Estamos en una era digital en la que vivimos conectados las 24 horas del día y los 365 días del año. Esta hiperconectividad hace que tengamos acceso a un clic a terabytes de información, redes sociales, contenidos audiovisuales, eventos, espectáculos, etc.
Además, todo se mueve muy rápido y nadie quiere perderse la última tendencia, quedándose out. Esto da lugar al denominado ‘efecto FOMO’, el miedo a perderse algo (fear of missing out).
En EMPRENDEDORES ya hemos abordado este tema en alguna ocasión, explicando la manera de aprovecharlo en nuestra estrategia de marketing, pero también los riesgos que el FOMO conlleva para los usuarios. Incluso hemos contado que 4 de cada 10 inversores de la Generación Z lo hacen movidos por el FOMO.
Del FOMO al JOMO
Sin embargo, ahora nos detenemos en una tendencia que parece estar cobrando fuerza entre algunos jóvenes, debido a una sobresaturación. Por ejemplo, ¿cuántas veces te has sentado frente a la tele para ver una película o una serie y has acabado apagándola después de un buen rato tratando de decidir qué ver en las múltiples plataformas disponibles?
Cansados del constante bombardeo de planes que tienen que hacer, series que no se pueden perder, eventos a los que no pueden dejar de ir, memes indispensables para estar al día, etc., hay quienes han decidido poner algo de distancia con la tecnología, sobre todo respecto a las redes sociales.
En su lugar, estas personas dan prioridad a aquello que realmente quieren hacer y se enfocan en el autocuidado y en disfrutar de los momentos de calma que les aportan felicidad, sin sentirse mal por perderse actividades o eventos y sin que la presión social les obligue a cambiar sus ideas.
Esto es el denominado JOMO (joy of missing out), la alegría o el placer de perderse las cosas.
Claves para el JOMO
Sin embargo, desconectar no es tan fácil. Es complicado no coger el móvil inmediatamente cuando suena una notificación, dejando lo que estés haciendo; o rechazar un plan estupendo, aunque no te apetezca, por la presión de perder esa oportunidad.
“A según qué edades, los jóvenes pueden estar sometidos a una presión social que les obliga a hacer cosas que igual no les apetecen. Tienen que aprender a disfrutar de lo que les gusta y evitar sentir esas obligaciones que, a la larga, pueden tener efectos negativos sobre ellos. Prácticas como el JOMO pueden ser muy efectivas si sienten ese tipo de dependencia tecnológica”, afirma Emily Lawrenson, gerente de comunicaciones de Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital.
Con el fin de ayudarnos a dar ese paso del FOMO al JOMO, la compañía nos ofrece una serie de consejos para disminuir la ansiedad que provoca el uso de redes sociales, sobre todo en el caso de los menores.
Desactivar las notificaciones
“Las notificaciones nos llevan a no dejar de estar pendientes de los dispositivos tecnológicos. No tenerlas activadas ayudan a estar más relajados, menos estresados y ser más productivos, además de no estar mirando constantemente la pantalla del móvil”, indican sus expertos.
Utilizar filtros de contenido
Qustodio remarca que la ansiedad de estar informados 24/7 viene derivada de recibir mucha información y tratar de estar siempre pendiente de todo lo que ocurre. De este modo, recomienda establecer filtros que nos ayuden a priorizar sólo aquello que nos interese realmente.
Limitar el tiempo dedicado a las apps
Según los datos recabados por Statista, los españoles pasamos una media de 5 horas y 42 minutos al día conectados a internet.
Buena parte de este tiempo lo dedicamos a las redes sociales. De acuerdo con el último informe de la consultora GfK, pasamos 46 minutos al día conectados a este tipo de plataformas.
Los expertos de Qustodio hacen hincapié en que las redes sociales pueden atraparnos durante horas, llegando ser una adicción. Por eso, recomiendan limitar el tiempo que se pasa frente a las pantallas, especialmente en el caso de las redes sociales, diseñadas siguiendo un principio de scroll infinito o vídeos que se encadenan sin fin para que no podamos abandonarlas.