El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado la guerra comercial al mundo. El terremoto que están provocando sus aranceles ya están provocando la caída de los mercados financieros y todavía es difícil calcular las consecuencias que puede llegar a tener en la economía mundial.
Pero está claro que se trata de un juego en el que perdemos prácticamente todos los países. Sin embargo, parece hay un gran beneficiado de esta situación: China. El gigante asiático saca ventaja porque emerge como un socio comercial al que dirigirse ante el aislacionismo de Estados Unidos.
Aunque también se puede beneficiar Rusia, puesto que las medidas desplegadas por el presidente estadounidense podrían sembrar discrepancias en el seno de la Unión Europea respecto a la mejor manera de responder, debilitando así la cohesión en la región.
Por el momento, la UE actúa con cautela y se muestra abierta a la negociación, aunque advierte de que también tiene armas con las que contestar a los aranceles de Trump, ya sea endureciendo la regulación sobre las empresas estadounidenses que ofrecen sus servicios en Europa —como Meta, Google o Apple, por ejemplo— o buscando otro socio comercial para su plan de rearme, por ejemplo.
Los aranceles reducirán las exportaciones
La primera consecuencia clara de los aranceles del 20% impuestos por Estados Unidos a todos los productos procedentes de la UE será la reducción de las exportaciones de las empresas españolas a aquel país.
La Cámara de Comercio de España señala que el impacto sobre las exportaciones de nuestras empresas a Estados Unidos será limitado, como contábamos en EMPRENDEDORES. Esto se explica porque nuestra balanza comercial con Estados Unidos en deficitaria (importamos más de lo que exportamos) y porque que las ventas de España a aquel país representan menos del 5% de nuestras exportaciones totales. De este modo, la reducción de estas exportaciones apenas supondría una reducción del PIB en torno al 0,21% anual.
Pero esto no quiere decir que sea un mercado irrelevante para nosotros, ya que el valor de las exportaciones de España a Estados Unidos superó los 18.000 millones de euros en 2024. Además, es nuestro segundo mercado extracomunitario, después del Reino Unido.
La Cámara de Comercio de España calcula que la salida de productos nacionales hacia Estados Unidos se contraerá en torno al 14,3%. No obstante, cree que la caída podría alcanzar el 18,4% en un escenario de impacto máximo. En cualquier caso, la reducción no será menor del 10,1%.
Los pronósticos que ofrece el Club de Exportadores e Inversores son algo peores. “Las exportaciones españolas a Estados Unidos podrían reducirse hasta un 25%, con pérdidas cercanas a los 4.300 millones de euros y un efecto sobre el PIB español algo inferior al 0,3%”, declara su presidente, Antonio Bonet.
Los sectores más afectados
Por otro lado, la Cámara de Comercio de España hace hincapié en que el impacto de los aranceles de Estados Unidos sobre las importaciones procedentes de España será diferente según el tipo de producto, dependiendo del arancel medio aplicado en la actualidad, del valor de las exportaciones de los distintos bienes y de la sensibilidad de cada capítulo exportador a estos cambios.
“Entre los principales grupos de bienes exportados por España a Estados Unidos en 2024 destacaron los bienes de equipo (principalmente, maquinaria, material eléctrico, equipos electrónicos y motores de todo tipo: propulsión, hidráulicos, de émbolo, propulsores, eléctricos, etc.; y para vehículos tractores, automóviles, motocicletas, barcos, construcción, etc.) y semimanufacturas (en especial, productos químicos-farmacéuticos o material de construcción), así como productos agroalimentarios (con particular peso de aceites y grasas)”, desgrana la Cámara de Comercio de España.
La institución vaticina que el sector de las máquinas, aparatos mecánicos y aparatos y material eléctrico será el más perjudicado, ya que es el que concentra mayores ventas al país norteamericano. “En concreto, la disminución media de las exportaciones españolas de este grupo podría ser del 22,1%”, detalla.
También se verán muy perjudicadas las ventas de productos químicos y farmacéuticos, que son significativas. “Un arancel del 20% podría disminuir estas exportaciones en un 13,1%”, puntualiza. En cuanto a metales y sus manufacturas, indica que “el impacto sería menos severo, con una reducción que podría llegar al 8,1%”.
Asimismo, Bonet afirma que “el impacto sectorial sería desigual”. “Las exportaciones españolas a Estados Unidos en 2024 de maquinaria y material eléctrico se situaron en 5.200 millones de euros; en el sector químico-farmacéutico, fueron de 3.500 millones de euros; en la industria metalúrgica las cifras alcanzaron los 540 millones de euros, siendo 413 millones de hierro y acero y 123 millones de metales no ferrosos, como aluminio; y en el sector agroalimentario las exportaciones fueron de 3.400 millones de euros, destacando los 390 millones de dólares del sector vinícola”, pormenoriza.
Al hilo de ello, advierte que esta guerra arancelaria podría afectar particularmente a nuestras bodegas, como apuntábamos en esta noticia, puesto que “la posible imposición de aranceles del 200% podría expulsar prácticamente al vino español del mercado estadounidense, que actualmente representa exportaciones por valor de 390 millones de euros”.
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) se muestra muy preocupada por esta amenaza y valora positivamente las medidas anunciadas por el Gobierno para paliar las consecuencias de la imposición de aranceles por parte de la Administración Trump.
Sin embargo, confía en que el problema se solucione por la vía diplomática y reseña que se debería “ayudar a las empresas a reducir costes regulatorios, aumentar la productividad y adoptar otras medidas en beneficio de la competitividad de las pymes”.
Además, insiste en que “hay que promocionar e impulsar nuestros productos en Estados Unidos y no buscar sustituir aquel mercado, el más importante para nuestras exportaciones fuera de la Unión Europea”. No obstante, reconoce “la importancia estratégica que representa la diversificación y la ratificación de acuerdos comerciales con otros países”.
Posibles impactos indirectos
La Cámara de Comercio de España recuerda que, si bien el impacto directo de los aranceles de Trump será limitado para nuestras empresas, hay que tener en cuenta los posibles efectos indirectos.
“Por un lado, las menores ventas de los sectores afectados podrían trasladarse al resto de la economía por la vía de una menor demanda de los productos y servicios intermedios necesarios para su producción. Por otro lado, el impacto que los aranceles norteamericanos podrían tener en los principales socios comerciales de España, como Alemania, Francia o Italia, repercutiría negativamente en el crecimiento económico de estos países y/o en una menor demanda de inputs españoles para sus procesos de producción, lo que se traduciría en una menor demanda de productos y servicios fabricados en España”, aclara.
De igual modo, reseña que “a todo ello se añadirían los eventuales efectos sobre la menor exportación de servicios (transporte, logística, seguros, servicios de reparación y postventa, servicios financieros, etc.) vinculados a la propia exportación de bienes”.
Por otro lado, el presidente del Club de Exportadores e Inversores explica que la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a muchos países previsiblemente desviará el comercio de los mismos. “Productos de terceros países, como Japón, Corea o Vietnam, que antes se exportaban a Estados Unidos, ahora tratarán de venderse en la propia UE o en terceros países, desplazando a exportaciones españolas y europeas o a la producción local”, subraya. Hay que tener en cuenta que los países asiáticos son los más afectados por los aranceles de Trump, como ya destacábamos aquí.