La morosidad es todo un problema para muchas empresas, pero muy especialmente para pymes y autónomos, que pueden ver amenazada muy seriamente su viabilidad si sus clientes demoran los pagos de facturas.
Aunque la Ley de Morosidad fija un plazo máximo de pago de 60 días en las operaciones comerciales —30 días si quien paga es la administración pública—, la realidad es muy distinta.
Según el ‘Estudio de la gestión del riesgo de crédito’ de Crédito y Caución e Iberinform, más de la mitad de las empresas españolas (56%) sufren el impacto negativo de la morosidad en su cuenta de resultados. Y el 8% de las compañías consultadas creen que pone en riesgo su continuidad, tal y como contábamos hace unos meses.
Además, se palpa una preocupante sensación de indefensión. 8 de cada 10 empresas españolas reconocen que han recibido peticiones de sus clientes para aceptar plazos de pago de facturas más largos de lo que les gustaría. Y casi 7 de cada 10 compañías (69%) dicen haber cedido a la presión, aceptando plazos más amplios de los que deseaban, de acuerdo con el ‘Informe europeo de pagos 2023’ de Intrum,
El ‘truco’ del confirming
Por otro lado, algunas compañías utilizan un ‘truco’ para cumplir con la ley sin tener que afrontar los pagos a proveedores en tiempo y forma, gracias a la fórmula del confirming.
Se trata de un medio de pago a proveedores por el que una entidad financiera se encarga de gestionar y pagar las facturas de una compañía. De este modo, el proveedor recibe el cobro al vencimiento, aunque también puede optar por anticiparlo sometido a un importante descuento, tal y como explica la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM).
Así pues, estamos ante un producto financiero que permite alargar los plazos de pago a proveedores o gestionar el cobro con considerables rebajas, por lo que no resuelve el problema de la morosidad para los proveedores.
Sin embargo, es un recurso ideal para las empresas, muchas de las cuales consideran pagadas a nivel contable aquellas facturas a las que se ha comunicado un confirming, aunque el proveedor sólo pueda cobrarlas íntegramente al vencimiento del “pago confirmado”, que puede superar incluso los 240 días, según denuncia la PMcM.
“Así, las operaciones de confirming determinan que las deudas con los proveedores puedan figurar como pagadas a efectos del cálculo del periodo medio de pago, contemplando la fecha de entrega del confirming como día de pago. En el balance de las cuentas anuales de las compañías, algunas de estas operaciones de confirming no son consideradas deuda financiera, ya que se incluyen en la partida de deuda a proveedores”, especifica la asociación.
La UE quiere conocer la morosidad real
Sin embargo, esta argucia tiene los días contados, ya que la Comisión Europea ha aprobado el Reglamento 2024/1317, que permitirá conocer el plazo real de pago a proveedores.
Este nuevo reglamento de reporting financiero obliga a especificar en las memorias de las empresas las condiciones generales de los contratos con entidades financieras relativos a acuerdos de financiación a proveedores, los denominados confirming, especificando los importes de las líneas, sus plazos y garantías. Asimismo, las compañías deberán concretar los importes y plazos de los documentos de confirming descontados por los proveedores.
El objetivo de este reglamento es aportar información que permita conocer la situación real de los pasivos, los flujos de caja y los riesgos de liquidez. Esto proporcionará información para evaluar la incidencia del confirming sobre los pasivos (deudas), los flujos de efectivo (movimientos de dinero) de las empresas y la exposición de cada entidad al riesgo de liquidez.
“La UE tumba un subterfugio contable muy popular en España. Desde ahora, pagar por confirming no es pagar. Gracias a esta normativa, van a ir saliendo a la luz los saldos pendientes a proveedores, ocultos bajo el confirming, muy popular entre malos pagadores y entidades financieras que gustan financiar circulante a plazos desmedidos sin que se note. Ahora sí, sin trucos: el nuevo reglamento europeo permitirá conocer los plazos reales de pago a proveedores y cambiará las reglas del juego”, asegura Antoni Cañete, presidente de la PMcM.