Tradicionalmente, se suele decir que las épocas de crisis traen nuevas oportunidades. Y esto es cierto. En EMPRENDEDORES hemos mostrado algunos ejemplos de ello.
Sin embargo, lo más habitual es que las crisis se lleven por delante muchos proyectos empresariales, puestos en marcha con mucha ilusión y esfuerzo.
Los números no hacen más que confirmar esta afirmación. Según los datos de Iberinform, más de un tercio (34%) de las empresas creadas en 2019, año previo a la irrupción de la pandemia, ya no existen.
Y también han desaparecido 7 de cada 10 (71%) de las compañías que nacieron en 2007, ejercicio previo a la gran recesión global que tuvo su origen en la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos.
Iberinform hace hincapié en que sobrevivir a los 3 o 4 primeros años de vida supone todo un reto. “La inyección inicial de capital permite a la inmensa mayoría de los proyectos empresariales cumplir sin problemas los primeros 24 meses de vida. La tasa de supervivencia es del 99% de las empresas en su primer año y del 98% el segundo. Sin embargo, a partir de ese punto, aquellas que no son capaces de generar números negros afrontan un futuro muy incierto”, explica.
“Muchas empresas no logran superar los desafíos iniciales, por una falta de financiación adecuada, la intensa competencia, la mala elección de clientes o los rápidos cambios en el mercado. De hecho, el tercer año de vida es el que registra mayor mortalidad empresarial: la tasa de supervivencia cae 17 puntos, hasta el 81%. El cuarto año, el segundo peor de la serie, la tasa cae otros 11 puntos, hasta quedar en el 70%. Dicho de otro modo: uno de cada cuatro proyectos empresariales quiebra entre el tercer y el cuarto año de vida”, añade.
Una vez superada esa criba, las tasas de mortalidad empresarial se suavizan ligeramente en los años siguientes. Según el estudio de Iberinform, 2 de cada 4 proyectos empresariales no llegan a cumplir el décimo año, cuando la tasa de supervivencia se reduce al 47%. Y a los 15 años, la tasa de supervivencia se limita al 31%.
“Es un punto de giro en la madurez de las empresas españolas. A partir de ese momento, las posibilidades de supervivencia se estabilizan. Una de cada cuatro empresas logra cumplir los 30 años”, apunta Iberinform
Las cifras que maneja Informa D&B son menos positivas. De acuerdo con sus datos, de las 86.025 empresas creadas en 1993, apenas quedan activas comercialmente 14.621 de ellas. Es decir, un 17%, tal y como contábamos.
¿Por qué desaparecen o sobreviven las empresas?
Iberinform señala que “la capacidad de una empresa para mantenerse operativa y rentable a lo largo del tiempo depende de múltiples factores”.
“Entre los más relevantes están la capacidad de innovación para mantener la competitividad en su sector, el conocimiento de la evolución del mercado para ajustar sus productos y servicios y la adecuada gestión financiera de los flujos de caja y riesgos de crédito de la cartera”, detalla.
En este sentido, apunta que la supervivencia empresarial en España muestra una gran fragilidad, lo que explicaría por qué el riesgo de no cobrar de un cliente es uno de los más importantes que afronta una empresa.
Al hilo de ello, hace poco nos hacíamos eco de un dato muy preocupante: una cuarta parte de las compañías españolas (24%) han tenido que afrontar impagos significativos este año, según Crédito y Caución e Iberinform.
Asimismo, a nuestras empresas se les adeudan 1,3 billones de euros. Y 4 de cada 5 compañías (81%) tienen pagos o pendientes de cobro, como recogíamos en este otro artículo, de acuerdo con los datos de Intrum.
De este modo, Iberinform incide en que las altas tasas de fracaso subrayan la necesidad crítica de una gestión financiera prudente y una selección cuidadosa de los clientes para asegurar la viabilidad a largo plazo.