La productividad y eficiencia está mostrando una preocupante tendencia a la baja en los últimos años.
En 2024, el nivel medio se sitúa en 49,35 puntos sobre 100, frente a los 54,40 puntos de 2023 y los 58,78 puntos de 2022. Es decir, se han perdido casi 10 puntos en apenas 2 años. Al menos ésta es la impresión que tienen las empresas encuestadas en el ‘III Barómetro sobre productividad y eficiencia’ de Adecco Outsourcing.
Además, 1 de cada 5 de las compañías españolas (20,83%) tiene un nivel de productividad y eficiencia nula (1,7 puntos porcentuales más que en 2023 y +4,48 p.p. respecto a 2022) y un 16,57% tiene un nivel muy bajo (+4,06 p.p. sobre 2023 y +6,69 p.p. respecto a 2022.
En el lado opuesto, cae hasta el 6,8% el porcentaje de empresas que tiene una productividad y eficiencia alta (-5,76 p.p. frente a 2023 y -10,05 p.p. respecto a 2022), mientras que el porcentaje de las que tienen un nivel muy alto se quedan en el 2,43% (-3,06 p.p. respecto a 2023 y -4,59 p.p. frente a 2022). Es decir, apenas el 9% de las empresas nacionales tienen una productividad sobresaliente, 9 p.p. menos que en 2023 y 14,64 p.p. menos que en 2022.
Los más productivos
El estudio desvela que las empresas españolas más productivas siguen siendo las que tienen plantillas de entre 250 y 1.000 empleados, con un nivel medio de 51,86 puntos sobre 100, aunque presentan un significativo descenso en los últimos 2 años (60,47 puntos en 2023 y 67,92 puntos en 2022). Esto hace que la diferencia en nivel de productividad y eficiencia respecto a las compañías de más de 1.000 trabajadores se haya reducido a la mínima expresión, ya que éstas presentan un nivel medio de 51,56 puntos, apenas 3 décimas menos.
En el lado opuesto, las organizaciones con menor nivel medio de productividad son las de menos de 10 empleados, con 39,71 puntos sobre 100 y una reducción de 7,47 puntos en los últimos dos años (43,62 en 2023 y 47,18 en 2022).
La productividad también varía sustancialmente dependiendo de los sectores de actividad. Las industrias con mayor eficiencia y con más sensibilidad hacia la productividad son aeronáutica (61,23 puntos sobre 100), banca y seguros (60,91 puntos), tecnologías de la información (58,60), automoción (55,95 puntos) y energéticas (55,30 puntos).
Por el contrario, los sectores con los niveles más bajos de productividad y eficiencia son puertos (28,25 puntos), administración pública (40,24 puntos), farmacéutica (42,85 puntos) y química (43,35 puntos).
¿Por qué desciende la productividad?
“En España, con más afiliados en lo que llevamos de 2024, la producción es inferior al año 2019. La caída de la productividad es una constante desde la crisis financiera de 2008. El número de trabajadores se ha incrementado más del doble que el crecimiento del PIB, y más del triple que las horas trabajadas. Algunos estudios coinciden en que se ha producido una pérdida de productividad por trabajador acumulada desde el año 2019 del 2,5% y un estancamiento de la productividad por hora trabajada en los últimos 3 años”, especifica Javier Blasco, director de The Adecco GroupInstitute.
Raúl Cortés, director comercial de Adecco Outsourcing, explica que “la productividad de nuestras empresas viene determinada en parte por factores exógenos como nuestro sistema educativo, el nivel tecnológico de nuestro mercado laboral o los cambios normativos que pueden influir en los índices de absentismo”.
Sin embargo, insiste en que “las empresas podemos trabajar en mejorar la productividad de nuestras organizaciones y en conseguir que nuestro país esté en la parte alta de la lista de países con mayor índice de productividad”.
En este sentido, recuerda que mejorar la productividad no se limita a ahorrar costes. “Aún observamos organizaciones que sólo buscan ahorrar costes consiguiendo el precio por servicio más económico posible operando con compañías que tratan de reclutar profesionales mal pagados, mal formados y mal dirigidos, cuya desmotivación redunda en una constante rotación de personas que provoca pérdida de calidad y sobredimensionamientos, que finalmente van en detrimento del espíritu de mejora de productividad. Todo ello, en un entorno en el que existe la necesidad de conseguir tener a las personas trabajadoras más expertas, más profesionales y más comprometidas, a las que hay que cuidar y mantener para que nos ayuden a mejorar la eficiencia de nuestras empresas”, señala.
Por si te sirve de ayuda, puedes echar un vistazo a este artículo que publicamos en EMPRENDEDORES, donde hablamos de la métrica que emplean las grandes empresas tecnológicas para medir la productividad.
La importancia de la productividad
Blasco hace hincapié en que “la productividad está detrás de los mejores síntomas de una economía y un mercado de trabajo competitivos”. “Ganar productividad significa que los aumentos en las riquezas del país son mayores al incremento en horas totales de trabajo sumadas por la economía. Los aumentos de productividad permiten que crezca la renta per cápita; contribuyen a la mejora de la competitividad de las empresas, lo que a su vez les permite ganar presencia en los mercados internacionales; y posibilitan que aumenten los salarios sin generar tensiones inflacionistas ni aumentos del desempleo”.
Asimismo, incide en que “el crecimiento de la productividad —y los aumentos salariales que lleva consigo— es un factor clave en la capacidad de atraer y retener talento por las empresas, organizaciones y territorios; y permite también el aumento del salario mínimo al que suelen optar los trabajadores menos cualificados, promoviendo de esta forma la reducción de las desigualdades”
Además, reseña que la productividad también “permite sostener el sistema público de pensiones, en particular, y el Estado de Bienestar, en general”.