Tras el boom que experimentó el teletrabajo con la pandemia, las aguas fueron volviendo a su cauce. Poco a poco, a medidas que caían las restricciones, los trabajadores fueron retornando a las oficinas.
Sin embargo, algo ha cambiado. El número de personas que desempeñan actualmente sus labores de manera remota se ha consolidado por encima de los 3 millones, como contábamos en EMPRENDEDORES.
Estas cifras están lejos de los más de 3,55 millones de empleados que estaban trabajando desde casa en el segundo trimestre de 2020, cuando no nos quedaba más remedio que hacerlo desde casa. Sin embargo, están muy por encima de los registros anteriores a la crisis de la COVID-19, cuando el teletrabajo sólo alcanzaba a 1,64 millones de personas.
¿Cómo liderar el teletrabajo?
La transición hacia el teletrabajo o a un modelo híbrido, combinando la presencia física en la oficina y el trabajo remoto, supone todo un desafío para quienes han de liderar los equipos. Éstas son algunas claves:
Confianza en los trabajadores y en uno mismo
“Es imprescindible que los mánager tengan confianza en las personas trabajadoras y gestionen sus equipos teniendo en cuenta resultados u objetivos, no la presencia o el número de horas trabajadas”, apunta en este artículo Eva Rimbau, profesora de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y coautora del estudio Telework and new work practices: The role of managers.
Esto es vital para crear un círculo virtuoso, en el que una mayor confianza da lugar a mayores posibilidades de conseguir resultados positivos y permite que los trabajadores asuman más responsabilidades para satisfacer las cargas de trabajo. Y conseguir esto redundará positivamente en la productividad.
Además, el estudio hace hincapié en que la confianza de los líderes en sus propias capacidades para gestionar y supervisar un grupo desde la distancia es extremadamente importante.
Comunicación e interacción
“Los jefes tienen que desarrollar habilidades para construir, motivar, reconocer y responsabilizar a los equipos en una situación de teletrabajo, empleando herramientas digitales para comunicarse e interactuar eficazmente. Deben evitar el aislamiento profesional, fomentar la colaboración y la confianza; y adaptar el liderazgo y la supervisión al contexto digital”, comenta Rimbau.
De este modo, los trabajadores no necesitan únicamente la figura de un jefe, sino que requieren líderes capaces de desarrollar los equipos en cualquier modalidad laboral.
Apoyo desde arriba y cultura organizacional
La profesora remarca que la predisposición de los directivos a la hora de abrazar el teletrabajo y el éxito en su adopción también depende de las influencias del entorno, “como la presión de iguales y superiores y la compatibilidad con la cultura organizativa”.
Así pues, si la alta dirección de la compañía o de las empresas de referencia en un determinado sector respaldan el teletrabajo, las personas que ejercen roles directivos estarán más predispuestas a adoptarlo.
Sin embargo, son muchas las empresas en las que esta cultura falla, puesto que algunos dirigentes todavía ven el teletrabajo como una tarea ‘blanda’ y poco importante, frente al trabajo ‘duro’ y más relevante que se realiza en la oficina, algo de lo que hablamos en este artículo.
La digitalización, esencial
“Cuanto más digitales y basadas en el conocimiento sean las actividades de una empresa, más fácil será aplicar el teletrabajo de forma extensiva y exitosa”, comenta Rimbau.
Las barreras tecnológicas existentes en la organización pueden llegar a poner en peligro el despliegue exitoso del teletrabajo. De este modo, es esencial que tanto los empleados como la empresa dispongan de los medios adecuados y que digitalicen sus procesos y maneras de trabajar.