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De criar y vender ranas a montar una tecnológica de lo más puntera

El objetivo de Ferod es convertirse en líder mundial en la producción de ranas y ser el mayor proveedor tecnológico en el sector.

06/02/2025  Ana DelgadoIdeas de negocio
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Ferod es una spin off de Grenoucerie. La primera es una tecnológica para la investigación y desarrollo de tecnología para la cría de ranas en entornos controlados, al frente de la cual está Fabián Simón.

La de Grenoucerie es la que se dedica a la venta de ancas de rana y es la que lleva Paula Echenique, casada con Fabian. Con esta estructura, cabría hablar de una empresa familiar que va diversificando y abriendo nuevas líneas de negocio conforme van superando dificultades del negocio original

El mercado

Tal vez sea Fabián Simón la persona que más sabe de ranas y ranicultura en nuestro país. Natural de Carbellino de Sayago, un pueblo de Zamora de 200 habitantes y una de las zonas más deprimidas de la España vaciada “y vacilada” como dice él, es hijo de un agricultor tratante de ganado a quien acompañaba de niño a alguna que otra feria. Pudo así comprobar de primera mano los problemas que sufren los profesionales del primer sector. 

Para aportar soluciones al campo y la ganadería, cursó luego estudios de Ingeniería Agrícola y Agrónomos para cerrar su formación con un master en dirección de empresas agropecuarias. Tras 10 años trabajando en una consultora del sector, cae en la cuenta de que uno de los grandes errores que impiden a estas empresas crecer es la comercialización, es decir, “que la gente no sabe ni lo que vende ni como”.

Entre tanto, había caído en sus manos un libro de ranicultura dentro de la industria de la acuicultura. Siguió investigando y se hizo entonces la pregunta que, a su juicio, es la primera que debería plantearse cualquier emprendedor: ¿Hay mercado suficiente para vivir de esto y cómo de grande es el nicho?

La respuesta, dice, “es brutal”. Descubre que en el mundo se consumen alrededor de 229.000 toneladas de ancas de rana al año. De estas, 4.000 toneladas se consumen solo en Europa, siendo Francia uno de sus mayores mercado con una capacidad de producción muy limitada -apenas 8 toneladas anuales en Francia-, de manera que, para abastecer la demanda, hace falta importarlas, muchas de ellas procedentes del sudeste asiático. Importadores de rana, antes, había 7 u 8 en España, pero en el momento del análisis quedaban solo dos por falta de provisión en origen y ningún productor nacional. Resultado de la ecuación: “hay que hacer producto de rana”.

Grenoucerie

En ese desequilibrio entre la oferta y la demanda es donde Fabián Simón descubrió una oportunidad de mercado y lo que le animó a dar el salto al emprendimiento. 

Al contrario de lo que hacen la mayoría de los emprendedores: crear un producto y luego vender, él empezó por la comercialización mediante la puesta en marcha en 2014 y en Carbellino de Sayago de Grenoucerie, el negocio en el que se encuentran hoy las ancas de rana más cotizadas en España y donde compran algunos de los restaurantes más prestigiosos de la gastronomía nacional, algunos con 3 estrellas Michelin.

Quitando la especialización en un monoproducto, el funcionamiento de Grenucerie en su origen no variaba demasiado del de un tratante de ganado. Tras muchos viajes a Vietnam y Turquía, Fabian y Paula se granjean la amistad de distintos criadores de ranas a quienes adquieren el producto para luego venderlo aquí.

El negocio no iba mal, pero acontecimientos como la crisis sanitaria de la Covid 19 o, poco después, el atasco del buque en el canal de Suez que bloqueó el tráfico en el Mar Mediterráneo y el Rojo, evidenciaron la absoluta dependencia de terceros y del contexto geopolítico. Había llegado la hora de rediseñar el modelo de negocio y escalar el criadero de ranas que ya venían desarrollando.

De criar y vender ranas a montar una tecnológica de lo más puntera

El criadero de ranas

Con una extensión de 3.000 metros cuadrados y una estructura verticalizada, Grenucerie es ahora el único en España y el segundo mayor criadero de ranas de Europa confiando en finalizar el año 2025 con una producción de 100.000 ranas y dar el salto al millón de la cría de estos anfibios al año siguiente, dado que son capaces de multiplicarse por 10 cada año si se dejan solo hembras. 

Llegar hasta donde están no ha sido fácil. Entre otras cosas porque han tenido que domesticar a un animal en origen silvestre acostumbrado a campar en libertad por entornos naturales cerca de bosques, lagos, ríos o estanques para acostumbrarlas a vivir en criaderos y alimentarse de comida estática o otros. La domesticación implica un proceso largo de selección y cría de animales durante ocho generaciones para que se adapten a vivir con los humanos y alimentarse de lo que estos les procuran.

Desde que empezaron con la cría intensiva con 50 unidades de rana en hábitats controlados, Fabián y Paula van ya por la tercera o cuarta generación de manera que muchas de las que comercializan son ya de su propia cosecha. 

El salto siguiente que se plantean es pasar de la cría y el engorde a la cadena alimentaria. Para ello están construyendo un matadero en el que sacrificar a los animales para su total aprovechamiento y destinarlo a otras industrias más allá de la alimentaria, como la cosmética, el petfood, elaboración de fármacos, biotecnología o el uso de los animales para la docencia y la investigación, entre otros. “Menos el croar, de las ranas puede aprovecharse todo”, asevera Simón.

De criar y vender ranas a montar una tecnológica de lo más puntera

La revolución de la ranicultura

Aún así, y suponiendo que sigan diversificando y escalando el negocio de la cría y venta de ranas, saben que lo más que podrán producir son 20 toneladas de ranas al año de manera que nunca tendrán capacidad para satisfacer la demanda total de aquí que ahora se planteen popularizar la ranicultura y hacerla asequible a cualquier otro emprendedor interesado en montar un negocio similar al de Grenoucerie.

A base de mucha prueba y error en la domesticación de esta especie y su cría en espacios controlados, Fabian Simón se ha dado cuenta de que el verdadero negocio no está tanto en la venta de ancas de rana como en la aplicación de las nuevas tecnologías en todo el proceso de producción. En eso radica el nacimiento de Ferod, en democratizar el conocimiento acumulado durante estos años proporcionando a otros la infraestructura necesaria integrarla en los procesos. 

Ha montado un laboratorio de genética en el que han desarrollado nuevas metodologías de reproducción para la mejora y la supervivencia de la especie o acabar con el canibalismo que se produce entra ellas cuando no tienen alimento. Otro laboratorio es el de robótica e inteligencia artificial para acortar el periodo de domesticación y estandarizar el proceso. Los primeros prototipos de robots que vigilan el desarrollo y manutención de los renacuajos los han fabricado con impresoras 3D.

Luego ya viene lo que Simón llama el proceso de integración en el que se hallan inmersos mediante el desarrollo y distribución de SaaS (Software as a Service) con diferentes funcionalidades como el destinado a la parte veterinaria para el cuidado del animal, otro para la detección de animales muertos, el de la mejora genética. Colaboran también con universidades y centros de investigación para crear subproductos. 

Un negocio sostenible, inclusivo y rentable

Decir que toda la tecnología que están desarrollando está avanzada, pero le falta alcanzar la madurez necesaria para su lanzamiento al mercado y conseguir el objetivo final: convertirse en el líderes mundiales en ranicultura y ser el mayor proveedor tecnológico en sector.

Mientras esto sucede, siguen con su hoja de ruta. El próximo mes de marzo esperan tener finalizadas las obras del matadero y aumentar la plantilla de 8 a 10 personas. Aumentarán también la facturación que el año pasado alcanzó entre 700.000 y 800.000 euros, 400.000 euros procedentes de la venta omnicanal de ancas que se reparten entre un 60% de la distribución, un 35% del canal Horeca y el resto por la venta online.

Presume Simón de que el suyo es un negocio revolucionario y con gran potencial que nace de la España vaciada y con valores de inclusión y sostenibilidad. Más de la mitad de la plantilla está integrada por mujeres a las que se suman también alguna persona con discapacidad. En lo que respecta a la sostenibilidad, resalta el papel de su empresa para garantizar la recuperación de una especie fundamental en la cadena trófica en declive por la destrucción de su hábitat natural y por la captura furtiva desde que se prohibió su pesca.

Ana DelgadoLarga trayectoria en el oficio del periodismo. Sé poco de mucho y mucho de nada
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