¿Cuál es el bien más preciado para aquellos que lo tienen todo? La respuesta es sencilla: la vida eterna. De hecho, son frecuentes las noticias que hablan de acerca de los proyectos que algunas empresas y multimillonarios van poniendo en marcha en su búsqueda del elixir de la eterna juventud.
Por ejemplo, Jeff Bezos, fundador de Amazon, es uno de los principales inversores de Altos Labs, cuya meta es comprender y ser capaces de manejar la reprogramación celular para frenar el envejecimiento, como relataba La Vanguardia.
Asimismo, Google ha invertido millones de dólares en el desarrollo de Calico, empresa fundada en 2013 con el objetivo de estudiar y detener el envejecimiento y las enfermedades asociadas al mismo, como explicaba la propia compañía.
Nosotros también hablamos hace poco del fondo LifeX Ventures, impulsado por el emprendedor español Iñaki Berenguer, que invertirá en startups centradas en la longevidad que vayan más allá de la salud y la forma física.
También son frecuentes las informaciones que hablan acerca de la posibilidad de alcanzar la vida eterna gracias a la criogenización, congelando nuestro cuerpo a la espera de que la ciencia dé con la cura de las enfermedades que nos aquejan, tal y como recogía El Confidencial.
El problema es que algunas de estas investigaciones pueden requerir ir un paso más allá de lo éticamente posible y, sobre todo, de lo que permite la ley. Pero todo se soluciona con dinero. O al menos eso es lo que piensan los multimillonarios que se han dado cita recientemente en Montenegro.
Este grupo, compuesto en buena parte por personas que se han enriquecido gracias a la inversión en criptomoneda, se reunieron el pasado mes de mayo en la localidad montenegrina de Tivat con una idea muy clara: fundar Zuzalu.
Estos millonarios son firmes entusiastas de la capacidad de la ciencia para retrasar o revertir el envejecimiento y consideran que no se está haciendo todo lo que se podría para acelerar el progreso en esta dirección, según informe MIT Technology Review.
Por ejemplo, critican que la Organización Mundial de la Salud ni siquiera considere el envejecimiento como una enfermedad. Además, opinan que las regulaciones existentes son un obstáculo para el progreso y exigen un enfoque diferente. Piensan que una menor burocracia permite más innovación.
Así que, si los estados no se enfocan en resolver este asunto y ponen trabas, ¿por qué no crear un nuevo estado independiente enfocado en la búsqueda de la vida eterna, donde la investigación del envejecimiento sea una prioridad y no haya dichas cortapisas?
Este grupo de millonarios defiende que se debe alentar a las personas a que experimenten por sí mismas con tratamientos no probados, si así lo desean. Igualmente, dicen que las empresas no deberían verse restringidas por las leyes nacionales que limitan la forma en que se desarrollan y prueban los medicamentos.
De este modo, en su reunión debatieron si sería posible y cómo se podría crear un estado así, con una jurisdicción completamente nueva con la que pudieran colaborar en la investigación, libre de todas estas ataduras legales y que dé rienda suelta a la experimentación con drogas no probadas.
Otro de los objetivos de los asistentes es desarrollar un ‘estado de red’. “Es una comunidad online altamente alineada con la capacidad de acción colectiva. Además, financia colectivamente territorios en todo el mundo y tiene como objetivo obtener el reconocimiento diplomático como estado”, comentaba en la reunión Max Unfried, un estudiante de doctorado en la Universidad Nacional de Singapur, en declaraciones recogidas por MIT Technology Review.
¿Y dónde podría emplazarse Zuzalu? Sus impulsores creen que podrían seguir el ejemplo de los fundadores de Próspera, una ciudad criptográfica establecida en una zona económica especial en Honduras, diseñada para ofrecer a las empresas un entorno de impuestos bajos con regulaciones que favorecen a la innovación. Así pues, los organizadores han estado conversando con políticos en Montenegro, explorando la posibilidad de instalarse allí.
También se plantean la posibilidad de establecerse en Estados Unidos, ya que el país alberga muchos partidarios de la longevidad y empresas de biotecnología que podrían no estar dispuestas a mudarse a otro país. En particular, se han fijado en Rhode Island, por su cercanía a Boston, ciudad puntera en la investigación biotecnológicas.
Sin embargo, saben que la estructura de gobierno estadounidense hace que sea complicado crear este estado enfocado en alcanzar la vida eterna. Por este motivo, se están barajando otras ubicaciones, como Costa Rica, por ejemplo.