Sin hacer demasiado ruido, Estonia se ha alzado con el liderazgo de acumuladores de unicornios en el territorio europeo. Frente a la media europea de 0,9 unicornios por millar de habitantes, Estonia dispara la estadística con 4,5 unicornios por cada 1.000 habitantes, según confirma el informe State of European Tech 2023 de la firma Atomico. Estonia cuenta actualmente con diez unicornios, con nombres tan reconocidos mundialmente como Bolt, Wise o Pipedrive.
El pequeño país báltico, con menos de 1,4 millones de habitantes, se convierte así gran potencia europea en cuanto a la creación de startups además de presumir de ser el país más digitalizado el mundo. Aclarar, no obstante, que en Estonia no hay que ser ciudadano -ni siquiera residente- del país para convertirse en unicornio gracias al programa e-Residency que impulsa el gobierno estonio desde 2014 para atraer talento y que proporciona a los solicitantes un documento de identidad y una firma digital que les dan acceso a los servicios totalmente digitales de la administración del país.
Valga como ejemplo el caso de Glia, el último de los unicornios que se atribuye el país. La empresa de soluciones de atención al cliente digital fue fundada por los estadounidenses Dan Michaeli y Justin DiPietro, y el guatemalteco Carlos Paniagua, que dirigen su exitosa operación a distancia desde distintos lugares del mundo acogiéndose al programa e-Residency.
La notable contribución española
Son más de 114.000 e-residentes los que, hasta la fecha, han abierto más de 30.600 empresas en Estonia. España es el líder absoluto: de las más de 180 nacionalidades de e-residentes en todo el mundo, los ciudadanos españoles ya han establecido más de 2.600 empresas en Estonia, lo que supone más del 8,5% del total.
En palabras de Liina Vahtras, directora general de e-Residency, “el programa beneficia sobre todo a los emprendedores sin fronteras que quieren hacer negocios 100% online y tener acceso a la UE u operar en el mercado de la UE. Aunque abrir una empresa una vez obtenida la e-Residency no es obligatorio, esta es la mayor motivación para unirse al programa. Esto se ha entendido muy bien en España, donde más del 40% de las personas que obtienen la e-Residency estonia abren una empresa en Estonia. Es la tasa de conversión más alta en comparación con el resto de países”.
El impacto de los e-residentes
En los últimos cuatro años, una de cada cinco nuevas empresas estonias ha sido creada por e-residentes. El impacto del programa e-Residency en el ecosistema de startups de Estonia es cada vez más palpable. Actualmente, de las más de 1.500 startups de Estonia, el 38% están conectadas a e-Residency.
E-Residency está desempeñando un papel esencial en el crecimiento constante del sector de las startups estonias. Como explica Liina Vahtras, “Estonia es un caldo de cultivo para las startups, basado en un sistema fiscal favorable a las empresas, escasa burocracia, un entorno empresarial seguro y la infraestructura digital gubernamental más desarrollada del mundo. La elevada proporción de e-residentes en el ecosistema de startups estonio confirma que ofrecemos una solución competitiva en la que confían y que se valora en España y en el resto del mundo. Ningún otro país ofrece una comodidad comparable a los emprendedores”.

Espíritu de camaradería
E-Residency es el primer paso para que los ciudadanos extranjeros creen una empresa estonia 100% online, la gestionen y la hagan crecer desde cualquier lugar, con altos estándares de seguridad, sin trabas burocráticas y sin elevados costes de establecimiento y administración. Asimismo, el país ha establecido un marco jurídico específico para identificar y reconocer a las startups. En Estonia, una startup se define como una empresa de base tecnológica, innovadora y escalable, con un MVP y la primera tracción.
Agur Jõgi, CTO del unicornio Pipedrive emprendedor en serie, afirma: “La capacidad de una población tan pequeña para producir unicornios es única en el mundo. En Estonia, los fundadores, sin importar si son estonios o e-residentes de nuestra nación digital, están unidos por un espíritu de camaradería que crea un círculo virtuoso continuo de crecimiento del talento y las oportunidades, con empresas tecnológicas que valen el doble del presupuesto nacional del país. Nos elevamos levantando a los demás».
Jõgi, quien fue empleado de Skype, el primer unicornio estonio, ha visto el desarrollo del panorama de startups del país desde el principio: «Los colegas que pasan a fundar sus propias empresas reciben apoyo como futuros socios y oportunidades de inversión. Por ejemplo, Bolt y Wise fueron creadas por ex Skypers».