‘Sí te da la vida’ es el título con el que Mapi Hermida, creadora de contenido y experta en la gestión del tiempo, nos invita a replantearnos la relación con el reloj desde una perspectiva que ayuda, además de a ser más eficientes, a aprender a valorar lo que realmente importa.
La primera aclaración que hace Mapi Hermida es que no estamos en el tiempo, sino que somos tiempo. Desde esta perspectiva, hay que entenderlo como algo propio y de cada uno de nosotros depende lo que decidamos hacer con él de la misma manera que en un momento determinado elegimos lo que queremos hacer con nuestras vidas.
En ambos casos existe la opción de aprovecharlo o malgastarlo, pero siempre bajo nuestra responsabilidad porque es algo que nos pertenece y no podemos consentir que nadie se adueñe de ellos.
Por otro lado, dice la autora que, tal vez, no sea la palabra gestión la que mejor encaje en el concepto tiempo. Es algo que va más allá con una trascendencia que nos hace secuenciar nuestras vidas en un pasado, un presente y un futuro. “El tiempo no se gestiona ni se invierte, se vive”, aclara la autora.
Asimismo solemos experimentar el tiempo de manera diferente según distintas situaciones. Hablamos del día de la marmota cuando percibimos nuestra vida como una situación aburrida que se repite cada día, sin generar cambios significativos en nuestra vida, al menos, ninguno memorable, como atrapados en un bucle temporal.
Ensanchar el tiempo
Sin embargo, hay ocasiones en las que somos capaces de detener el tiempo grabando en nuestra memoria momentos significativos, buenos o malos. Son momentos en los que pasan cosas difíciles de olvidar. A la capacidad de aumentar estos momentos memorables en nuestras vidas es a lo que llama Hermida ensanchar el tiempo para vivir desde una perspectiva de la abundancia y no se la escasez.
La autora señala la existencia de numerosos estudios, como el de la profesora Cassie Holmes, que demuestran que las personas más felices son aquellas que han sabido vivir bien su tiempo, esto es, las que acumulan más tiempo significativo.
Nada de esto se consigue con lo que ella denomina depredadores de tiempo, entre los que se encuentran el consumo abusivo de redes sociales, series o cualquier otra cosa que retenga nuestra atención sin que nos aporte valor. Sin embargo, esos mismos estudios a los que alude la escritora apuntan a las relaciones sociales, el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, como una gran enriquecedor y ensanchador del tiempo.
Falsa dicotomía
Ello no implica que tengamos que dedicar el día completo a las relaciones afectivas. Poca gente puede permitirse este lujo. La mayoría tenemos que cumplir con un horario y unas obligaciones laborales. Además, los mismos estudios a los que se refiere Hermida apuntan a una dedicación mínima de 2 horas y máxima de 5 horas diarias a actividades que nos resultan placenteras y nos aportan valor para obtener una relación saludable con nuestro tiempo. Sin embargo, a partir de las 5 horas ya empezamos a percibirlo como desperdicio y falta de propósito en la vida.
Pero tampoco una persona que trabaja muchas horas al día tiene que sentirse necesariamente infeliz. Uno de los objetivos de Mapi Hermida con este libro es romper con la dicotomía trabajo/ tiempo perdido; ocio/tiempo significativo. La clave para disfrutar del tiempo laboral radica en saber encontrar el propósito en lo que se hace y ejecutarlo con agrado. El tiempo significativo no va ligado necesariamente al ocio. Hay personas que disfrutan con su trabajo.
Pero si aún así nos cuesta encontrar el significado de nuestro trabajo, antes de sentirse abrumado por la circunstancia, es preferible resignarse y aceptar la realidad. “Entender que lo tienes que hacer y aceptarlo, parece una tontería pero relaja y cambias la perspectiva”, dice Hermida. Además se puede llenar el tiempo no laborable con detalles que nos resulten gratificantes. No hace falta que todas las vivencias sean extraordinarias, a veces es suficiente con saborear las ordinarias en el momento presente.

Estrategias de cambio
Mapi Hermida ofrece en su página web de forma gratuita una especie de cuadrícula a modo de herramienta en la que registrar nuestro tiempo diario para ser conscientes de cómo lo utilizamos y corregir lo que nos disgusta.
Ella le pone colorines. El azul es el tiempo significativo, el que aporta valor, el que antes de irte a la cama lo sientes como un momento del día bien invertido y que ha merecido la pena vivir. El rojo es ese que a primera vista puede parecer que nos hace infelices porque no les encuentras un sentido claro, como pueden ser las tareas del hogar o las dos horas de desplazamiento para ir y volver del trabajo. El blanco es un tiempo mandatario, unas labores neutras que ni nos hacen infelices pero tampoco nos aportan mucho. Por ejemplo llevar el coche a revisión.
Una vez rellenada la cuadrícula, se obtiene el equivalente a un diagnóstico de lo que cada cual hace con su tiempo. Se trata de ir reduciendo rojos y blancos y sustituirlos por azul para lo que hace falta un plan, es decir, marcarse unas metas y trazar las pautas a seguir de la misma manera que cuando nos proponemos adelgazar sustituimos unos alimentos por otros.
Una vez que hemos hecho el ejercicio de reflexión e identificado lo que nos hace felices y a lo que queremos dedicar más tiempo, estas son algunas de las estrategias que propone la autora para cambiarlo:
1. La tareas obligatorias: hackearlas. Por ejemplo, una forma de evitar el tiempo de traslado al puesto de trabajo es optar, siempre que se pueda, por el teletrabajo. Otra posibilidad aquí es delegar tareas que nos desagradan, como puede ser la limpieza de la casa o pasear al perro. Pero como no siempre se puede subcontratar lo que no nos gusta hacer se pueden hackear creando espacios agradables o sazonar esas tareas con otras más placenteras, como puede ser escuchar música dentro de lo que la autora llama el multitasking inteligente.
2. Las tareas que sean innecesarias minimizarlas. El ejemplo aquí es cuando dedicamos a la redes más tiempo del necesario que ni es productivo ni nos hace verdaderamente felices. Es mucho más enriquecedor coger un libro o irse a correr.
3. Las tareas que tienen un propósito y que te hacen feliz, maximizarlas
4. Las distracciones: mantenerlas
Las 5 pilas para gestionar la energía
Por último, Hermida sostiene que, más que de gestionar tu tiempo, se trata de gestionar tu energía para conseguir que ese tiempo resulte fértil. Aquí distingue cinco tipos de pilas que todos deberíamos cargar: tres físicas y 2 intelectuales. Son estas:
1. La pila de la movilidad: Pasear, andar, bailar, hacer deporte…
2. La pila de la alimentación. “Somos lo que comemos”, dice la autora apostando con una dieta saludable y equilibrada.
3. La pila del descanso. Aunque no todos necesitamos las mismas horas de descanso, la media de sueño recomendada por noche es de 7 horas o más. Hermida compara el sueño con las aspiradora que pasamos al suelo para limpiarlo.
4. La lectura. Los libros nos ayudan a ver la vida con otros matices, a reflexionar, a aprender, a relajarnos y muchos beneficios más.
5. La escritura. Tiene un componente nemotécnico que te ayuda no solo a ordenar las ideas, sino también a retener un momento, lo que se llama journaling que es una batería de energía muy poderosa.
Como apunte final, es importante diferenciar las tareas significativas de las que solo nos generan placer. Son las tareas verdaderamente significativas las que deberíamos entender como más productivas.