Poner en marcha un nuevo negocio siempre es ilusionante, ya que supone la materialización de una idea con la que probablemente lleves soñando desde hace años.
Pero también te hace darte cuenta de la dura realidad, generando un cúmulo de emociones que se yuxtaponen.
Arrancar un proyecto implica muchas cosas: financiación, trámites burocráticos, elección de instalación, compra del equipamiento necesario, selección del personal adecuado para acompañarte en este viaje…
Hace algunos meses, nos hacíamos eco de un informe de la aseguradora Hiscox, que analiza el coste real de montar una empresa. Dicho estudio reseña que los emprendedores se enfrentan a periodos de mucha inestabilidad, en los que es frecuente que los ingresos no sean fijos y varíen según el mes o el año hasta que el negocio acaba de coger ‘velocidad de crucero’ y alcanza rentabilidad y solidez.
De hecho, 6 de cada 10 (61%) dueños de una pyme que son autónomos no tienen nómina fija ni se lo plantean. Y en las pymes donde sus propietarios sí tienen nómina, en el 62,7% de los casos se la asignaron desde el primer momento, mientras que el 13,7% se pusieron sueldo a lo largo del primer año y un 19,3% empezaron a cobrar después del segundo año.
La financiación es otro asunto que da muchos dolores de cabeza, ya que 4 de cada 5 pymes españolas (81,2%) se crean con ahorros propios de los emprendedores. Asimismo, 3 de cada 10 empresas (29,4%) se montan gracias a las aportaciones de familiares y conocidos, mientras que un cuarto de las pymes (26,5%) echa mano de algún tipo de financiación externa.
¿Y si hay una crisis o la rentabilidad no llega? 7 de cada 10 emprendedores (68,2%) se ven obligados a echar mano de sus ahorros, mientras que cerca de un tercio recurren a familiares y amigos (31,7%) o financiación externa (30,6%).
Claves para gestionar tus emociones
Todos estos asuntos, y otros muchos, se agolpan en la cabeza de todo aquel que decide llevar a cabo sus sueños. “Emprender es una montaña rusa de emociones que incluye desde la incertidumbre, el miedo, la inseguridad, la desmotivación, el estrés y la impaciencia hasta la ilusión y la confianza. Manejar este vaivén emocional y hallar el equilibrio es fundamental para alcanzar el éxito”, afirma Luis García Ruiz, escritor, conferenciante, mentor de negocios y fundador de la Escuela de Aprendedores.
“Los emprendedores enfrentamos riesgos constantemente, por lo que debemos ser capaces de tolerar la frustración y de resolver los obstáculos que se presentan, muchos de los cuales suelen tener una importante carga emocional. En la mayoría de los casos, los problemas aparentemente empresariales son, en realidad, manifestaciones de conflictos personales proyectados en el emprendimiento. Sin embargo, es común que los emprendedores cometan el error de buscar fuera lo que primero deberían explorar en sí mismos”, añade.
Conviene hacer un ejercicio de reflexión y tomar las riendas de todas estas emociones para evitar que tiren por tierra todos los esfuerzos que estás haciendo para llevar a cabo tu idea. Así pues, García Ruiz subraya la importancia del autoconocimiento y detalla algunas formas en las que éste puede influir en el éxito empresarial.
1. Trabaja tu inteligencia emocional
“Es el primer paso para gestionar eficazmente nuestra autoconciencia. Los emprendedores debemos identificar y comprender cómo influyen las emociones en el comportamiento y en la toma de decisiones en la empresa”, especifica el experto.
2. Identifica tus fortalezas
“Conocernos a nosotros mismos nos ayuda a identificar nuestros talentos, habilidades y conocimientos. Al comprender nuestras fortalezas, las podemos aprovechar en nuestro emprendimiento para delegar tareas y crear un equipo motivado”, explica García Ruiz.
3. Identifica tus debilidades
Localizar nuestros puntos flacos puede ser incluso más importante que saber nuestras fortalezas. “Implica reconocer nuestras áreas de mejora y debilidades para trabajar en nuestro desarrollo personal o buscar colaboradores que nos ayuden en nuestro emprendimiento”, apunta.
4. Conoce tus valores
García Ruiz aconseja que nos paremos a pensar en cuáles son nuestros valores, ya que “nos ayuda a tener una visión y misión en nuestro emprendimiento para tomar decisiones alineadas con nuestra forma de ser”.
5. Potencia tu empatía
El especialista pone el acento en que no basta con comprender nuestras propias emociones, sino que también es fundamental prestar atención y entender las emociones de los demás, ya que esto puede mejorar las relaciones interpersonales y evitar malentendidos.
6. Adáptate al cambio
¿Cuántas startups pivotan su negocio para adaptarse mejor a las oportunidades de negocio reales del mercado y acaban alcanzando el éxito por un camino diferente del previsto de inicio?
Pues esto mismo se debe aplicar a la gestión de las emociones “El autoconocimiento nos ayuda a ser conscientes de nuestras habilidades de aprendizaje, nuestra capacidad de adaptación a diferentes situaciones y nuestra apertura para salir de la zona de confort una y otra vez”, comenta.
7. Mantén una comunicación abierta
“Nos permite comunicarnos de manera más consciente con los clientes, proveedores y colaboradores del equipo en un ambiente donde todos se sientan seguros y cómodos para expresar sus sentimientos, ideas e inquietudes”, apunta García Ruiz.
8. Gestiona el estrés
Los emprendedores suelen estar expuestos a elevados niveles de estrés. Según el informe de Hiscox citado anteriormente, casi 9 de cada 10 de los responsables de pymes (88,3%) han notado síntomas negativos a causa de su trabajo, como estrés (24,2%), problemas para dormir (20,8%), síntomas de ansiedad (20,7%), síntomas de depresión (11,4%) u otros síntomas (14,9%).
“Ser conscientes de nuestras reacciones emocionales, niveles de estrés y cómo gestionamos la incertidumbre nos permite autogestionar los diferentes desafíos más comunes al emprender y ser más productivos”, concluye el experto.