Los inversores siempre buscan proyectos con los que puedan sacar rendimiento. Sin embargo, la inversión de impacto nos muestra una nueva manera de hacer las cosas.
Hablamos de inversiones que tratan de obtener un retorno económico, como es lógico, pero con la intención de que dicha financiación genere también un impacto social o medioambiental positivo.
Según un informe elaborado por SpainNAB y Esade Center for Social Impact, del que nos hacíamos eco en EMPRENDEDORES, los activos bajo gestión en inversión de impacto en España crecieron un 58% interanual en 2022, hasta alcanzar 1.208 millones de euros.
En las últimas semanas estamos viendo algunos ejemplos de operaciones que encajan en esta categoría de inversión de impacto, que vemos a continuación.
Construcción sostenible y neutra en carbono
Cubicup acaba de cerrar una ronda de inversión de un millón de euros. La compañía opera en Madrid y Valencia y tiene como objetivo expandirse a Barcelona en los próximos meses, fortaleciendo así su posición en el sector constructech.
Está especializada en proyectos integrales de reforma de viviendas en el centro de las ciudades, aprovechando el potencial de su plataforma tecnológica, que ofrece un servicio ‘llave en mano’ para el diseño y la construcción.
Cubicup crea un gemelo digital en 3D a través de BIM (arquitectura modular), digitalizando y automatizado así todo el proceso constructivo, desde el presupuesto hasta los planos constructivos.
A la par, integra el impacto de la cadena de suministro desde el diseño del proyecto, trabajando únicamente con proveedores certificados. Además, calcula la huella de carbono y la eficiencia energética de cada proyecto, buscando siempre mejorar su certificación energética.
La empresa facturó 4,4 millones de euros en 2023 y hasta la fecha ha completado más de 200 proyectos, evitando así las emisiones de 32.400 toneladas de CO2.
La ronda de financiación ha sido liderada por el Fondo Bolsa Social, una plataforma de inversión social participativa de la que ya hemos hablado en alguna ocasión, con motivo de la operación de financiación propia protagonizada por la compañía o de la ronda preseed de la edtech todd.co, en la que también participó.
Además, Cubicup ha contado con el apoyo de inversores como DraperB1, Dozen Investments, Sophic y Daltia, entre otros.
Una apuesta por la optimización energética
La segunda operación que recogemos es la de Articae, empresa especializada en soluciones de optimización energética. La compañía, acelerada por Bcombinator, ha cerrado una ronda de inversión por valor de 200.000 euros, financiación que se ha distribuido equitativamente entre inversores privados y préstamos participativos.
Esta inversión, complementada por una financiación pública de más de 400.000 euros obtenida en 2023, ayudará a Articae a concluir el desarrollo de su plataforma Cirrus AI.
Se trata de una herramienta de optimización energética que permite a las empresas mejorar la eficiencia de sus instalaciones, reduciendo significativamente los costes operativos asociados al consumo eléctrico.
Además, Articae se enfocará en la expansión de sus soluciones en el mercado español y europeo, centrándose específicamente en sectores clave como alimentación y bebidas, industrias del plástico, almacenes logísticos y edificios terciarios.
Financiación para terapia celular
La última financiación de la que vamos a hablar es un poco diferente. En este caso, nos referimos a la financiación de un proyecto para diseñar con inteligencia artificial y producir partículas virales de nueva generación que se aplicarán en terapias avanzadas.
Este proyecto es fruto de la unión de investigadores de las empresas VIVEbiotech, Integra Therapeutics y OneChain Immunotherapeutics, el departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), el Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB-CSIC) y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
Esta colaboración busca el desarrollo de partículas que se podrían utilizar en las inmunoterapias, como el tratamiento por CAR-T, para tratar múltiples cánceres y enfermedades raras como la anemia familiar por deficiencia de la piruvato quinasa.
El proyecto ha sido seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y el Centro para el Desarrollo Tecnológico y de Innovación (CDTI) después de valorar el impacto que puede generar en la salud. Se llevará a cabo entre 2024 y 2027 y recibirá una financiación 3,8 millones de euros, en el marco del programa TransMisiones.