La turismofobia hace referencia a actos vandálicos, protestas y ataques cometidos contra los turistas en nuestro país, comportamientos que amenazan a un sector que, paradójicamente, aporta más del 13% del Producto Interior Bruto (PIB) español. Pero, que sea una actividad esencial, no significa que no deba tener sus límites.
La turismofobia no es algo que se ciña a los visitantes procedentes de terceros países. Los españoles tenemos retranca de sobra para ponernos zancadillas y apodos entre nosotros mismos. A los ‘guiris’ de toda la vida, se añaden los ‘fodechinchos’ madrileños, los ‘polacos’ catalanes, los ‘charnegos’ andaluces o los ‘cheposos’ de Zaragoza, entre muchos otros. Tan de criticar somos que nos cuesta reconocer la importancia del turismo incluso en muchas de las economías locales que dependen de él.
Con especial virulencia en los destinos de sol y playa, pero también en las ciudades, el sector turístico transforma los territorios de manera significativa. La mayoría de las veces es para bien con repercusión en una mejora en las comunicaciones, las infraestructuras, el nacimiento de nuevos negocios o el intercambio cultural, pero también suele acarrear una serie de desventajas que generan la aversión con las que se ceba la turismofobia.
Causas de la turismofobia
Saturación de los destinos
Cierto que el despliegue de turistas en España no se produce de forma equilibrada, sino que suele concentrarse en puntos concretos que, en ciertas épocas del año, degeneran en incómodas aglomeraciones y masificación con el consecuente deterioro de la calidad de vida de los residentes.
Aumento del coste de vida
Influye también en el alza de precios de productos y servicios, pero lo que más protestas ha provocado los últimos años es el aumento del precio de la vivienda ocasionado, sobre todo, por el auge del alquiler turístico. Ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia estarían entre las más afectadas.
Deterioro del entorno
Tampoco los turistas que recibimos son siempre del agrado de todos. Hay quien habla de turismo de borrachera, de mochileros y de prácticas poco respetuosas con el medio ambiente que puede conducir a la degradación y pérdida de ecosistemas naturales.
Pérdida de identidad cultural
Es otra de las consecuencias que apuntan algunos expertos. A veces surge como consecuencia de la gentrificación que obliga a abandonar el centro de las ciudades a sus habitantes de toda la vida cediendo el espacio a turistas y visitantes. Asimismo, los negocio de la zona han de amoldarse a los gustos y costumbres de los nuevos inquilinos.
Precariedad laboral
Aunque no puede decirse que sea un problema exclusivo del sector, sí que determinadas profesiones se asocian a la temporalidad y a los salarios más bajos como el caso de las camareras de hotel o los camareros circunstancias que recaen, además, en colectivos vulnerables como son las mujeres y los jóvenes.
Impacto económico negativo
Aunque el turismo genera ingresos, la distribución desigual de sus beneficios y la dependencia excesiva del sector pueden terminar perjudicando la economía local.

Medidas correctoras
Al objeto de paliar algunos de los efectos negativos que acarrea el turismo, se idean distintas soluciones, la mayoría de las cuales quedan en manos de las autoridades locales y nacinales. Estas son algunas
Tasas adicionales
Numerosos Ayuntamientos optan por cargar a los turistas con el pago de tasas municipales al objeto de repercutir parte de los ingresos en beneficio de los habitantes y el mantenimiento de las infraestructuras.
Vigilancia del alquiler turístico
Aquí las propuestas van desde establecer un límite en el número de licencias para pisos turísticos en zonas ya saturadas hasta generar incentivos fiscales para aquellos tenedores de viviendas que prioricen el alquiler a largo plazo al turístico.
Un turismo de elite
El presidente de Grupo Hotusa, Amancio López, defiende un modelo de turismo de calidad, orientado a atraer a viajeros de alto poder adquisitivo mediante una oferta que incluya hoteles de cinco estrellas, establecimientos boutique y productos diferenciados.
Restricciones a la movilidad
En ciudades como Barcelona tienen previsto incluir este año la prohibición a los turistas de determinados recorridos, como el el los pubs en el histórico distrito del Eixample. Asimismo, en Baleares, el consumo de alcohol está restringido en los principales centros turísticos desde mayo de 2024.
Igualmente, en la localidad mallorquina de Sóller han prohibido a los turistas circular en coche por el centro de la ciudad con su nueva zona de bajas emisiones.