Uno de los mayores temores de cualquier emprendedor es la posibilidad de iniciar cualquier proyecto y que éste no sólo no funcione, sino que también le arrastre a una situación difícil de remontar.
Precisamente, para eso, se creó la Ley de Segunda Oportunidad. “Su objetivo no es otro que permitir […] que una persona física, a pesar de un fracaso económico empresarial o personal, tenga la posibilidad de encarrilar nuevamente su vida e incluso, de arriesgarse a nuevas iniciativas, sin tener que arrastrar indefinidamente una losa de deuda que nunca podrá satisfacer”, reza la ley en su preámbulo.
Así pues, el legislador es sensible al riesgo que comporta el hecho de que el emprendedor carezca de cierto respaldo si su proyecto no funciona como había planeado, ya que puede convertirse en un obstáculo que detenga la generación de nueva actividad, con el perjuicio que esto supone para el tejido económico del país. Y también reconoce que esta situación puede desembocar en la creación de una economía sumergida.
“La experiencia ha demostrado que cuando no existen mecanismos de segunda oportunidad se producen desincentivos claros a acometer nuevas actividades e incluso, a permanecer en el circuito regular de la economía. Ello no favorece obviamente al propio deudor, pero tampoco a los acreedores, ya sean públicos o privados. Al contrario, los mecanismos de segunda oportunidad son desincentivadores de la economía sumergida y favorecedores de una cultura empresarial que siempre redundará en beneficio del empleo”, detalla el texto.
Reclamador.es señala que la Ley de Segunda Oportunidad no sólo contempla la exoneración de deudas y la suspensión de pagos de acreedores, sino que también ofrece otras ayudas a los emprendedores que se ven en esta difícil situación, como la paralización de llamadas de acoso y de embargos, la cancelación de sus datos de listados de morosos, el establecimiento de un plan de pagos, la protección de la vivienda habitual o que dejen de aumentar los intereses de las deudas.
Requisitos de la Ley de Segunda Oportunidad
Pese a las ventajas que ofrece este nuevo marco legal ante la posible tesitura de tener que dar el desagradable paso de cerrar nuestro negocio y volver a organizar toda nuestra vida, lo cierto es que buena parte de los emprendedores desconocen casi por completo esta ley, así como los requisitos necesarios para acogerse a ella.
Reclamador.es indica que es imprescindible cumplir con seis requisitos básicos.
1. Situación de insolvencia
Hay que demostrar encontrarse en una situación de insolvencia. Esto significa que quien se acoge a la ley no puede hacer frente a las deudas actuales.
2. Buena fe
No se deben ocultar bienes y hay que facilitar toda la información o documentación que solicite el juez para el procedimiento. Además, es indispensable que el emprendedor no se haya endeudado por conductas negligentes.
Además, antes de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, el deudor tiene que haber intentado, dentro de sus posibilidades, cumplir con sus obligaciones y buscar soluciones.
3. Menos de 5 millones de euros
La Ley de Segunda Oportunidad sólo es una opción disponible en aquellos casos en los que la deuda total no exceda los 5 millones de euros.
4. Tener más de dos acreedores
Es necesario contar con deudas con dos o más acreedores. Por ejemplo, se puede tener un préstamo bancario con una entidad y una tarjeta de crédito con otra. Y no hay un número máximo de deudas.
5. Sin antecedentes penales
El deudor queda descartado si ha sido condenado por delitos económicos, contra el patrimonio o contra la Seguridad Social o Hacienda en los últimos 10 años.
6. No haberse acogido en los últimos 5 años
Para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad no se puede haber utilizado este mecanismo en los últimos 5 años desde la fecha de la concesión de la exoneración de deudas anterior.
También en el plano personal
La Ley de Segunda Oportunidad no sólo es una ayuda para los emprendedores que hayan de resarcirse del fracaso de su negocio. En EMPRENDEDORES hemos recogido varios casos de particulares que han podido salir adelante gracias a esta ley.
Por ejemplo, una fisioterapeuta en paro de Las Palmas de Gran Canaria consiguió cancelar 47.000 euros de deudas con la Ley de Segunda Oportunidad. Y también recogimos el caso de una mujer que había acumulado una deuda de 25.565 euros a la que no podía hacer frente.