Para contrarrestar la falta de fondos que financien el emprendimiento científico suelen intervenir las instituciones públicas. Sin embargo, España no es todavía capaz de canalizar todo su potencial.
Valga como referencia el hecho de que pese a que nuestro país figura hace tiempo en el top-10 de la producción científica mundial, ocupa el puesto número 29 del Índice Global de Innovación de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) índice que Suiza lleva encabezando 14 años consecutivos.
Transferencia de conocimiento
Para hablar de ciencia y emprendimiento entrevistamos a Pepa Limeres, coordinadora de programas de Ciencia de la Fundación Botín. Esto es lo que nos cuenta:
EMPRENDEDORES: ¿Qué tiene que ver la Fundación Botín con el emprendimiento científico?
PEPA LIMERES: La Fundación Botín lleva 25 años impulsando la transferencia de conocimiento académico a la sociedad, de modo que los resultados científicos sirvan de base para generar soluciones que den respuesta a las necesidades y retos sociales.
En este tiempo, una de las formas en las que se ha canalizado esta transferencia tecnológica ha sido a través de la creación de nuevas empresas que han desarrollado y están desarrollando nuevos productos y servicios de base científica para mejorar la salud y la calidad de vida de la población, desde nuevos test de diagnóstico oncológico a novedosas terapias avanzadas para el tratamiento de enfermedades hasta la fecha incurables.
Además, desde 2010, a través de nuestro programa Mind the Gap prestamos apoyo específico a proyectos de bioemprendimiento en salud, a los que proporcionamos los recursos que necesitan en sus primeras fases de desarrollo, tanto inversión (hasta medio millón de euros) como acompañamiento profesional a los equipos emprendedores.
EMP.: ¿Por qué habría que apoyar especialmente a este tipo de emprendimiento cuando apenas hay unicornios mundiales nacidos desde un laboratorio?
P.L.: Las empresas emergentes de base científica desempeñan un papel diferencial al posibilitar el abordaje de retos locales y globales complejos como los relacionados con la salud, la sostenibilidad y la energía.
La complejidad de estos problemas exige la integración de capacidades y equipamientos que no están al alcance de las startups tecnológicas convencionales, y a la vez requiere un dinamismo y flexibilidad del que carecen las grandes corporaciones, mientras que las empresas de base científica aúnan ambas características.
Al invertir en emprendimiento científico, el riesgo es mayor que en otras empresas que buscan obtener ganancias rápidas, pero, en cambio, tienen un mayor potencial de introducir transformaciones profundas y duraderas en el tejido productivo que den lugar a impactos beneficiosos para la sociedad, fomentando la prosperidad basada en la innovación, el conocimiento y el talento.
Esto no significa que el emprendimiento de base científica esté reñido con la rentabilidad económica, como lo demuestran casos de éxito internacionales como Genentech o BioNTech.
Rigor y fiabilidad
EMP.: ¿Cuáles son, a su juicio, los valores que diferencian un emprendimiento de base científica de otro que no lo es?
P.L.: El primero es rigor y fiabilidad, valores esenciales de la investigación científica que se trasladan a las empresas de base científica. Luego está la responsabilidad social dado que elemprendedor científico suele estar motivado por la búsqueda de soluciones a problemas sociales, lo que le lleva a comprometerse en mayor medida con el desarrollo de innovaciones que contribuyan al bienestar humano y al cuidado y respeto del medio ambiente.
En tercer lugar destacaría el compromiso de largo plazo porque las soluciones basadas en el conocimiento científico tienen ciclos de desarrollo muy largos, y, por último la capacidad de colaboración teniendo en cuenta que el ámbito científico es difícil avanzar en solitario.
EMP.: ¿En qué suelen fallar los científicos a la hora de aterrizar una idea en el mercado?
P.L.: Muchos de los errores en los que caen este tipo de empresas son comunes a otras startups, como la falta de validación del encaje problema-solución o el desconocimiento del mercado y de las necesidades reales del futuro cliente/usuario.
A esto se añaden otras carencias que les son más características, como la falta de conocimiento y experiencia en los aspectos desarrollo de negocio y gestión empresarial o la subestimación de la complejidad, cotes y plazos asociados a los cumplimientos normativos en sectores como el de la salud.
EMP.: ¿Cuáles son las barreras específicas que afectan a estos emprendimientos?
P.L.: Efectivamente, en este campo, los emprendedores se encuentran con barreras específicas, por ejemplo: Los costes altos y plazos de desarrollo largos asociados a las soluciones basadas en la ciencia, sobre todo en sectores como el de la salud.
Otra es la dificultad de acceso a mercados regulados, con procesos de aprobación complejos, costosos y largos. La dificultad para acceder a inversores especializados; atraer y retener talento; y la dificultad de protección y defensa de los activos clave de estas empresas, como sonn los derechos de propiedad industrial e intelectual, son otras importantes barreras.
Inversores especializados en proyectos de ciencia
EMP.: ¿Cuáles son las causa de que les cueste más encontrar inversores?
P.L.: Lamentablemente, con frecuencia es más complicado para estas empresas acceder a la financiación, sobre todo la privada. Debido a la complejidad y al carácter técnico de las innovaciones en las que se basan este tipo de negocios, a menudo, los inversores tradicionales no se sienten seguros invirtiendo en ellos.
El emprendimiento científico necesita inversores especializados que comprendan estos proyectos y sus riesgos, y estos perfiles no abundan en España (tampoco a nivel europeo), además de que, en Europa, los inversores manejan volúmenes de inversión muy inferiores a sus homólogos de otros territorios como EEUU.
Por el lado positivo, en Europa tiene un peso muy importante las ayudas públicas, en la forma de subvenciones, préstamos blandos y otros instrumentos facilitadores, que proporcionan un apoyo inestimable a las startups de base científica y tecnológica.
EMP.: ¿Cómo podría acelerarse el proceso de llevar una idea científica al mercado?
P.L.: El proceso de convertir una idea científica en un producto o servicio es intrínsecamente largo,eso no se puede evitar.
Sin embargo, en muchos casos se podría evitar que los tiempos se dilatasen dotando a los emprendedores científicos de mayores recursos, tanto económicos, mediante fondos especializados en fases tempranas (privados, públicos o mixtos), como mediante el acompañamiento y asesoramiento profesional en las etapas iniciales para ayudarles a evitar los errores que hemos mencionado antes y a superar los obstáculos con mayores probabilidades de éxito.
Otro elemento importante es el fomento de ecosistemas de innovación ricos y fértiles, que reúnan y fomenten la colaboración e intercambio entre los diferentes agentes implicados, creando redes de apoyo que contribuyan a aliviar la soledad del emprendedor que tanto dificulta su camino, sobre todo para los principiantes.
Tendencias en el campo de la salud
EMP.: ¿Cuáles son las principales tendencias actuales en el emprendimiento científico tanto en España como a escala global?
P.L.: En la Fundación Botín conocemos particularmente el sector de la salud, en el cual algunas tendencias destacadas en estos momentos son, por ejemplo, la medicina de precisión y las terapias avanzadas, que permiten desarrollar tratamientos más específicos y eficaces, o la aplicación de la inteligencia artificial y el análisis de big data a la salud para mejorar el diagnóstico, la toma de decisiones clínicas o la optimización de los recursos sanitarios.
EMP.: ¿Tendríamos que potenciar más en España este emprendimiento científico?
P.L.: Nosotros, en la Fundación Botín, llevamos 25 años apoyando la transferencia tecnológica, y en este tiempo hemos visto importantísimos avances en este campo y, particularmente, en el emprendimiento científico. Sin embargo, cuando miramos a los países de nuestro entorno, está claro que aún nos queda camino por recorrer.