La irrupción de la COVID-19 supuso el aldabonazo que necesita el teletrabajo para instalarse en el tejido empresarial español.
La cultura ‘presencialista’ tiene un fuerte arraigo en nuestro país y muchas compañías se resistían a ofrecer esta posibilidad a sus trabajadores, aun cuando se tratase de actividades que se podían hacer desde casa sin demasiado trastorno.
De hecho, la pandemia nos demostró que no sólo era posible, sino que el trabajo desde casa incluso mejoraba la productividad en la mayoría de los casos, redundando además en una mayor satisfacción de los empleados.
En el segundo trimestre de 2020, cuando el que el teletrabajo era la única opción para poder seguir operando, llegó a haber más de 3,55 millones de personas desempeñando su labor desde casa, según las cifras del ‘Monitor Adecco de oportunidades y satisfacción en el empleo’.
Pero la pandemia se fue superando y las medidas de precaución para evitar contagios fueron decayendo, dando lugar al retorno a la oficina. Así, casi la mitad de los teletrabajadores que surgieron por la COVID-19 volvieron a su puesto de trabajo presencial, como informábamos en EMPRENDEDORES.
A la par, grandes empresas tecnológicas, como Amazon, Twitter o Apple, recordaban a sus empleados que tenían que ir regresando a las oficinas, tal y como contábamos. Parecía el fin de la ‘era dorada’ del teletrabajo.
El teletrabajo se reactiva
Contra todo pronóstico, el teletrabajo está volviendo a repuntar. Tras siete trimestres consecutivos en los que el número de teletrabajadores se ha reducido respecto al mismo periodo del ejercicio anteriores, el año 2023 ha mostrado incrementos trimestre a trimestre, de acuerdo con los datos del último estudio de Adecco.
Así pues, en los últimos tres meses del pasado año se contaron 3,06 millones de personas que trabajaron al menos ocasionalmente desde su hogar, cifra que es un 19,4% más alta que un año antes.
La proporción de teletrabajadores en el total de ocupados, tomando como referencia la media móvil de cuatro trimestres, aumentó 0,9 puntos porcentuales (p.p.) respecto al año anterior, elevándose hasta el 13,6%.
Éste es el dato más alto desde diciembre de 2021, cuando llegamos hasta el 14,4%. Aunque se encuentra a 2,6 p.p. de distancia del dato más alto de la serie histórica, que se registró en marzo de 2021.
Hay que señalar que durante la época más dura de confinamiento aparecieron 1,91 millones de teletrabajadores, pero 1 de cada 4 (494.500 empleados) han vuelto a la oficina.
De este modo, antes de la COVID-19 se contabilizaban 1,64 millones de trabajadores a distancia, por lo que el teletrabajo ha crecido un 86,6% desde el inicio de la pandemia.
Y el porcentaje de teletrabajadores sobre el total de los ocupados está 5,3 p.p. por encima de los registrados de octubre a diciembre de 2019. últimos prepandémicos, cuando la proporción de trabajadores remotos sobre el total era del 8,3%.
Madrid y Barcelona, polos de teletrabajo…
Los datos recabados por Adecco reflejan una importante brecha territorial. Así pues, a pesar de que Madrid alberga al 15,8% del total de ocupados, tiene al 26,3% de todos los teletrabajadores del país. Y Cataluña, con el 17,5% de los ocupados de España, tiene el 19,1% de todos sus teletrabajadores. Por tanto, entre ambas comunidades aglutinan el 33,3% de todos los ocupados, pero alcanzan al 45,4% del colectivo de teletrabajadores españoles.

Estas dos regiones son también las primeras en cuanto a la proporción de teletrabajadores sobre el total de los ocupados. En Madrid, la penetración alcanza el 22,7% (+2,3 p.p. respecto al año anterior), mientras que en Cataluña llega al 14,9% (+0,9 p.p.). También destaca la Comunidad Valencia (13,8%) y País Vasco (13,1%), aunque esta última queda por debajo de la media nacional (13,6%).
… Pero rezagados respecto a Europa
Pese al incremento del teletrabajo en 2023, la brecha con respecto a la Unión Europea se ha incrementado con respecto al año anterior. Al comparar la situación de España con los datos de nuestros vecinos vemos que estamos a 10,5 p.p. de distancia respecto a la media UE-27 (24,1%) y lejísimos de los países que encabezan esta clasificación: Países Bajos (56,8%), Suecia (48%), Finlandia (43,3%) y Luxemburgo (43,1%). Esto supone un incremento de 2 p.p. respecto a la brecha existente en 2022, cuando era de 8,5 p.p.
