Aunque hemos tardado en darnos cuenta, en los últimos años estamos empezando a prestar mayor atención a la salud mental, tanto en el plano personal como en el profesional.
Centrándonos en el ámbito laboral, hay algunas señales de alarma que pueden ayudarnos a ver el origen o la presencia de problemas de salud mental, tanto en uno mismo, como líder, como en los equipos.
Con el fin de ayudarnos a detectar estos indicadores, Hiscox ha elaborado una ‘Guía de liderazgo saludable’, en la que detalla las mejores prácticas laborales para líderes y directivo en prevención y gestión de la salud mental.
Señales en tu equipo y en ti mismo
Algunas de las señales que deben alarmarnos si se producen en nuestro equipo son los retrasos sistemáticos en las entregas y el deterioro de la calidad del trabajo; cambios repentinos de humor, irascibilidad, desmotivación y la recurrencia de los conflictos; cambios o incidencia elevada en el absentismo, bajas laborales, presentismo y rotación; e indicios o evidencias de acoso laboral, acoso sexual y/o violencia física o verbal.
Y los líderes también tienen que saber detenerse de vez en cuando a reflexionar acerca de su propia situación, prestando atención a la posible concurrencia de varias señales de alarma.
En primer lugar, debemos atender a las señales emocionales, como reacciones intensas de miedo, enfado o apatía que no corresponden con lo esperable por la situación, así como la existencia de un estado persistente de ánimo bajo, desmotivación, ansiedad y dificultades para relajarse.
En el plano físico, podemos ver señales como problemas digestivos, cambios en el apetito y el peso, fatiga, insomnio, reacciones dermatológicas, enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, dolores de cabeza y otros dolores inexplicables.
También se pueden dar señales conductuales. Por ejemplo, cambios en la alimentación (comer de más o de menos), aislamiento, deterioro cuidado personal, cambios en el nivel de actividad, mayor consumo de tabaco, alcohol o drogas, evitación de situaciones o descenso en la calidad del trabajo.
Por último, hemos de vigilar la aparición de señales cognitivas: problemas de atención, concentración y memoria, autocrítica severa o inseguridad y pensamientos negativos intrusivos o catastrofistas.
Decálogo para proteger a empleados y líderes
Hiscox también incluye en su guía un decálogo de recomendaciones para proteger el bienestar psicológico de nuestro equipo y de los líderes.
Empezamos por los empleados:
1. Realizar evaluaciones preventivas y de seguimiento de riesgos psicosociales.
2. Acometer acciones de sensibilización y promoción de la salud mental dirigidas a directivos y colaboradores.
3. Desplegar acciones de promoción del bienestar a través de prestaciones, talleres o iniciativas que fomenten hábitos y dinámicas saludables en la organización.
4. Involucrar a los colaboradores en el diseño e implementación de iniciativas de bienestar laboral.
5. Promover la comunicación clara y directa, fomentando la empatía y la asertividad.
6. Diseñar dinámicas de trabajo que faciliten la autonomía y sensación de control en los colaboradores sobre su propio desempeño.
7. Fomentar la cohesión y el apoyo social dentro de los equipos.
8. Implementar medidas de conciliación y flexibilidad laboral.
9. Adoptar un plan organizacional que asegure la gestión constructiva de los conflictos.
10. Promover una cultura organizacional de ‘tolerancia cero’ hacia la violencia y que promueva el buen trato.
Y éste es el decálogo para los líderes:
1. Crear una red de apoyo con homólogos para evitar la soledad en el liderazgo.
2. Establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal, protegiendo el descanso como clave para un mejor desempeño.
3. Gestionar el estrés de forma proactiva mediante estrategias como la actividad física regular, la desconexión digital y la relajación.
4. Identificar y eliminar prácticas que afecten al bienestar psicológico.
5. Fomentar evaluaciones 360º, donde el líder también pueda ser evaluado por su equipo, obteniendo una visión constructiva y completa de su liderazgo.
6. Construir relaciones de confianza con los colaboradores, que faciliten el ejercicio de delegar.
7. Participar activamente en las prácticas de cuidado y cohesión de tu equipo.
8. Comunicar desde la transparencia para fomentar la confianza y cooperación de los equipos.
9. Adoptar una actitud compasiva, analítica y constructiva frente a los errores tanto propios como ajenos.
10. Fortalecer las habilidades de gestión y liderazgo a través de la formación continua y el mentorazgo.
Salud mental en los emprendedores
El bienestar psicológico de los emprendedores merece un capítulo aparte. Ya hemos hablado en más de una ocasión acerca de este asunto y hace apenas unos días, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, hablábamos del problema que conlleva la creación del arquetipo del héroe que puede con todo.
Carlota Mateos, cofundadora y directora de Ancla.Life, asociación enfocada en prevenir problemas de salud mental en los emprendedores, apunta que hay tres síntomas clásicos que indican que estás a punto de padecer un trastorno psicológico: fatiga mental, con problemas de concentración y grandes despistes; patrones de sueño alterados; y ansiedad, con palpitaciones, dificultad para respirar, sudores u otros síntomas parecidos.