha generado una mayor descapitalización de USA.

Con la imposición de aranceles, cree que puede potenciar la fabricación de productos en Estados Unidos, por lo tanto, atraer nueva inversión que genere empleo y fomentar que el consumidor americano compre producto nacional.

Su objetivo también es que la producción americana de algunos sectores estratégicos vuelva a ser importante frente a la producción china y de otros países como Vietnam o Corea del Sur, donde los costes de producción y las subvenciones a la exportación hacen que sus productos sean más baratos.

Trump aplicó diferentes tasas impositivas a distintos países debido a las negociaciones bilaterales y a las relaciones comerciales específicas con cada uno, priorizando acuerdos que, según su visión, beneficien a los intereses estadounidenses.

En Europa se ha impuesto una tasa promedio del 20 %, de momento sin diferencias para el producto si este se fabrica en Italia, Francia, Letonia o España. En términos de comercio, Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de España, pero como miembro de la Unión Europea, España no puede establecer sus propias políticas arancelarias de manera unilateral.

Sin embargo, los aranceles impuestos por EE.UU. a los productos de la UE afectan directamente a los productos españoles. En 2024, España realizó más de 2 millones y medio de operaciones de exportación a Estados Unidos, alcanzando un valor superior a los 18 billones de euros, según datos de comercio exterior de la Cámara de España y Aduanas.

Los sectores más afectados, según el valor de sus exportaciones, son los productos para fabricación alimenticia o cosmética, los productos farmacéuticos, la maquinaria, los aparatos mecánicos y el material eléctrico, entre otros productos. Otros sectores importantes y que pueden ser más vulnerables son el alimentario (hortalizas, frutas y bebidas), la industria química, las manufacturas de piedra o las de fundición de hierro y acero.

Es importante destacar que, aunque el impacto varía según el sector, la consecuencia general es la misma: una reducción en la competitividad de los productos españoles frente a los de otros países no sujetos a aranceles adicionales. Esto obliga a las empresas a adaptarse, ya sea buscando nuevos mercados o ajustando sus precios para absorber los costos adicionales.

El impacto de los aranceles en el comercio internacional y en la economía española

Los dos efectos más temidos en España como consecuencia de esta nueva situación son la inflación y el desempleo. La relación entre aranceles y la inflación es compleja. Si los aranceles sobre productos importados aumentan, es probable que los precios de los productos finales también suban, lo que puede contribuir a la inflación.

Y si lo planteamos desde la posición de los fabricantes españoles que quieran seguir exportando a Estados Unidos, al ver que sus productos estarán gravados con un 20 % de arancel en Estados Unidos, tendrán que plantear cómo reducir costes o perder margen comercial y beneficio empresarial. O cambiar su estrategia de internacionalización, pasando de vender un producto terminado, a enviar productos semiterminados o semielaborados y terminarlos de producir en Estados Unidos, antes de ser importados.

Además, si las empresas españolas ven reducido su volumen de exportaciones a Estados Unidos, la reducción de los ingresos podría tener un efecto en la economía interna, ya que las empresas podrían recortar empleos o disminuir su producción para ajustarse a las nuevas realidades comerciales.

En este contexto, es crucial que las políticas comerciales se gestionen con cuidado y que, a nivel europeo, se sigan buscando soluciones diplomáticas y comerciales que garanticen que el comercio internacional continúe siendo una vía de crecimiento y colaboración entre naciones, sin caer en el proteccionismo destructivo.

Quedan meses por delante para ver la postura final de Estados Unidos y de la Unión Europea, que ya ha avanzado que podría reducir aranceles a tipo 0% a productos “estratégicos fabricados en Estados Unidos” con tal de incentivar la economía entre ambos bloques y que no afecte a los consumidores. Veremos.

Guillermo Rivas-PlataColaborador de Deusto Formación y secretario general de ACOCEX
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