El fraude hace que las empresas de todo el mundo pierdan aproximadamente 359.000 millones de dólares. Esta cifra supone alrededor del 6,5% de la facturación global.
Y lo más preocupante es que los esfuerzos que dedicamos a tratar de reducir su impacto parecen infructuosos, ya que 3 de cada 4 empresas afirman que detectan tanto o más fraude que el año pasado.
Estas cifras se desprenden del informe ‘Estado del fraude omnicanal’ de TransUnion, correspondiente al segundo semestre de 2024 y elaborado a partir de una encuesta realizada a más de 800 empresas de una muestra representativa de países entre los que se encuentran como España, Botsuana, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, Hong Kong, India, Kenia, Namibia, Reino Unido, República Dominicana, Ruanda, Sudáfrica y Zambia.
Igualmente, hace algunas semana contábamos que el fraude en ecommerce se multiplicará casi dos veces y media en el próximo lustro, superando los 100.000 millones de dólares en 2029, según los datos de un informe de Juniper Research.
Así pues, no se trata de un asunto baladí. Y no sólo por las pérdidas económicas, sino también por el impacto que puede tener en nuestra reputación y en la confianza de los usuarios.
“Proteger frente el fraude a nuestros clientes y a sus respectivos negocios es esencial para poder conseguir experiencias de usuario personalizadas y seguras. Las conclusiones de nuestro estudio revelan cómo, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo por las empresas con buena fe para identificar y prevenir el fraude, los delincuentes siguen evolucionando. Es vital que las técnicas de prevención se adapten constantemente”, declara Lisette González, directora general de la compañía en España.
¿A qué tipos de fraude estamos expuestos?
Casi la mitad de las organizaciones consultadas indicaron que el scam o fraude autorizado fue el que más creció. Se trata de un tipo de estafa en la que una persona es engañada para que dé algo de valor. Además, es la causa más común de pérdidas para el 31% de las empresas.
Además, de acuerdo con los análisis de la red global de inteligencia de TransUnion, la tasa de transacciones digitales sospechosas fue muy alta durante la primera mitad de 2024, representando el 5,2% del total de transacciones analizadas.
Si nos centramos específicamente en España, observamos que la tasa de transacciones sospechosas de fraude realizadas desde nuestro país supuso el 4,2% del total.
La compañía ha detectado que el sector de los foros online y las plataformas de citas es el más afectado en España. “Durante la primera mitad del año, la industria de las comunidades online, que incluye foros o sitios de citas, fue la más afectada por sospechas de fraude, con un 11,5% del total de transacciones analizadas. Esto supone un 23% de incremento frente a la primera mitad de 2023”, indica TransUnion.
“El tipo de fraude más común en este ámbito fue el de los perfiles falsos. En España, la tasa de fraude en esta industria llegó al 14,8% del total de transacciones”, puntualiza.
En el resto de sectores, el fraude cometido con identidades sintéticas fue el de mayor crecimiento desde finales de 2023, con un aumento del 153% entre enero y junio, según el análisis realizado por la compañía.
Por su parte, los pagos de débito, también conocidos como transferencias electrónicas de fondos, fueron el tipo de estafa que experimentó el mayor crecimiento entre la primera mitad de 2023 y el mismo período de 2024, con un incremento del 113%.
Sin embargo, el abuso de promociones fue el tipo de fraude digital más común globalmente en la primera mitad del año, representando con un 3,6% de las transacciones. Se trata de un engaño en el que el consumidor se aprovecha de ventajas o incentivos financieros de forma ilícita.
De este modo, González hace hincapié en que las empresas que todavía no disponen de medidas de prevención deben adoptar tecnologías como la verificación de identidades, inteligencia IP, reputación de dispositivos o detección de identidades sintéticas.