Los fundadores de Bubu, al igual que todos aquellos que hayan sido padres, saben muy bien los gastos en los que hay que incurrir al tener un hijo: pañales, toallitas, potitos, ropa, cuna, productos de aseo, guardería… y, por supuesto, el carrito de paseo y el capazo para el coche.
Se estima que el gasto anual está en torno a los 8.000 euros en el primer año de vida. Buena parte de dicho gasto procede de la compra de los carros de dos piezas, para paseo y automóvil, que no son nada baratos, pudiendo superar los 2.000 euros en el caso de algunas marcas.
Las familias que tienen previsto tener más de un hijo, suelen guardar sus carritos para la futura prole. Y quienes no desean tener más descendencia, suelen cederlos a amigos y familiares u optan por ponerlos a la venta en plataformas de segunda mano como Wallapop.
Sin embargo, las sillas de paseo acostumbran a tener mucho trote, por lo que es habitual que necesitan algún tipo de mantenimiento antes de volver a utilizarse. E incluso durante su primer uso. El problema es que encontrar un lugar dónde reparar estos productos no es sencillo ni económico. Y en algunos casos, también puede ser complicado localizar los repuestos necesarios para sustituir una pieza que se haya perdido, roto o deteriorado por el uso.
Bubu da una segunda vida a los carritos
Bubu se dio cuenta y decidió aprovechar esta situación. La compañía nació hace un par de años, en un pequeño local en el barrio de Gràcia de Barcelona, dedicándose a la limpieza y desinfección de accesorios de bebé. Y pronto se dio cuenta de que había un filón en la limpieza, reparación, alquiler y venta de repuestos y productos para sillas de paseo y de coche.
El año pasado, la empresa se estableció como el taller oficial de la marca Babyzen Yoyo en España. Y poco después, abordó un proceso de expansión del alcance de su taller a toda la península y marcas de carro de bebé.
Además, dio un paso audaz e innovador con el lanzamiento de su centro de impresión 3D de repuestos para carros. Gracias a ello, la compañía ayuda a prolongar la vida útil de los productos, ya que diseña y fabrica repuestos para piezas descatalogadas, evitando que los carros se vuelvan inutilizables.
Actualmente, Bubu produce alrededor de 20 piezas por semana, utilizando para ello filamentos biodegradables. “Estamos recibiendo pedidos principalmente de Bilbao, Valencia, Málaga y Madrid”, indica Andrés Pinto, COO de Bubu y principal impulsor de esta solución.
La compañía ha desarrollado varias líneas de negocio, dando así respuesta a las distintas necesidades de este mercado. Por un lado, se ocupa de la limpieza y reparación de productos de todas las marcas en el mercado. Asimismo, vende repuestos y productos propios. Y completa su actividad con el alquiler de sillas de paseo y de coche para turistas, abuelos o familiares que vienen de visita.
“Nuestro foco actual está en optimizar todos los procesos, escalar las ventas y comenzar a planificar la apertura de una segunda tienda para mediados del próximo año”, declara Luciana Salvador, CEO de Bubu.
Oportunidades de negocio de la impresión 3D
La impresión 3D ofrece interesantes oportunidades de negocio en otros muchos ámbitos. En este artículo exponíamos algunos de ellos, como el filamento flexible de Recreus, los vehículos impresos de LGM Estudio, las prótesis de Unyq o los servicios de fabricación aditiva ofrecidos por Traditive.
También hemos hablado de la posibilidad de montar una imprenta 3D, donde podríamos prestar servicios de impresión tridimensional, alquilar nuestra maquinara o formar a pequeños creadores que quieran trabajar en prototipos.