Ante la creciente regulación que afecta al sector textil y el ‘No’ de Europa a la Directiva sobre diligencia debida (CSDDD), KREAB y Twinco Capital celebraron ayer el encuentro “Nuevos enfoques de la debida diligencia en el sector textil”, donde se abordó cómo las empresas del sector están gestionando sus impactos en los derechos humanos y el medio ambiente desde sus estrategias de sostenibilidad y los últimos avances de esta directiva europea.
La jornada contó con la expectación –y éxito de participación– de un gran número de actores implicados en el proceso de producción, desde el punto de vista de proveedores y compradores, abordando su implicación en la mejora de los derechos humanos y el medio ambiente, sin dejar de lado la tecnología y la innovación. Avances fundamentales para preparar el camino a unas prácticas de trabajo que terminarán siendo no solo necesarias, sino también vinculantes en un futuro cercano.
Cuando hace unos meses se cumplieron los 75 años de la Declaración de los Derechos Humanos, Alberto Muelas, director sénior de negocio sostenible en KREAB, abrió el encuentro haciendo hincapié en esta relación esencial entre derechos humanos y comercio internacional, y entre estos derechos y la calidad de las democracias asociadas al nivel de renta de un país.
Señalando, además, las implicaciones de las empresas como actores que deben invertir en políticas que preserven los derechos y asuman su impacto en los trabajadores y en la sociedad. Porque si bien desde 2010, que es cuando se empieza a dar esa deslocalización en las empresas (en relación con dónde realizan sus producciones), este hecho no debería ser motivo para que deslocalicen sus propias responsabilidades.

Buenas relaciones: proveedor y comprador
En este sentido, Arancha Díaz Lladó, chief sustainability officer en Twinco Capital, resaltó la necesidad de la buena relación que debería darse entre proveedor y comprador, para crear una base sólida que sirva de plataforma para que se establezca una relación de calidad, y así conseguir la financiación que el negocio necesita, incluso desde sus fases iniciales.
Es la política de Twinco Capital, una finTech que colabora para reducir los costes de financiación y la mejora de la fiabilidad de la cadena de suministros. Para ello, insisten en analizar los datos que les lleven a clarificar la fortaleza de la relación comercial. “Los salarios precarios nos dan más probabilidades de que en algún momento puedan surgir problemas”. Desarrollar una herramienta inteligente que les permita incorporar el factor de riesgo sería una de sus claves.
Mientras la Directiva sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad no cuente con la aprobación final del Consejo de Europa, no debe ser causa de inacción por parte de las empresas. Marsha Dickson, presidenta y cofundadora de Better Buying, resalta la importancia de analizar la opinión de los proveedores, a qué problemas nos enfrentamos en las cadenas de gestión y las prácticas de compra, que además deben mejorar la sostenibilidad en el medio ambiente.
Las líneas directrices de la OCDE son claras, manifiestan Álvaro Chapa y Andrea Rodrigo, de la Secretaría del Punto Nacional de Contacto de España de la Secretaría de Estado de Comercio.

Sin perder el tiempo
Todas las reformas en estos últimos años, como el desarrollo del concepto de una conducta responsable, el enfoque más filantrópico, los aspectos sociales, medioambientales, la biodiversidad, la tecnología y la innovación, son las directrices que deben ir adaptando las empresas para no verse sorprendidas cuando todo esto sea una obligación.
Este Punto Nacional de Contacto, que en España se crea en 2001, tiene por tanto como principales funciones la ayuda a las empresas (cuenta con una guía específica de debida diligencia) para implantar estas directrices y crear una plataforma de diálogo y de mediación.
Si Dickson apuntaba la necesidad de conocer a los proveedores, a través de un vídeo se mostró el testimonio de algunos de los países más importantes en esta materia, que manifiestan la presión que recae sobre ellos y haciendo también hincapié en el precio: “El precio lo decide mi competencia; todo gira en torno al precio”, dice un proveedor de Bangladesh.
El testimonio de Carmen Marín (COO) y cofundadora de Twinco Capital, ratifica la preocupación de los proveedores en cuanto a certificaciones y trasparencia. Y constata que aunque queda mucho camino por recorrer la experiencia in situ, al visitar algunas de esas fábricas en Bangladesh, es de sorpresa en cuanto a prácticas de sostenibilidad: paneles solares o la gestión que se desarrolla para el reciclado de aguas residuales. Insistiendo, como COO de una finTech, en que unas relaciones sólidas entre proveedores y compradores y la utilización de las energías renovables (no les queda más remedio que reducir costes) son la base para conseguir una buena financiación.

Mesa de debate y tiempo de reflexión
Posteriormente, se abrió un tiempo de debate, moderado por Teresa Sádaba, decana de ISEM Fashion Business School, y en el que participaron María Rubiños, representante de la Red Amfori para España y Portugal; Beatriz Bayo, socia directora de Reportia Consultoría, ex-directora de sostenibilidad e impacto social en Mango; Begoña García, jeanologia sustainable product director, y José Antonio Mazorra, responsable de sostenibilidad de Textil Santanderina.
Todos ellos coincidieron al expresar su preocupación por la debida diligencia y sus continuas actualizaciones, por la necesidad de clarificar la mejor manera de proceder e insistieron en la importancia de “hablar el mismo idioma del proveedor” y con sus propios códigos, que en la práctica es traducirla a todos los idiomas locales.
Aunque constataron que se está avanzando en el buen camino, sobre todo, en las grandes empresas; las pymes, en principio, se quedan fuera. “Pero, el problema es que las grandes empresas cuentan con una gran número de pymes”, dijo Bayo. En esa dirección, Mazorra añadió que, “además es importante que el tsunami no se las lleve por delante, ya que estamos ante una ley y su falta de reglamentación”. Insistió en el reto de innovación, la formación de equipos y la implicación que deben tener las empresas en la adhesión de un pacto mundial y, sobre todo, la necesidad de invertir en tecnología. Begoña García recalcó la imposibilidad de mejorar la eficiencia sin tecnología y la afectación de la producción en el coste del producto. Sin formación e inversión es imposible cambiar el sistema productivo.

Los derechos humanos siempre prioritarios
La jornada acabó con el planteamiento de una pregunta esencial. Si la tendencia ahora es hablar de medio ambiente, sostenibilidad y cadenas de suministros: “¿Se han vuelto a dejar de lado los derechos humanos?”. Bayo lanzó una respuesta optimista: “Es verdad que ahora todo es clima, pero los trabajadores siguen ahí. Se lleva muchos años trabajando en esto a través de auditorías, alianzas con ONGS…”. Para Rubiños, todo está íntimamente relacionado y no se deberían ver (medioambientales y derechos humanos) como factores separados.
Además, señalaron que detrás de cada producto hay un mundo desconocido que, a veces, el consumidor no valora, tal vez, por esa falta de comunicación. Tiene el sector moda un gran reto haciendo un mapeo que nos enseñe esa trazabilidad. Porque hay algo que parece claro, y que perjudica notablemente, que es la generación de productos en unos valores que superan los consumidos y que, tal vez, sean nuevas herramientas como la Inteligencia Artificial, las que nos puedan ayudar a hacer esos pedidos más ajustados y responsables. Sin olvidar la cultura de la segunda mano y la implantación que se está dando de ella desde Estados Unidos.
Con estas premisas, Sandra Nolasco, CEO y cofundadora de Twinco Capital, dio por finalizado el acto, no sin antes subrayar a una serie de conclusiones, entre las que señaló el optimismo en el 90% de los empresarios que han creado equipos cualificados con capacidad de emprender y de vencer los retos empresariales.