Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, hemos consultado a un selecto grupo de mujeres españolas que lideran el área de innovación en diversos sectores y organismos.
A través de sus respuestas a un mismo cuestionario, ofrecen una visión poliédrica de los desafíos, las oportunidades y las tendencias que están marcando el ritmo del cambio. Sus respuestas nos revelan tanto puntos de encuentro como perspectivas únicas sobre los temas cruciales relacionados con la innovación.
Las líderes
Han participado para la redacción de este artículo las siguientes mujeres:
Agnès Arbat
Se alzó con el galardón a la mujer innovadora 2025 de la Unión Europea, premio que concede anualmente el Consejo Europeo de Innovación (EIC). Es la undécima vez que se entrega el premio y la segunda que termina en manos de una española.
Arbat, licenciada en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en Farmacología Clínica, es cofundadora, CEO y CMO de Oxolife, una empresa que desarrolla fármacos innovadores para mejorar la fertilidad.
Es, asimismo, autora o coautora de más de 11 publicaciones internacionales indexadas y ha liderado o participado en más de 20 estudios clínicos en salud de la mujer y en el lanzamiento de 10 nuevos productos o nuevas indicaciones. También es profesora invitada y mentora del Máster en Industria Farmacéutica y Biotecnología de la UPF y la UIC.

Paloma Castellano
Es directora de Wayra España, el corporate venture capital de Telefónica y pertenece a su equipo fundador desde 2011. Ingeniera en Informática por la Universidad Complutense de Madrid y Executive MBA por el IE, ha trabajado en Microsoft, Terra y ahora en Telefónica en puestos relacionados con la innovación y el desarrollo de producto.
Desde Wayra España, ha apoyado a más de 170 startups en sectores como ciberseguridad, big data, IoT o inteligencia artificial, acercando la innovación del ecosistema emprendedor al mundo corporativo.
Desde los inicios de su carrera ha estado vinculada al lanzamiento y gestión de productos innovadores. “Empecé en Microsoft y después en Terra como Project Manager. En Telefónica lideré iniciativas como los primeros productos de televisión que se lanzaron solo para móviles en Emoción y el desarrollo del negocio de banda ancha móvil. En China trabajé en la estrategia de CNC Labs, y en 2011 me incorporé como parte del equipo fundador de Wayra”, resume.

Maysoun Douas Maadi
Se presenta como gestora de Innovación en Servicio de Apoyo de Emprendimiento y la Innovación. Nacida en Granada, lleva muchos años residiendo en Madrid. Aquí se doctoró en física por la Universidad Autónoma de Madrid, pero también es emprendedora y experta en innovación, donde ha desempeñado un papel activo en la construcción de comunidades innovadoras juntando a los distintos actores del ecosistema.
Durante más de 15 años ha trabajado con una amplia red de colaboradores y aliados para crear asociaciones público-privadas que promuevan la innovación en España a través de proyectos como La Nave (Madrid), Al Sharq Youth Forum y The Center for Advancing Innovation.
Ha asesorado a empresas, gobiernos y organizaciones del tercer sector en el desarrollo de proyectos de innovación científica y tecnológica, estrategias para impulsar el emprendimiento e iniciativas de impacto social, con especial atención a las mujeres.
Actualmente, es Aspen Spain Fellow (2024), WITH Leader –un ecosistema de mujeres líderes en España dedicado a promover y redefinir nuevos modelos de liderazgo–, miembro del consejo de Young Concordia Leaders y alumna del German Marshall Fund.

Ana Ye Zhang
Es CEO y fundadora de Ownmed Innovation, una startup dedicada al desarrollo de soluciones innovadoras en el ámbito de la salud mediante la creación de dispositivos médicos y tecnologías avanzadas que aborden desafíos clínicos y funcionales.
Comenzó su carrera en el ámbito sanitario como enfermera, pero pronto decidió complementar su formación estudiando el grado de ingeniería biomédica y un máster MBA. En 2022, patentó a escala mundial, un dispositivo médico para devolver el control en la continencia a las personas ostomizadas, y desde entonces lidera el desarrollo de este producto desde Ownmed Innovation, reconocida con diversos premios de emprendimiento e innovación en salud. Además, he participado activamente en programas de aceleración como el de La Nave.

Oriana Circelli
CEO y Cofundadora de WoWplay, un proyecto que une ciencia, creatividad y educación para preparar a los más pequeños para el mundo que les espera. Apuestan por despertar habilidades clave desde temprana edad, a través del asombro, el juego y el aprendizaje activo.
Empezó emprendiendo en Latinoamérica con Acus, una marca de electrónica de consumo; luego, en España inició mi trayectoria en Jobandtalent, liderando expansión y operaciones. Más adelante, cofundó Koko, una startup pionera en micromovilidad urbana que fue adquirida, y después BOB.io, donde se propuso transformar la forma en la que viajamos.
«Se puede innovar sin tener una creatividad desbordante»
¿Se puede innovar sin ser creativa?
Entendiendo la creatividad como la capacidad de generar ideas originales y la innovación, la aplicación práctica de estas ideas, ambas facultades pueden funcionar por separado, pero veamos qué es lo que opinan estas expertas al respecto:
¿Roles diferentes? Douas Maadi dice considerarse una persona innovadora, dado que suele “buscar soluciones diferentes a problemas difíciles con muchas capas de complejidad”, pero no se considera una persona creativa. Sin embargo, Circelli dice no concebir una sin la otra.
Por su parte, Ye Zhang, considera que “se puede innovar sin tener una creatividad desbordante, si sabes rodearte de un buen equipo, identificar problemas reales y conectar soluciones ya existentes de forma nueva”.
Fuerzas complementarias. “La innovación disruptiva necesita creatividad, pero también valentía, estructura y acción. No basta con tener ideas, es clave llevarlas a cabo. Puedes ser creativa sin ser innovadora si no ejecutas; y también puedes ser innovadora sin ser especialmente creativa, si sabes conectar puntos, detectar oportunidades y dar el paso de hacerlas realidad. La innovación no es solo imaginar, es ejecutar”.
¿Un liderazgo diferente?
Resiliencia, perseverancia y actitud constructiva son valores que se presuponen al cualquier líder. Pero liderar el área de innovación implica no solo resolver problemas complejos y desarrollar productos y servicios nuevos. Significa también saber inspirar a los equipos, contagiar el entusiasmo y conseguir involucrarlos en los procesos de innovación. A la pregunta de si en esta área hace falta un liderazgo distinto al de otros ámbitos, estas son las respuestas que obtenemos.
«El líder innovador abraza la incertidumbre y gestiona el riesgo de manera proactiva»
Más flexibilidad. “A diferencia de otros liderazgos más estructurados, el liderazgo innovador se basa más en la visión, la confianza y la capacidad de adaptarse y pivotar rápidamente”, dice Ana Ye Zhang.
Capacidad transformadora. “En mi opinión, un líder en innovación se diferencia por su capacidad para transformar ideas en acciones concretas e impulsar la ejecución y la implementación real de soluciones. El líder innovador abraza la incertidumbre y gestiona el riesgo de manera proactiva, viendo en ello una oportunidad para evolucionar”, en palabras de Agnès Arbat.
Intuición: “Probablemente se diferencian por identificar cuanto antes que la solución no forma parte del repertorio tradicional. Tener la intuición de abrir un nuevo camino hacia una solución invisible para el entorno lleva un trabajo de sensibilización, acompañamiento y aprendizajes que sólo se puede ejercer desde el liderazgo, y no cualquier liderazgo, sino uno activo y consciente”, dice Maysoun Douas Maadi.
Hacer las preguntas correctas. A juicio de Circelli “un líder en un contexto de innovación tiene que estar cómodo en la incertidumbre. No se trata de tener todas las respuestas, sino de hacer las preguntas correctas y crear el espacio para que las ideas fluyan, se prueben y evolucionen”. Suma a ello la visión así como la capacidad de adaptación y de escuchar a su equipo desde una actitud de humildad.

El papel de la diversidad
La diversidad como motor fundamental para impulsar la innovación y enriquecer el proceso creativo promoviendo el pensamiento crítico es una opinión en la que todas las consultadas coinciden
“Cuando juntas personas con experiencias, culturas y perspectivas distintas, surgen ideas que no existirían en entornos homogéneos. Y ahí es donde ocurre la magia”, sostiene Oriana Circelli.
Más allá va Maysoun Douas quien considera que “la principal fuente de la innovación es la diversidad, como recurso. Saber cómo un mismo problema se aborda por diferentes personas, en sus diferentes contextos, en sus diferentes motivaciones”.
Para ella, “la diversidad es una condición sine qua non de la innovación” aunque reconoce que adaptarse a la diversidad “conlleva cierto esfuerzo, que, algunas personas perciben desde la concesión en lugar del reconocimiento al otro”.
También Paloma Castellano piensa que “en un entorno homogéneo es muy difícil innovar de verdad. La inclusión convierte esa diversidad en valor tangible, permitiendo que todas las voces puedan influir y aportar”.
“La diversidad de experiencias, culturas, edades y perfiles profesionales genera ideas más ricas y soluciones más completas. Además, incluir a personas que habitualmente no están representadas asegura que se creen productos y servicios más accesibles y útiles para todos, ya que se genera un brainstorming muy diverso”, sostiene Ana Ye Zhang.
Asimismo, en opinión de Agnès Arbat “la diversidad y la inclusión convierten la innovación en un proceso más robusto, ético y transformador”. Añade, también, la capacidad para atraer y retener talento “creando un ambiente de trabajo positivo y productivo”.
«Identificar qué hipótesis son clave para que algo funcione y validarlas cuanto antes»
¿Cómo gestionan el riesgo y la incertidumbre?
Aquí cada una aplica su propia estrategia:
Con un enfoque estructurado y ágil. Esto, a juicio de Arbat, implica “un análisis continuo de riesgos adaptado a cada fase del desarrollo y una evaluación constante de la viabilidad estratégica”, estableciendo un proceso de revisión permanente de planes, avances y riesgos, llevado a cabo por equipos multidisciplinares, para anticipar situaciones críticas y tomar decisiones rápidas y fundamentadas. Para ello recomienda la práctica útil de ponerse diferentes sombreros: paciente, regulador, personal sanitario, evaluador de patentes, revisor de artículos, financiero…
Testando pronto, fallando barato y aprendiendo rápido es como dice Paloma Castellano gestionar el riesgo que dice tener asumido como parte del proceso innovador. Como fondo de inversión y corporativo aplican sus propias métricas de evolución del portfolio o rendimiento financiero, pero también el impacto estratégico de nuestras inversiones dentro de Telefónica.
En este sentido se jactan de haber generado más de 1.000 millones de euros en ingresos para Telefónica desde 2011 a través de sus inversiones en startups.
Coincide Oriana Circelli para quien gestionar el riesgo “significa poner foco: identificar qué hipótesis son clave para que algo funcione y validarlas cuanto antes”. En su caso miden el impacto en tres niveles: Engagement de las familias (recurrencia); viabilidad económica (margen, retención, LTV) y
Eficiencia operativa (¿podemos escalar esto sin rompernos?).
También en la empresa de Ana Ye Zhang gestionan el riesgo “con validaciones tempranas, mucho diálogo con los usuarios que van a utilizar Ostofix y una planificación flexible”. Para medir el éxito, se centran en avances del desarrollo técnico, cumplimiento regulatorio, hitos de validación clínica y feedback. También valoramos el impacto social del proyecto.
Sin reglas. Maysoun Douas tiende a pensar que si fuera un proceso reglado, “ya no hablaríamos de innovación, y quizá lo describiríamos desde la modernización, la mejora continua o la optimización, donde se tiene identificado el qué, el cómo y para qué a un nivel de detalle mucho más profundo que en procesos de innovación”. A su juicio, “la innovación está ligada a la incertidumbre, haciendo más complejo cualquier manejo en cuanto a mitigación o gestión del riesgo”.
«Las verdaderas disrupciones suelen ocurrir cuando la tecnología se cruza con cambios sociales, culturales o económicos»
La disrupción del futuro
Partiendo de la base de que la disrupción es un proceso que evoluciona a través de etapas, necesidades y avances tecnológicos. esta es la visión que tienen sobre el futuro a medio plazo de la innovación.
Impulso de los avances tecnológicos. “Estará fuertemente impulsada por los avances tecnológicos, especialmente por la inteligencia artificial (IA). Sin embargo, en mi sector -el desarrollo de fármacos- también jugarán un papel crucial la evolución de la medicina personalizada y la consolidación de alianzas estratégicas”, dice Arbat.
Humano-tecnología.Igualmente cree Ana Ye Zhang que la tecnología será clave, pero la verdadera disrupción vendrá de la humanización de esa tecnología: soluciones centradas en la persona, accesibles, sostenibles y éticas”
En la misma línea habla Douas Maadi quien considera que “vamos a ir transitando al impacto de la tecnología, y que la innovación vendrá en forma de modelos colaborativos humano-tecnología, donde se prestará más atención a los impactos negativos y como controlarlos para evitar desigualdades”.
Paloma Castellanos se suma a esta visión. “La disrupción vendrá, sin duda, impulsada por la tecnología, pero no será únicamente tecnológica. Veremos avances muy relevantes en inteligencia artificial, computación cuántica, biotecnología o nuevas interfaces. Pero las verdaderas disrupciones suelen ocurrir cuando la tecnología se cruza con cambios sociales, culturales o económicos. La disrupción del futuro no vendrá solo de lo que la tecnología puede hacer, sino de cómo cambia nuestras formas de vivir, de consumir, de educarnos, de cuidarnos… y de cómo nos organizamos como sociedad».
“La verdadera revolución estará en repensar cómo educamos, cómo trabajamos, cómo nos cuidamos… y en poner a las personas en el centro de esa transformación”, comparte Circelli.

Si ellas mandasen
Imaginando que alguna una de las mujeres consultadas fuese nombrada responsable nacional de innovación, les preguntamos qué es lo primero que cambiarían y esto es lo que responden:
Paloma Castellano: “Eliminaría la penalización al error” porque “eso bloquea cualquier intento real de innovar”. Además, “promovería una mayor flexibilidad en el marco regulatorio” que ajustase su ritmo a la evolución de la tecnología o los nuevos modelos de negocio.
Agnès Arbat: “Centraría mis esfuerzos en mejorar las políticas nacionales para dotar a las empresas y a las personas de las herramientas, recursos y marcos adecuados que les permitan ser más innovadoras, competitivas y eficientes. Mi prioridad sería reducir las barreras burocráticas, incentivar una cultura que favorezca la innovación y crear condiciones propicias para la colaboración”.
Maysoun Douas Maadi: “Aplicaría la medición de beneficios/éxito de las empresas, y cómo eso impacta en impuestos, premios, subvenciones o apoyos para seguir creciendo. Nos hemos centrado en acotar todo en números que no necesariamente son justos con el desempeño de la empresa o de la institución, una mejora de esas valoraciones nos permitiría apostar mejor por el futuro que nos mantenga a la cabeza de muchas industrias mientras somos consecuentes con la responsabilidad que tenemos hacia el resto de la sociedad”.
Oriana Circelli. “Lo primero que haría no estaría enfocado al cambio de productos ni procesos, sino a transformar la mentalidad con la que muchas empresas enfrentan la innovación. A menudo se ve como un departamento aislado, un lujo o una “cosa de techies”, en lugar de una cultura transversal que debe estar en el ADN de toda la organización. Buscaría también eliminar la idea de que innovar es solo lanzar algo nuevo. Innovar también es revisar lo que hacemos, cómo lo hacemos y para quién lo hacemos”.
Ana Ye Zhang. “Lo primero que cambiaría sería la rigidez interna que impide la colaboración entre departamentos. Muchas ideas mueren porque no hay comunicación fluida, por exceso de jerarquías o burocracias. Fomentaría una cultura de innovación transversal, donde todos los perfiles tengan voz y espacio para aportar”. Ya a nivel país, impulsaría “una batería de medidas de apoyo directo a empresas innovadoras”.
Innovación en femenino vs en masculino
Considerando que las mujeres están rompiendo barreras y redefiniendo la innovación más fácilmente que en otras áreas, les preguntamos si el género femenino está especialmente dotado para este ámbito, Aunque ninguna reconozca una capacitación especial para este área creen que algunas cualidades tradicionalmente atribuidas a las mujeres podrían ser de gran utilidad.
Empatía, colaboración y resiliencia
“Algunas de las virtudes comúnmente asociadas a líderes femeninas, como la empatía, la colaboración y la resiliencia, son activos valiosos que pueden ser determinantes para abordar desafíos complejos, promover una cultura de trabajo colaborativo y enfrentar la incertidumbre inherente a la innovación. Estas cualidades pueden ser clave para el éxito de un departamento de innovación, independientemente del género de quien lidere” (Agnès Arbat).
Más conservadoras
«Nos damos margen para evitar análisis superficial, y eso implica que nuestra proyección de consecuencias sobre decisiones, es de medio/largo plazo (forma parte de la asumpción de responsabilidades de cuidados en las que nos hemos criado), creo que para la innovación es un valor añadido muy importante. Pero, por el otro lado, tendemos a ser muy conservadoras, y eso puede condicionar el potencial de los proyectos con los que tratamos día a día (Douas Maadi).
Escucha activa, pensamiento sistémico y capacidad de adaptación
“No creo que exista una virtud exclusivamente femenina para liderar innovación, pero sí creo que las mujeres -por las trayectorias, retos y contextos que hemos vivido históricamente- hemos desarrollado una serie de habilidades que resultan especialmente valiosas en entornos de innovación: empatía, escucha activa, pensamiento sistémico, resiliencia y capacidad de adaptación (Circelli).
Sensibilidad especial hacia el impacto real de la innovación
Paloma Castellano comparte con Circelli el desarrollo de habilidades como la escucha activa, la empatía, la colaboración o la gestión de equipos diversos debido al recorrido profesional y vital de la mujer. A ello añade: “Creo que muchas veces aportamos una sensibilidad especial hacia el impacto real de la innovación: cómo afecta a las personas, cómo se integra en el día a día, cómo se comunica. Esa mirada más completa y transversal es clave para innovar con propósito”.
No obstante, lo más importante es, desde su punto de vista, “que seamos muchas más liderando innovación. Porque sin diversidad en los espacios de decisión, corremos el riesgo de construir soluciones que no representen a toda la sociedad”.
Conectan mejor con las necesidades del usuario final
“Sí. Muchas mujeres tienen una visión sistémica muy valiosa y una gran empatía, lo que les permite conectar bien con las necesidades del usuario final. Además, se ha demostrado que las empresas lideradas por mujeres tienen una tasa de supervivencia mayor, ya que las mujeres suelen ser muy resilientes y organizadas, cualidades esenciales cuando se trabaja con incertidumbre y recursos limitados” (Ana Ye Zhang).