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Cómo hacer tu empresa más sostenible

Retos y oportunidades para avanzar con tu pyme hacia la sostenibilidad

09/09/2024  Pilar AlcázarSostenibilidad
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Según el informe Implantación de la Agenda 2030 en las empresas españolas, elaborado por el Pacto Mundial de la ONU España, nuestras empresas avanzan en conocimiento de los ODS y en implantación de medidas para ser más sostenibles. En 2018 un 69% de las empresas conocía los ODS, hoy son un 89% y el 72% ha identificado sus ODS prioritarios; en 2020 eran menos de la mitad (48%).

Ha cambiado mucho también la percepción que se tiene sobre el impacto de la sostenibilidad en los resultados de las empresas. Lejos de ser un lastre para los beneficios, el 84% de las empresas españolas considera que la sostenibilidad ofrece ventajas competitivas respecto a su competencia y un 51% sostiene que su trabajo en sostenibilidad ha impactado de forma positiva en su cuenta de resultados.

Pero siguen existiendo notables diferencias entre las grandes y las pymes. “Las grandes empresas suelen tener más recursos y una mayor presión regulatoria y de mercado para implementar prácticas sostenibles. Tienen departamentos dedicados a la sostenibilidad, pueden invertir en tecnología verde y tienen acceso a financiación sostenible”. Así explica Giulia Borsa, regional team leader en EcoVadis, ese desequilibrio que refleja todavía el tamaño de las empresas.

Lo que de verdad implica ser sostenible

En el avance hacia una mayor sostenibilidad de los negocios quedan todavía algunos retos importantes, como no considerar la sostenibilidad exclusivamente como medio ambiente, evitar diseñar acciones aisladas o no establecer compromisos cuantificables y con un límite temporal para medir los avances conseguidos. “Siete de cada diez empresas españolas dispone de una estrategia de sostenibilidad, pero hay que ver bien qué significa esa estrategia: muchas veces simplemente es elaborar un informe de sostenibilidad y a lo mejor lo tienen en un producto, en un proyecto o en un área, pero no hay una estrategia realmente transversal de compromiso con impacto real y en el largo plazo. Para ser más competitivos no hay que ver la sostenibilidad por verticales o áreas específicas, sino integrarla como una estrategia transversal”, explica Belén Viloria, directora ejecutiva de B Lab España.

Esa forma transversal de entender la sostenibilidad explica que no se pueda limitar tampoco al cuidado del medio ambiente. “Un error común es que muchas empresas ven la sostenibilidad solo en su desarrollo medio ambiental y hay que abarcarla en todas las actividades y todos los procesos de la empresa. Pensar en ser sostenibles en el área de gobernanza, es decir, mirar las políticas y las prácticas relacionadas con la misión, la ética y la transparencia de la empresa. Hay que contribuir al bienestar tanto físico como financiero de los empleados porque la sostenibilidad también está ahí. Hay que medir e intentar mejorar el valor que uno aporta a los clientes y a los consumidores y revisar la cadena de proveedores que tiene la empresa, que los proveedores estén también dentro de este cambio. Exigirles que para trabajar contigo tienen que tener esa base de actuación porque solo así puedes garantizar a tus clientes que trabajas con proveedores sostenibles”, explica Aga Lisowska, head of Workspace Experience de Impact Hub.

El reto de trabajar la parte social

Si hablamos del área social, justamente la menos desarrollada en España, hablamos de compromiso con las personas de dentro y fuera de la empresa. “Muchas empresas hacen alianzas con organizaciones sociales para desarrollar ciertos proyectos y tienen su compromiso tanto en el corto como en el medio plazo, o incluso a largo plazo, pero no es lo mismo colaborar o tener una alianza con tenerlo integrado dentro de la organización”, explica Belén Viloria.

Y lo ilustra con ejemplos como “el compromiso social que vemos en CAPSA Food (Central Lechera Asturiana), por cómo trabaja con sus ganaderos, asegurándose de que tienen un salario digno. O Hijos de Rivera (Estrella Galicia y sus otras 29 marcas) que cuida a los agricultores que producen la materia prima para la cerveza garantizando los recursos necesarios y salarios justos para que puedan mantener su trabajo en el territorio. Otro Danone, que certificó a More Holstein la primera granja de vacas que cuida el bienestar animal y que aplica tecnología y conocimiento de los veterinarios y las universidades para garantizar la circularidad. El objetivo de Danone es que todas las granjas con las que trabaje sigan ese modelo, que sean Bcorp, como ellos mismos. Eso es trabajar el territorio social. Además de, lógicamente, establecer políticas internas de diversidad, inclusión, igualdad de oportunidades, desarrollo profesional, etc. Como decía, trabajar interna y externamente con las personas”, añade Viloria.

Giulia Borsa destaca otros errores comunes como “no establecer métricas claras para medir el impacto de las iniciativas sostenibles dificulta la evaluación de su eficacia y la identificación de áreas de mejora. Otro error es no comunicar de manera efectiva las acciones y logros en sostenibilidad lo que puede llevar a la falta de reconocimiento y apoyo por parte de los clientes, empleados y otros interesados”.

Muchas pymes no miden la sostenibilidad por falta de información y recursos pero en el mercado hay muchas herramientas gratuitas que ayudan a hacer una radiografía de las empresas en esta materia y a fijar objetivos para avanzar en el concepto. Una de ellas es “B Impact Assessment, una herramienta con más de 200 indicadores y preguntas en las que se analiza transversalmente a las empresas que quieren ser Bcorp. Es una herramienta digital que ayuda a medir, gestionar y mejorar el impacto positivo en todas las patas de la sostenibilidad: medio ambiente, comunidades, clientes, proveedores, empleados y accionistas. Es gratuita, para que todo el mundo pueda autoevaluarse y pueda ver donde está respecto a la sostenibilidad, cuáles son las áreas que tiene que mejorar, donde está más flojo. Y eso lo puede analizar regularmente. Las Bcorp lo hacen cada tres años porque esto es un proceso de mejora continua que se revisa cada tres años”, explica Belén Viloria.

Otra herramienta gratuita es Sostenible Go, de Impact Hub, “una herramienta digital donde te puedes hacer un autodiagnóstico de la situación actual de tu empresa en cuanto al camino hacia la sostenibilidad, entenderlo como un punto de partida para darte cuenta de los procesos que deberías mejorar”, explica Aga Lisowska.

Retos legislativos

La legislación ha sido un motor de cambio para las empresas y lo es para las empresas de todos los tamaños, ya que muchas de las normativas empiezan aplicando para las de mayor tamaño y van cayendo en cascada hacia las más pequeñas. “La creciente cantidad de regulaciones y normativas sobre sostenibilidad y diligencia debida obliga también a las pymes a actualizar sus prácticas y sistemas de gestión mediante un efecto “cascada” que llegará de las grandes corporaciones que compran a esas pymes. Este proceso puede ser complejo y costoso, especialmente para aquellas empresas que aún no han integrado plenamente la sostenibilidad en su modelo de negocio. Sin embargo, la adopción de estas normativas es crucial para cumplir con las exigencias legales y mejorar la reputación corporativa en un mercado cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad”, explica Giulia Borsa.

La normativa de diligencia debida requiere que las empresas identifiquen, prevengan y mitiguen los impactos negativos de sus operaciones en materia de derechos humanos y medio ambiente a lo largo de su cadena de suministro. Algunas empresas se han posicionado en contra de esta normativa porque consideran que aumenta la carga administrativa y los costos operativos (lección aprendida de la LKSG Alemana), especialmente aquellas con cadenas de suministro complejas y globales. Además, hay preocupación por la falta de claridad en algunos aspectos de la normativa y por la posibilidad de enfrentar sanciones severas en caso de incumplimiento. Aunque actualmente afecta principalmente a grandes empresas, con el tiempo, estas exigencias se extenderán a empresas de tamaño medio, siguiendo la tendencia de otras normativas que comenzaron con las grandes corporaciones y luego se ampliaron a sectores más amplios. Es posible que incluso el requerimiento se anticipe por el efecto “cascada” que mencionaba anteriormente”, comenta Giulia Borsa.

Además de la ley de diligencia debida (CS3D), son inminentes otros cambios normativos como la directiva CBAM, que obliga a igualar el precio del carbono que abonan las mercancías o materias primas comunitarias con las importadas; la EUDR, para unas cadenas de suministro libres de deforestación o la CSRD con mayores exigencias sobre la información de sostenibilidad que ofrecen las empresas de la Unión Europea. “Se refieren tanto a la cadena de valor como a los consumidores, a los envases y al empoderamiento del consumidor en lo que se refiere a la propia comunicación que hacen las empresas”, explica Belén Viloria.

Inestabilidad jurídica

Si la legislación ha sido siempre un acicate para que las empresas sean más ambiciosas en sus objetivos de sostenibilidad, también actúa a veces como freno, especialmente cuando hablamos de emprender con modelos sostenibles. En el sector de las energías renovables, por ejemplo, los emprendedores llevan años sometidos a muchos cambios legislativos a los que ahora se une “la volatilidad de los precios, lo que genera más incertidumbre en las inversiones. El sector renovable en España tiene ahora muchos proyectos en desarrollo con mucha incertidumbre. Es un sector que aún tiene incertidumbre regulatoria y hay mucho volumen en desarrollo. Luego de los proyectos que están en desarrollo a los que realmente consiguen todos los permisos y se pueden construir, y se pueden financiar… A esto se añade la inestabilidad del mercado. Puedes tener un proyecto en desarrollo que crees que vas a conseguir todos los permisos en 2023 cuando los precios de la energía están súper altos y, de repente, por retrasos de permisos te encuentras en 2024 con precios muy bajos y el proyecto que tenías construido para un escenario A tiene que adaptarse a unas condiciones muy diferentes”, explica José Luis Aguirre, coCEO de Eranovum.

Hacia una economía de cero residuos

Vamos hacia una economía que exige empresas más responsables en todas sus relaciones comerciales y que avancen hacia una economía de cero residuos. Y en esa batalla, hace falta entender que el cambio debe ser transversal, ya no solo dentro de las empresas, sino dentro de toda la sociedad.

“La economía circular puede ser de todo tipo y, por lo tanto, hay una variedad muy grande de iniciativas. Por eso, es clave la generación de conocimiento con universidades, centros tecnológicos y proyectos para el desarrollo de nuevas soluciones o la implementación de pymes y startups especialistas en campos concretos, como puede ser la captura de datos o de información para luego poder procesar y medir los impactos o las emisiones que podemos tener, el control y mejora de la logística, la gestión del fin de vida de los productos…  La colaboración del ecosistema es muy importante, hay que colaborar y buscar cada uno a aquel compañero de viaje que se adapte mejor a sus necesidades”, explica David Ceniceros, especialista en emprendimiento de CircularLab.

Ese viaje hacia los cero residuos obliga a las empresas a adoptar “un enfoque 360, que englobe desde los recursos naturales a la cadena de suministro, yendo todas las empresas de la mano a la hora de afrontar todo el impacto del cambio climático. En el sector de la alimentación, dar respuesta a retos como el uso de recursos como el agua, la energía, la descarbonización para alcanzar las cero emisiones netas, la reducción al mínimo de la emisión de gases de efecto invernadero, y los retos sobre todo en materiales de envasado, pero también la protección de la biodiversidad o la conservación de entornos naturales”, explica Sergio Fabregat, director de Food 4 Future.

Justo las alianzas de las que habla Sergio Fabregat es el ODS 17 y “sin las alianzas no se consiguen todas las demás. Y no solo entre empresas, sino también entre empresas y administraciones públicas, empresas y organizaciones sociales, empresas y ciudadanía, es decir, absolutamente con todos que es algo que nosotros como movimiento trabajamos mucho en lo que llamamos las comunidades locales. Impulsamos esas alianzas entre las propias Bcorp y a nivel internacional en nuestra propia comunidad para el fomento de la colaboración y las sinergias entre pares”, comenta Belén Viloria.

Barreras y retos

Hablamos de las empresas más avanzadas en sostenibilidad, pero ese avance va muy de la mano de otros en los que las pymes siguen teniendo desventaja y muchos retos por delante. Uno de ellos, la transformación digital. La digitalización es crucial para mejorar la eficiencia y sostenibilidad, pero esta no es la situación de muchas pymes. La falta de recursos y conocimientos tecnológicos limita la capacidad de estas empresas para implementar soluciones digitales que optimicen sus operaciones y reduzcan su impacto ambiental”, explica Giulia Borsa.

También, “el acceso a financiación para proyectos sostenibles sigue siendo un desafío para muchas pymes. O la necesidad de adaptarse a los impactos del cambio climático y reducir su huella de carbono, una prioridad urgente que muchas veces compite con la optimización de costes para empresas que necesitan demostrar su viabilidad económica. La adaptación no solo requiere una inversión significativa, sino también una planificación estratégica a largo plazo”, continúa Giulia Borsa. Que añade: “Las pymes deben encontrar formas de diferenciarse y destacar en un entorno donde los consumidores y partners prefieren trabajar con empresas que demuestran un compromiso real con la sostenibilidad. Lograr este equilibrio puede ser difícil, pero es esencial para el éxito y la supervivencia de las pymes en el panorama empresarial actual”.

A cambio, conseguirán ventajas como “la atracción y retención del talento, la confianza y lealtad del cliente y el apoyo de los inversores de impacto, que se ha duplicado en los últimos años”, explica Belén Viloria.

Fondos especializados que apuestan por nuevos proyectos que tengan en su core crear impacto y que sean rentables. “Nosotros tenemos la hipótesis de que toda compañía, sea del sector que sea, puede tener ese impacto. Desde que lanzamos, hemos invertido en belleza, en alimentación, en biotecnología… Cualquier compañía puede ser rentable y sostenible a la vez”, explica Sandra Rams, cofundadora de Seven Roots.

Y de hecho, las empresas más comprometidas con la sostenibilidad, aumentan exponencialmente sus beneficios. “Las Bcorp mejoran sus ingresos un 30% de media, mejora también la rentabilidad y son capaces de aumentar sus plantillas en un 30%. Significa atracción y retención del talento que es uno de los problemas de las empresas en España hoy. Las Bcorp en ese círculo virtuoso consiguen esos datos”, asegura Viloria.

Pilar AlcázarPeriodista especializada en oportunidades de negocio, marketing y tendencias.
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