Uno de los principales escollos que suelen encontrar los emprendedores a la hora de poner en marcha sus proyectos es la escasez de recursos.
Afortunadamente, el ecosistema startup no para de crecer y, sin que sea sencillo, cada vez hay más fondos de capital riesgo, business angels y otro tipo de inversores que apoyan a las empresas emergentes en sus primeras etapas.
Sin embargo, algunas compañías van por otro camino, apostando por el denominado bootstrapping. Este término hace referencia a la idea de arrancar un negocio con pocos recursos, tirando de ahorros, empleando ordenadores propios, usando nuestra propia casa como oficina…
Es decir, sin un inversor externo que aporte el capital para consolidar nuestro proyecto y hacerlo crecer, dependiendo, por tanto, de los ingresos que vaya generando el negocio de la propia compañía a través de la comercialización de sus productos o servicios.
En algunas ocasiones, este camino no es el escogido por los emprendedores, sino que es la única solución que encuentran cuando no consiguen que nadie les brinde el músculo financiero que necesitan para salir adelante.
Sin embargo, en otros casos se trata de una decisión muy meditada, con el fin de no perder el control de la empresa. Y quizá no es una mala idea, ya que la entrada de inversores externos, al contrario de lo que podríamos pensar, puede poner en riesgo la supervivencia del proyecto.
De hecho, el fondo de capital riesgo Successful Fund I FCRE ha detectado que si el fundador de una compañía mantiene el 70% de la tabla de capitalización de su startup en una ronda seed, tiene más probabilidades de sobrevivir a los siguiente cinco años, como explicábamos en este artículo.
Ejemplos exitosos de bootstrapping
El camino del bootstrapping no es fácil, pero tenemos algunos ejemplos de empresas que han logrado consolidarse siguiendo este modelo.
Doofinder
Doofinder es un magnífico ejemplo de bootstrapping. La compañía nació en 2011 y se ha ido consolidando hasta alcanzar una facturación de 16 millones de euros en 2023. Todo ello, sin inversores externos y financiando su crecimiento a través de los ingresos obtenidos por la venta de su producto.
La empresa explica que este modelo “ha permitido a los socios fundadores conservar la propiedad y originalidad del negocio”. “Al crecer mediante el cash-flow generado por las suscripciones de los clientes, esta estrategia asegura la independencia y velocidad de desarrollo de la compañía, facilitando su expansión a su propio ritmo, sin presiones externas”, detalla.
Sus principales mercados son España, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Éste último país es el principal foco de sus planes de expansión por el volumen de facturación alcanzado en el territorio, como recogíamos en EMPRENDEDORES.
Doofinder ha desarrollado un buscador inteligente no code para el ecommerce. La compañía indica que los usuarios de 10.000 tiendas online de más de 60 países utilizan ya esta herramienta, basada en un modelo Software-as-a-Service (SaaS).
Entre sus clientes se encuentran empresas tan conocidas como Ecoalf, Primor, La casa de las carcasas, Kenay, Mr. Wonderful o BigMat, entre otras.
4Geeks Academy
4Geeks Academy es una escuela enfocada en la formación de programadores y data scientists, como contábamos en este artículo.
La compañía fue fundada en 2020, en plena pandemia. En el último año obtuvo 3,8 millones de euros de facturación, con un incremento del 72% respecto a 2023. Acumula ya más de 8 millones de euros de ingresos desde su creación.
Y todo ello lo ha logrado mediante un proceso de bootstrapping, sin financiación ni inversión externa, manteniendo un ebitda positivo y reinvirtiendo los beneficios obtenidos para seguir creciendo.
4Geeks Academy ha sido reconocida como uno de los mejores bootcamps del mundo por plataformas como Course Report y Switch Up. Además, recibió el título de mejor coding bootcamp en España, concedido por Financial Magazine.
Sus fundadores son ambiciosos y se fijan el objetivo de crecer un 70% este año. “El enfoque para 2025 es convertirnos en líderes en la enseñanza de programación aplicada a inteligencia artificial y seguir generando un impacto real, tanto en las empresas como en el propio sector, a través de nuevas alianzas estratégicas que nos permitan impulsar el talento y la innovación, así como demostrar que las startups también podemos crecer sin inversión externa ni quemar dinero”, declara su CEO, Víctor Gómez.
Localboss
Esta empresa nació en a finales de 2021 y lanzó su producto mínimo viable (MVP, por sus siglas en inglés) cinco meses más tarde.
Localboss ha desarrollado una app que permite medir, subir, responder y compartir reseñas de Google fácilmente, con el fin de mejorar la valoración de nuestro negocio. Esa primera app era gratuita, pero el éxito obtenido llevó a Localboss a lanzar una versión de pago.
En 2023, la compañía se unió a un programa de aceleración organizado por Telefónica y el ayuntamiento de Tarragona, dando un gran impulso a su proyecto. Además, fue galardonada en los ‘Premis Emprèn’ de la Diputación de Tarragona.
Un año después, consiguió llegar a tener 100 clientes. Por aquel entonces, en la empresa sólo trabajan sus dos fundadores, que contrató a su primer empleado hace apenas 3 meses.
Hoy cuenta con 550 clientes activos, entre los que se encuentran SLVJ, Andilana, CDLC, Cantina Canalla o Distrito Burguer, entre otros grupos y cadenas.
Localboss cerró el ejercicio 2024 con una facturación de 40.000 euros, pero espera triplicar sus ingresos este año, alcanzando los 150.000 euros. No en vano, el pasado mes de diciembre se alzó con el premio ‘Fastest Growing App’ de los App Growth Awards entregados en Berlín.
“Ser bootstrappers significa que un cofounder ha tardado dos años en poderse unir a la empresa. Y al principio tocó compaginar con otros trabajos freelance. Pero ahora que la empresa empieza a traccionar, la ventaja es poder tener el control en la hoja de ruta y nuestro diferencial es el foco que tenemos. Nos convierte en ‘ninjas’, ya que todo lo que hacemos está orientado a negocio y no tenemos interferencias”, afirma Xavier Colomés, cofundador de la compañía.
“Además, no tener muchos recursos te obliga a ser honesto contigo mismo. Vemos muchas startups que sobreviven a base de publicidad y descuentos; y cuando los venture capital dejan de inyectar dinero, se desploman. Nosotros queremos aportar valor y generar riqueza para nuestros clientes y nosotros, no sólo para Google y Meta, que son los únicos que ganan en el ‘juego de la ruleta’ del venture capital”, añade.
Harper & Neyer
Todas las empresas citadas son tecnológicas, pero el modelo de bootstrapping no se limita a este tipo de compañías. No obstante, hay que reconocer que es más complicado en proyectos donde es preciso invertir en mercadería y activos tangibles para poder emprender.
Sin embargo, no es imposible, como ha demostrado Harper & Neyer, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión.
Esta marca de moda masculina sostiene que la independencia financiera es la que le permite mantener una estrategia centrada en la calidad en lugar de en cantidad, por lo que siempre se ha financiado con recursos propios, sin inversores ni bancos, ya que su rentabilidad se lo ha permitido.
Y no es que no haya tenido ofertas, puesto que la empresa asegura que ha rechazado las propuestas de varios inversores que se han acercado, atraídos por sus datos de crecimiento y por su rentabilidad.
Harper & Neyer cerró el último año con una facturación de 15 millones de euros, con un incremento de las ventas del 45% respecto al ejercicio 2023, según informaba Sur. Y este año prevé dar un paso adelante en su internacionalización.