En los medios de comunicación vemos con frecuencia información referida al bitcoin y otras criptomonedas. Pese a ello, siguen sin ser demasiadas las personas que conocen bien qué son y cómo funcionan estos activos digitales. Y son menos aún aquellos que están familiarizados con los tókenes.
Cuando hablamos de tókenes, nos referimos activos digitales que representan a otro tipo de activos, que gracias a dicha tokenización pueden ser divididos en muchas partes.
De este modo, las criptomonedas serían un tipo de token, que representan monedas digitales basadas en la cadena de bloques o blockchain y que surgen, principalmente, basándose en el ideal de la eliminación de intermediarios y bancos centrales que los regulen y controlen. Pero hoy otros tipos de tókenes.
Tókenes de activos tangibles
Algunas empresas cuentan con interesante propuestas basadas en la tokenización de activos tangibles. Por ejemplo, Pax Gold apuesta por la tokenización de onzas de oro. La compañía adquiere el oro físico subyacente y ofrece a los inversores la posibilidad de poseer una parte del mismo.
Ya hemos hablado en alguna ocasión de la inversión en viviendas tokenizadas, una fórmula que permite que cualquier persona, incluso pequeños inversores, pueda acceder a activos en los que no podría invertir de otra manera, al no disponer de capital suficiente para adquirir el 100% de la propiedad.
Un ejemplo de ello es Wertyk, una startup española que se ha propuesto democratizar la inversión en activos tokenizados a través de su plataforma, tal y como contábamos en EMPRENDEDORES. Sus usuarios pueden invertir en inmuebles, pero también en otros sectores, que van desde automóviles de lujo puestos en alquiler hasta el sector de la energía renovable.
Esto ofrece muchas ventajas, tanto a los inversores como a los propietarios de activos. Los inversores tienen la ocasión de adquirir fracciones de activos de alto valor, lo que reduce el coste de entrada y permite diversificar su cartera de inversión. Por ejemplo, en Wertyk se puede acceder a inversiones desde 100 euros.
Además, la tokenización de activos ofrece liquidez, ya que los inversores pueden comprar y vender sus tókenes rápidamente, gracias a la tecnología blockchain.
Los propietarios de activos, por su parte, se benefician de la tokenización por les permite desbloquear capital y ampliar su base de inversores sin tener que vender sus activos por completo, si es que no desean hacerlo.
Y hay otras muchas oportunidades de negocio. Por ejemplo, Víctor García-Font, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación e investigador del grupo KISON del IN3 de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se refiere a la posibilidad de tokenizar una plataforma, con la idea es obtener tókenes a cambio de un servicio que se preste a la empresa.
Éste es el caso de Storj, “una plataforma que ofrece un servicio de almacenamiento, parecido al de Dropbox, pero descentralizado”, aclara. De este modo, el almacenamiento digital de la nube proviene del espacio libre de otros usuarios, a los que se recompensa en forma de token.
Asimismo, existen tókenes por participación. “Este tipo de token equivaldría a tener una participación o acción en una empresa, pero referido a un servicio basado en la cadena de bloques”, comenta el profesor. De esta manera, el tenedor del token puede participar en el reparto de beneficio e incluso votar cuando deban tomarse decisiones.
Un ejemplo de ello es Openvino, una compañía que tokeniza la producción de vino de las bodegas. Los tenedores de sus tókenes son consumidores del vino, que pagan por dichos ellos antes de iniciar la campaña. “Es un modelo de negocio que favorece a los viticultores, porque pagas por adelantado y ayudas con los gastos que puede generar una cosecha. Después, aunque el vino suba de precio, por el hecho de poseer este token, a ti te corresponde una parte, independientemente de su valor en el mercado”, explica García-Font.