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Harris o Trump: ¿cuál es el candidato que nos interesa más?

Hacemos un repaso por algunos de los principales aspectos de la economía que podrían verse afectados tanto con el triunfo de la demócrata Kamala Harris como del republicano Donald Trump.

05/10/2024  Ana DelgadoGestión
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Quien consiga ponerse al mando de la primera potencia del mundo en noviembre marcará el paso a los intereses económicos de España y la Unión Europea durante los próximos cuatro años.

Aunque el desempeño político y el de la economía, más que en una ciencia exacta, se basa muchas veces en el arte de amoldarse al discurrir de un contexto cambiante, atendiendo a los programas y los perfiles de los dos candidatos que se enfrentan en las elecciones presidenciales de EEUU el 5 de noviembre –Kamala Harris por parte del Partido Demócrata y Donald Trump por el Republicano– se pueden predecir algunas ventajas y riesgos que implicarán tanto el triunfo de uno como de otro candidato en nuestro entorno económico.

A grandes rasgos, mientras que Trump ha centrado su campaña en puntos como la inflación y la inmigración, Harris ha defendido una deducción fiscal para las pequeñas empresas, reducir la burocracia para su creación y, ya de cara a la ciudadanía, ayudas a la vivienda, control de precios abusivos o aumento a la desgravación fiscal por hijos. Más allá de estas medidas de repercusión interna, hay otras que nos pueden afectar más.

Diplomacia

Guste o no, el actual Ejecutivo de España tiene un signo muy alejado del candidato republicano quien ha mostrado públicamente su apoyo sin fisuras al partido que encabeza Santiago Abascal. Valga la observación para deducir que, a priori, no parece que será fácil el entendimiento entre ambos Gobiernos. También la anterior legislatura de Trump (2017-2021) supuso un deterioro en las relaciones con la Unión Europea que Biden ha tratado de enmendar. En ambos casos, la recomendación de los expertos es prudencia en las declaraciones e intentar evitar la disputa comercial entre China y EE.UU. 

Política comercial

Fiel a su mítica frase ‘America first’ , el candidato demócrata apuesta de nuevo por el proteccionismo y plantea imponer aranceles del 10% a todos los productos procedentes de cualquier país del mundo, mucho más elevados para China. Por contra, el candidato republicano promete incluir rebajas en el tipo del impuesto de sociedades al 15% (desde el 21% actual) para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos.  

Ya en su anterior mandato, Trump estableció gravámenes arancelarios que, en el caso de España, afectaron a productos como el aceite de oliva, los vinos, el queso fresco o las aceitunas. También Francia, Reino Unido y Alemania salieron bastante perjudicadas con la subida de aranceles al acero y el aluminio.

El triunfo de Biden alentó la idea de que se suavizarían las relaciones, pero no. La administración demócrata siguió la estela de Trump manteniendo políticas comerciales semejantes. No se esperan, pues, grandes cambios en este capítulo donde sectores como el agrícola y el ganadero español podrían salir de nuevo dañados. 

La forma habitual de contrarrestar efectos indeseados es subir nuestros propios impuestos sobre los bienes importados de EE.UU. De decidirlo así el mercado comunitario, un análisis de las economistas Kimberly Clausing y Mary Lovely señala que los aranceles de Trump costarían a un hogar típico de Estados Unidos 1.700 dólares al año. En el lado opuesto, otros economistas predicen que el aumento de la incertidumbre en la política comercial, podría resultar en una disminución del 1% en el producto interior bruto de la zona euro.

Inversión

Según Goldman Sachs, expertos en banca de inversión, operativa de valores y gestión de inversiones, las medidas anunciadas por Trump podrían anular el aumento del beneficio por acción de las empresas europeas en 2025. La misma fuente apunta que los sectores europeos de los servicios públicos y la sanidad tienden a ser los principales beneficiarios del aumento de los riesgos comerciales, mientras que el automovilístico, el industrial y el financiero probablemente se vean afectados.

La economía verde

Históricamente, Trump ha negado el cambio climático y su impacto sobre la economía, la salud y el medio ambiente. Aquí sí hay un distanciamiento claro con la trayectoria de los demócratas. Trump se propone poner todos los recursos de la nación al servicio de la extracción de combustibles fósiles, alentar la explotación de centrales eléctricas libres de emisiones y quiere acabar con el apoyo al vehículo eléctrico. De hecho, entre sus objetivos está recuperar el título de potencia energética mundial para EE.UU, algo que no se entiende muy bien teniendo en cuenta que el país no ha dejado de batir récords de producción de petróleo y gas natural y exportando energía fuera.

Kamala Harris, por su parte, ha manifestado siempre su compromiso con la justicia ambiental y las energías limpias. Como senadora por California en 2019, lanzó su apoyo al Green New Deal como una de las primeras copatrocinadoras. Compartir unos criterios similares en materia de contaminación medioambiental favorece la competitividad de los productores nacionales y europeos con una regulación cada vez más penalista en este sentido y con un Trump que promete eliminar 10 regulaciones gubernamentales por cada nueva regulación implementada.

Mayor gasto en Defensa

EE.UU lleva años lamentando ser la nación que más dinero aporta de las 32 que forman parte de la OTAN. Trump no solo se mantiene en sus trece, sino que aumenta las exigencias pidiendo ahora a los miembros que eleven su gasto en defensa del 2% al 3% del PIB. España, que es el país que menos contribuye económicamente, se varía obligado a hacer un esfuerzo muy significativo.

El mundo cripto

Sus adeptos, en este caso, tendrían que celebrar el triunfo de Donald Trump después de manifestar su deseo de convertir a EE.UU en la capital mundial de las criptomonedas augurando subidas espectaculares para criptodivisas como el bitcoin, a la inversa de lo que sucedería con Kamala Harris como ganadora. A la vez, algunos expertos señalan que el respaldo de Trump a las criptomonedas podría plantear desafíos para Europa con una normativa bastante restrictiva. Advierten también de que una posición monopolística de los tokens digitales dominados por el dólar puede suponer una amenaza para la segunda moneda fiduciaria de reserva más grande del mundo, el euro.

Ana DelgadoLarga trayectoria en el oficio del periodismo. Sé poco de mucho y mucho de nada
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