Cuando se aproxima el verano, los empresarios y los departamentos de RRHH empiezan a tener sudores fríos. Y no es por el calor, que también, sino porque comienzan a recibir las solicitudes de vacaciones de los empleados.
Las compañías que cierran unos días en verano lo tienen más fácil, pero aquellas que continúan con su actividad tienen que hacer auténticos equilibrios. No es sencillo cuadrar las fechas que pide cada uno de los integrantes de la plantilla y dar respuesta a las necesidades de la compañía, sin que ninguna función quede desatendida o que algún equipo se quede sin nadie.
Pero todo ese esfuerzo merece la pena, puesto que las vacaciones tienen efectos muy beneficiosos sobre los trabajadores. “Las vacaciones son cruciales para el trabajador porque permiten un descanso necesario de la rutina y el estrés que provoca el trabajo”, explica Enrique Baleriola, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en este artículo.
Así pues, este periodo de asueto tiene importantes beneficios para los empleados, independientemente del trabajo que se tenga. En el plano físico, se produce una reducción del estrés, ya que baja el cortisol. Además, mejora el sueño, lo que repercute en una mejor atención, mayor concentración y mejor predisposición a las relaciones personales.
Mentalmente, se reducen los síntomas que provocan el burnout o síndrome del trabajador quemado, del que ya hemos hablado en alguna ocasión. Asimismo, se observa una mejora del estado de ánimo, a la par que aumenta la creatividad y el bienestar emocional, gracias al fortalecimiento de las relaciones sociales y familiares.
Beneficios de las vacaciones para la empresa
Los trabajadores no son los únicos que se benefician de las vacaciones, sino que la empresa también se ve favorecida.
El profesor de la UOC subraya que los efectos beneficiosos de este tiempo de descanso hacen que aumente la producción y la creatividad laboral y se fortalezcan las relaciones y el ambiente de trabajo a la vuelta de las vacaciones.
“Las vacaciones no son un lujo que las compañías regalen a los trabajadores, sino que es una necesidad para el bienestar físico y mental, que repercutirá positivamente en la empresa”, recalca.
Ante todos estos beneficios, reseña que las compañías deben fomentar las vacaciones e incentivar que toda la plantilla desconecte, dejando muy claro cómo serán y cómo se garantizará la desconexión digital.
El número de días de vacaciones necesarios para hacer ese reset es lo primero que se debe tener en cuenta. En este caso, Baleriola afirma que no hay una única respuesta, ya que depende de cada persona, el sector en el que trabaje, su responsabilidad dentro de la empresa y el contexto. “No es lo mismo vivir en una ciudad donde hace mucho calor que en un pueblo de montaña donde las temperaturas son más agradables”, ejemplifica.
En cualquier caso, considera que lo mínimo para que los efectos de las vacaciones sean realmente efectivos es un periodo entre 10 días y dos semanas. “Es muy difícil desconectar del trabajo y conectar con el descanso de un día para otro, aunque te vayas al otro lado del mundo. Por lo tanto, hay que ajustar nuestras expectativas para no frustrarnos”.
El experto de la UOC señala muchas personas necesitan los primeros 4 o 5 días para ese proceso de desconexión, de salir de la rutina y de no despertarse a las siete sin despertador. Y especifica que “pasa lo mismo con la reducción de las hormonas del estrés y el cansancio mental acumulado”.
No obstante, señala que hay trabajadores capaces de desconectar inmediatamente, aunque son minoría. Además, afirma que esto también tiene sus desventajas, ya que descansar “de golpe” puede llegar a generar estrés.
