Musk suele ser citado en muchas ocasiones como CEO de Twitter, SpaceX o Tesla. Sin embargo, se habla mucho menos de Neuralink, pese a que su impacto en la sociedad quizá pueda llegar a ser mucho mayor que la de aquellas.
El objetivo de esta empresa es desarrollar implantes cerebrales que permitan que la mente se comunique con un ordenador para devolver la movilidad a las personas que han sufrido algún tipo de lesión cerebral.
Los avances de Neuralink en los últimos años han sido muy interesantes. De hecho, hace tiempo que pasó de la teoría a la práctica, probando su tecnología en experimentos con monos.
Así pues, la empresa compartió un vídeo en YouTube hace más de dos años, donde se podía ver a un macaco jugando al videojuego ‘Pong’, usando sólo su mente.
Neuralink ha conseguido esto implantando un chip en la región del córtex motora del cerebro del animal, coordinando así el movimiento de la mano y el brazo. Según explica la compañía en su web, el implante registra y transmite la actividad neuronal a través de 1.024 electrodos distribuidos en 64 hilos ultrafinos y altamente flexibles, haciendo posible el movimiento.
Con estos resultados en la mano, Musk afirmaba en Twitter el pasado mes de diciembre que estaba seguro de que el dispositivo de Neuralink estaba listo para ser probado en humanos y que todo dependía del proceso de aprobación de la Food and Drug Administration (FDA).
Bloomberg adelantaba entonces que el visto bueno tardaría seis meses en llegar. Y no se equivocó. La empresa de Musk obtuvo la aprobación de la FDA en mayo, como anunciaba en Twitter.
Sin embargo, se plantean algunas dudas en torno a su investigación, ya que 15 de los 23 monos que han participado en los experimentos han muerto o han sido sacrificados. De hecho, la empresa reconoció que tuvo que sacrificar a 8 de ellos debido a distintas complicaciones, como un fallo en el dispositivo o sospechas de infecciones asociadas al implante.
Estos antecedentes hacen que las reticencias acerca de las pruebas en humanos sean lógicas, ya que podrían causar lesiones o incluso, la muerte de las personas implantadas.
Pese a ello, Neuralink ha anunciado que ha abierto el periodo de reclutamiento de voluntarios para colocar su chip y empezar con las pruebas en humanos.
“El estudio se lleva a cabo bajo la exención de dispositivo en investigación (IDE) otorgada por la FDA en mayo de 2023 y representa un paso importante en nuestra misión de crear una interfaz cerebral generalizada para restaurar la autonomía de quienes tienen necesidades médicas no satisfechas”, indica la compañía.
Pueden presentar su candidatura aquellas personas que sufran cuadriplejía debido a una lesión de la médula espinal cervical o esclerosis lateral amiotrófica (ELA). También tendrán que ser residentes legales en Estados Unidos y mayores de edad.
El estudio llevará como mínimo un tiempo de seis años. Los sujetos tendrán que acudir nueve veces en los primeros 18 meses para comprobar la evaluar su evolución. Y después deberán realizar otras 20 visitas en los cinco años siguiente. La investigación se completará con un mínimo de dos sesiones semanales de una hora.
¿Hasta dónde podemos llegar?
Neuralink ha seguido todos los pasos precisos hasta llegar a la experimentación con animales, pero hay quienes defienden que la legislación respecto a las pruebas de tratamientos médicos es demasiado restrictiva, lo que impide avanzar más rápido.
Ésta es una de las reclamaciones de un grupo de millonarios que están promoviendo la creación de Zuzalu, un Estado con una jurisdicción completamente nueva, libre de todas estas ataduras legales y que permita experimentar tratamientos no probados, tal y como contábamos en EMPRENDEDORES.
Los impulsores creen que se podría seguir el ejemplo de los fundadores de Próspera, una ciudad criptográfica establecida en una zona económica especial en Honduras, con el fin de ofrecer a las empresas un entorno de impuestos bajos con regulaciones que favorecen a la innovación. Así pues, han estado conversando con políticos en Montenegro, explorando la posibilidad de instalarse allí.
También contemplan la posibilidad de establecerse en Estados Unidos, pues dicho país alberga a muchos de los partidarios de estas pruebas en torno a la longevidad, así como empresas de biotecnología que podrían no estar dispuestas a mudarse a otro país. Por ejemplo, se han interesado en Rhode Island, por su cercanía a Boston, ciudad puntera en la investigación biotecnológicas.
No obstante, saben que no es fácil crear este ‘Estado’ dentro de la estructura de gobierno estadounidense, por lo que están barajando otras ubicaciones, como Costa Rica.