Ya te adelantamos que las startups de nueva generación serán [y ya lo son algunas] empresas en las que sus fundadores aprovecharán sus experiencias en otros emprendimientos y en otras startups para crecer, utilizando la innovación y el propósito como herramientas de gestión enfocadas hacia el crecimiento del negocio.
Si algo queda claro en la evolución de los mercados en los últimos meses es que las empresas de nuevo cuño, las startups que van naciendo, lo hacen con otra mentalidad o, tal vez, con la convicción de que salen al mercado con un propósito diferente, distinto o de otra naturaleza al tradicional.
Nacen atesoradas con la experiencia de sus fundadores, que cuentan con emprendimientos anteriores, que les han servido para aprender de los errores y asumir riesgos.
Para que tu proyecto triunfe en 2024, emprendedores, inversores, profesores e incubadoras nos ayudan a entender cómo evoluciona el ecosistema startup.
En los últimos meses, hemos asistido a una devaluación en las valoraciones de muchas startups. Un proceso de ajuste después de años de abundancia de capital, debido a que la competencia entre los inversores en su búsqueda del próximo unicornio nubló la vista a más de uno, aceptando pretensiones no justificadas por parte de un emprendedor aupado por la ley de la oferta y la demanda.
“La burbuja ha estallado”, explica Enric Durán, cofundador de Vermut, un proyecto de ocio online y presencial para mayores de 55 años, junto a Fernando Dellepiane: “Levantar fondos es mucho más complcado. Los ventures capitals se han vuelto menos arriesgados y buscan propuestas de valor muy diferenciadas”.
El consejo de Andrés Dancausa, general partner de TheVentureCity, firma asociada a SpainCap, es que el emprendedor “se centre en crear valor para su cliente final y deje de preguntarse cómo captar financiación. Si lo logra de manera excelente, cuando se quiera dar cuenta, será el capital quien lo busque, y no al revés”.

Hay que dejar de obsesionarse por el unicornio y centrarse en empresas de alto crecimiento y alta rentabilidad: en las empresas gacela.
Julia Prats, profesora de Iniciativa Emprendedora de IESE.
¿Mejor gacela que unicornio?
“Hay demasiado dinero buscando esos buenos proyectos y es una situación que no responde a la realidad de la startup”, explica Julia Prats, profesora de Iniciativa Emprendedora de IESE Business School: “Hay que dejar de obsesionarse por el unicornio para centrarse en empresas de alto crecimiento, de alta rentabilidad y con posibilidad de consolidarse en grandes compañías, lo que llamamos gacelas”.
Miguel Milián, responsable de Metodología de Lanzadera, participa en el ecosistema en una de las incubadoras de referencia. Desde 2013, este proyecto del fundador de Mercadona, Juan Roig, ha apoyado a más de 1.300 empresas.
En su opinión, los emprendedores tienen “cada día más en el punto de mira la rentabilidad. Los modelos con crecimientos exponenciales a cualquier precio cada vez se ven menos. Hoy, sobre todo, se busca rentabilidad casi desde el primer día, y que crezcan con recursos propios”.
Pero Dancausa también identifica una mayor ambición de la startup de 2023: “En esta década, nuestro ecosistema ha empezado con doce unicornios y se estima que la cifra se duplique en los próximos dos años. Esto es solo un ejemplo de cómo el emprendedor español ha cambiado: ya no busca crecimiento rápido y salida en el corto plazo sino disrumpir industrias y competir contra players globales, como Cabify”.
Busca innovaciones adyacentes
Sin duda, uno de los atributos startup mejor valorados en los pasados años fue la disrupción, “lo que pasa es que las startups realmente disruptivas son las menos”, apunta Prats: “Claro que nos gusta mirarlas, pero lo que hay que potenciar son esas innovaciones adyacentes que crean valor rápidamente porque imprimen velocidad a su crecimiento”.
Llegamos a una de las claves de bóveda que va a sostener el sistema startup. Se apuesta por modelos que ayuden a resolver problemas concretos, de modo especial en la gestión de empresas (B2B). Esto nos lleva al diseño de softwares y de tecnologías convertidas en herramientas de gestión con facilidad, para integrarse en los sistemas de las compañías clientes.
La prudencia manda cuando se pregunta a los expertos sobre los sectores que ofrecerán mayor recorrido. Regina Llopis, presidenta de honor y fundadora de W4Steam, tira de su amplio manejo de fuentes para arrojar luz explicando qué está ocurriendo. Estadística que avala con la experiencia de esta asociación de 170 business angels, todas mujeres, que ha realizado 49 operaciones en cinco años.
“Un estudio de 2021, en 31 naciones europeas, muestra la preferencia por la energía renovable en comunidades y cooperativas”. También resulta revelador el tipo de proyectos en los que invierte el capital extranjero en Europa: “De acuerdo a la consultora EY, apuestan por tecnologías transformadoras incluyendo IA generativa, y el imperativo de la sostenibilidad, que abre camino a nuevos modelos”.
En España, señala que se trabaja, sobre todo, con modelos tecnológicos, “el 80% de ellos dedicados a servicios de alta tecnología, de los que el 47% es actividad de programación, y el 13%, manufactureras de alta tecnología”.

El progreso en esta participación de la mujer en el ecosistema startup ha sido lento, pero España está ahora entre los líderes, superando medias europeas.
Regina Llopis, presidenta de honor y fundadora de W4Steam.
Colabora con la gran empresa
En este contexto, Milián explica que el emprendedor “tiene una mayor aproximación a las grandes corporaciones que han entendido cómo una startup aporta innovación, de manera muy ágil, a los procesos”. Recuerda que la colaboración con la gran empresa es crítica.
“Tu casa final puede ser una gran empresa”, recalca la profesora Prats: “Cuando una startup ofrece un producto global de calidad, encuentra gran dificultad en construir áreas como la red de venta o el apoyo logístico en el plazo en que la oferta debe globalizarse. La solución puede ser ir de la mano de una gran compañía, que, además va a facilitar el lanzamiento de nuevos productos y carrera profesional a sus trabajadores”.
Repetir aporta valor
La experiencia es un grado. En la larga experiencia de Prats, el emprendedor que repite es una figura indicativa de “la madurez del sistema emprendedor”.
Visión similar a la que ofrece Milián, de Lanzadera: “Cada vez se ven más perfiles con experiencia y un coste de oportunidad elevado. Muchos abandonan puestos de trabajo con buenas condiciones para lanzarse a la aventura. Esto se debe a que la sociedad ha evolucionado y que cada vez el ecosistema emprendedor es más maduro”.
La consistencia del equipo es fundamental. En Lanzadera aseguran que su experiencia se lo ha demostrado: “Al principio, nos fijábamos en las ideas y no tanto en las personas. Luego, nos dimos cuenta de que no valían nada si la persona que hay detrás no es la correcta. Hoy, ponemos mucho el foco en encontrar muy buenos emprendedores capaces de sacar adelante casi cualquier tipo de idea. El emprendedor debe de ser alguien resiliente, capaz de adaptarse al cambio y con liderazgo”, afirma Milián.
Buen ejemplo es Javier Goyeneche, que con 24 años veía crecer en 1994 su proyecto de Fun&Basics, una rompedora marca de complementos de moda que, finalmente, cerró.
Tras un paréntesis, en 2009, lanza Ecoalf, una marca referente de moda confeccionada con materiales reciclados que no deja de darle alegrías: “Todo emprendedor asume riesgos y más aún cuando es innovador. Si te pones a pensar en todo lo que puede salir mal, puede que no te lances a montar nada. Tenía claro que quería una marca diferente, porque los emprendedores tienen que ser innovadores, disruptivos y valientes y, además, coherentes con el mundo a largo plazo, valorando siempre el impacto que ese proyecto va a tener a futuro”.

Céntrate en crear valor para tu cliente. Deja de preguntarte cómo captar financiación. Si lo logras, será el capital quien te busque.
Andrés Dancausa, general partner de TheVentureCity.
Sumar talento junior y sénior
Dancausa identifica en la nueva startup “más talento. Los jóvenes al salir de la universidad ya no bus- can una gran corporación o una consultora, sino una compañía emergente donde generar un impacto, aprender y responsabilizarse de proyectos”. Comentario que habla de la importancia de atraer talento.
Pero, no solo talento junior. La aportación sénior es otra clave del nuevo ecosistema. Dancausa señala que “el número de personas que saltan entre 35 y 50 años a emprender, es cada vez mayor”.
Y en opinión de la profesora Prats, lo hace con mayores garantías de éxito: “Diversos estudios identifican que los proyectos que crecen por encima de la media cuentan en muchos casos con líderes de 38 a 45 años”.
A este respecto, el estudio de CaixaBank Day One e IESE, Análisis de una nueva generación de startups en España y Portugal, que ha estudiado hasta 987 proyectos españoles en fases de arranque (más 148 lusos), constata que cada vez los equipos fundadores tienen más experiencia laboral previa: el 59,5% más de 11 años de trabajo por cuenta ajena.
Finergia es ejemplo de esas startups que inician su andadura comercial este 2023, con un equipo sénior liderado por Agustín Serrano. Tras casi 26 años en una compañía, este profesional de planificación financiera se embarca junto a otros dos compañeros en un proyecto SaaS, dirigido a pequeñas y medianas empresas.
Serrano identifica tres ventajas en un business plan avalado por séniors. La primera se centra en el qué: “Contar con la experiencia para diseñar y desarrollar un producto muy complejo, pero fácil de utilizar”.
La segunda, en la credibilidad frente al inversor: “Sabían que era un proyecto complejo, pero veían en nosotros la capacidad de levantarlo”, justifica con el aval de haber sido incubada por Lanzadera. Y, por último, destaca la resiliencia: “Que ha permitido alcanzar un producto de alta calidad y un apoyo importante en nuestro entorno. Cuando emprendes con mi edad, el margen de error es mucho más pequeño, pues no puedes volver atrás fácilmente”.
Milián recuerda que en cualquier situación es importante contrastar ideas: “Cada vez se busca más consejo en otros emprendedores o gente con experiencia que ya haya pasado por el problema o el reto que ellos están viviendo”.
Inversores: más profesionales y exigentes
Sin inversores no hay startup. Esta figura es una de las que más ha evolucionado en los últimos años. Pero, antes de destapar su nuevo perfil, analizamos su actividad.
Según datos de SpainCap, en 2011, la inversión española en venture capital era de 208 millones de euros. El año pasado fue de 3.417 millones. “No solo se trata de más capital”, aclara Dancasua, “también de un inversor más sofisticado, centrado en el largo plazo y con capital para las etapas de crecimiento, lo que en 2011 era inexistente”.
Este experto incide en una de las demandas de los emprendedores: que el capital acompañe en fases medias. Pero la profesora Prat reconoce que hay camino por andar: “Aún estamos madurando en ese respecto”. Como positivo, apunta el incremento de las operaciones transfronterizas, posibilidad que debe estar en el radar del emprendedor
Otra de las demandas al inversor es reducir su aversión al riesgo: “Es cierto que España es un ecosistema que siempre ha dado mucho peso a las métricas de negocio o a la facturación. Ahora, debido a la menor liquidez del mercado, se buscan compañías con más caja e independencia financiera que puedan evitar o retrasar la necesidad de ampliar capital hasta 18 meses, cuando antes lo buscaban a los 12. Esto le permite ser más eficiente con la caja y no comprar crecimiento a cualquier precio”.
En resumen, Dancausa señala que la mayoría del venture capital se centra en las fases tempranas (capital semilla o series A): “Una startup, en fase de crecimiento, sigue saliendo fuera de España y este es un hueco que debemos solucionar como país, porque es, en ese momento, cuando más valor aporta a la economía y empleo y, sin embargo, son fondos extranjeros quienes lo capitalizan”.
Pero, hablábamos del cambio de perfil en el inversor: “Como ya pasó en el ecosistema americano, hay una tendencia clara en que los fondos de venture capital dejen de ser liderados por perfiles del mundo financiero para serlo por emprendedores y operadores que entienden de tecnología, productos y negocios, más allá de la cuenta de resultados financiera. Esto hace que el inversor deje de competir en capital, y lo haga en conocimiento, dotando al emprendedor de más herramientas para hacer crecer su negocio”. Una descripción de situación aportada por Dancausa.

Los emprendedores tienen en el punto de mira la rentabilidad. Se busca rentabilidad casi desde el primer día y crecer con recursos propios.
Miguel Milián, responsable de Metodología de Lanzadera.
El talento femenino importa
“El emprendimiento femenino sigue siendo un reto. Tan solo un 26% de las empresas de la muestra cuenta con mujeres en los equipos fundadores”, dice el estudio de CaixaBank Day One. La buena noticia es que aumenta el porcentaje de startups donde la mayoría son fundadoras (16% frente a 14%, de 2022).
“El progreso en esta participación de la mujer ha sido lento, pero España está ahora entre los líderes, superando medias europeas”, explica Llopis: “Una de las razones es que cuando hay mayor diversidad en los equipos, hay tendencia a obtener mejores resultados, con retornos más sólidos y mayores beneficios. Firmas de venture capital con sólo un 10% más de mujeres entre los partners han alcanzado un 1,5% de aumento en los retornos del fondo y 9,7% en aumento de rentabilidad de los exits”.
Y no es el único ejemplo que ofrece sobre el rendimiento femenino: “Según un estudio de First Round Capital, las compañías con un CEO mujer tenían un 63% más de retornos a la inversión”. Pero la renuncia a la diversidad de género, como a la multiculturalidad, también resta visión, por lo que cada vez se valora más que el equipo cuente con esas miradas. Algo que apoya la Ley de Emprendedores.
Aprovecha el ecosistema
En esta ocasión, España no ha dejado pasar la ola de la revolución startup, y una de las muestras es el apoyo que desde el Gobierno ha supuesto la aprobación de esta ley en 2023, que, aunque no sea perfecta, en opinión de algunos, empuja a la creación de empresas con ayudas fiscales incluidas y agilizando los procesos o la incentivación de la mujer.
Desde Vermut, Durán apunta que “nunca hubo tanto soporte desde el Estado, la UE y las grandes corporaciones. La sociedad también ayuda a no etiquetar de completamente loco al startapero”.
Prats así lo cree: “Necesitamos agentes que entiendan el ecosistema, y cada vez hay más apoyando la startup desde el punto de vista social, de la divulgación y comunicación, profesionales, consultores y abogados e incluso, los bancos”.

Emprender con propósito
Ecoalf es una de esas marcas que rompe con los ‘postureos’ sociales tan habituales en la moda, para convertirse en una alternativa de quien se viste con principios éticos. Así la ideó Javier Goyeneche en 2009, y 14 años después asegura que “una de las cosas de las que más orgulloso me siento es de que hoy nuestro propósito y visión siguen intactas y más fuertes que nunca”. Los más de 85.000 productos vendidos en 33 mercados dan prueba de ello.
Goyeneche es un emprendedor precoz que se curtió en la segunda mitad de los años 90 con los complementos de moda Fun&Basic, para luego renacer con un mensaje de economía ética aplicada a la moda de calidad, que en su momento sonó tan sorprendente como tejer un anorak con botellas de plástico rescatadas del océano: “Creo que necesitamos una nueva generación de compañías que hagan las cosas de forma diferente, que sean disruptivas en el modelo, valientes y capaces de demostrar que también pueden ser rentables”.
Durante sus tres décadas de recorrido asegura haber aprendido que el instinto y la diferenciación son buenos compañeros de viaje: “Si no crees en lo que estás haciendo, nadie lo va a creer. Por eso, hay que mantenerse fiel a los valores y seguir avanzando. Además, lo importante no es qué hacer sino cómo lo haces. Y de cara a una expansión internacional es fundamental la diferenciación. En el mundo ya existen miles de compañías en cada sector”.
Sin embargo, advierte del peaje de hacer las cosas diferentes: “Es verdad que hoy en día hay mayor sensibilidad hacia compañías que no solo son rentables, sino que buscan un impacto positivo, y ahí hay un futuro enorme”. Pero, pese a lo positivo de la tendencia, “des- afortunadamente se sigue midiendo a las compañías de impacto positivo con los mismos ratios de las que no en términos de rentabilidad, margen, retorno de inversión, etc. Y mientras así sea, es más complicado captar financiación para las empresas que quieren hacer las cosas de manera distinta, sobre todo, en su inicio”.

Compromiso con la austeridad
Una empresa de ocio para mayores de 55 años. Es el proyecto en el que trabajan Enric Durán y Fernando Dellepiane, fundadores de Vermut. Su idea es “crear la primera red social de séniors, eliminando el miedo a envejecer y la brecha digital, ya que les ayuda a acceder a la tecnología de una manera fácil, permitiendo conectarse con personas en línea y de manera presencial”.
Y la pasión es su regla de oro para consolidarla: “Todos queremos tenerla, pero es cuando el camino nos pone a prueba, cuando lo comprobamos. El contexto económico ha obligado a sudar en cada logro y a levantarnos en cada contratiempo. A esta altura, sabemos que tenemos pasión y que solo queremos trabajar con personas que también la tengan”.
Otra cualidad para Vermut es la austeridad. “Fuimos de los primeros empleados de Glovo, donde el gran lema es ser lean, austero, hacer más con menos. Y ha sido clave para estar vivos en ese contexto tan duro a nivel fundraising. En Glovo aprendimos que el emprendimiento no es para todos, y trabajar en una startup, tampoco”.
Hacer equipo es otro reto: “Se ha vuelto más desafiante conseguir un compromiso total. La búsqueda de equilibrio entre trabajo y vida, muchas veces, choca con la realidad de levantar una startup. Todos quieren su dinamismo y la flexibilidad, pero no estar haciendo tres roles a la vez, y por definición la startup tiene que crecer a un ritmo cinco o diez veces más rápido que cualquier compañía tradicional. Como positivo, se ha abierto una gran oportunidad con el trabajo remoto. Contar con un equipo en Latam o India puede marcar la diferencia”.

Innovación y disrupción
Facilitar asesoramiento financiero de calidad al mayor número de pymes sin un gran esfuerzo económico es la misión de Finergia. Para lograrlo, esta startup, que ahora inicia su comercialización, ha diseñado un SaaS de planificación financiera, “que busca optimizar los costes y mejorar el beneficio, manteniendo un control permanente de la caja”.
Al frente del proyecto se encuentra Agustín Serrano, que lidera un equipo de veteranos profesionales, formado por Marisa Altés y Daniel Orozco, que como el propio Serrano cuentan con décadas de experiencia a sus espaldas. Tras los tres años de gestación del proyecto y su colaboración en Lanzadera, donde su proyecto fue seleccionado en un ambiente dominado por emprendedores que podrían ser sus hijos, su sensación es que “la edad o el origen no importan; lo importante es aportar valor a la sociedad mediante la innovación y la disrupción”.
En estos momentos, “el paradigma del ecosistema ha cambiado –subraya Serrano–. Con las subidas de los tipos de interés, ha bajado el volumen de inversiones y ahora se busca que las empresas traccionen para ver rentabilidad en el menor plazo posible. En estos momentos, ya no vale crecer rápido a cualquier coste”. Pero la edad sí pesa como positiva a la hora de levantar financiación: “Tu trayectoria sirve para demostrar que estás preparado para asumir el reto y ejecutarlo adecuadamente”. Eso sí, en su opinión, siempre que ofrezca rentabilidad, escalabilidad e impacto social.
Otros de los ingredientes que considera imprescindibles para triunfar hoy son buscar los mejores compañeros de viaje, planificar el proyecto antes de comenzar a andar –“no intentarlo sino lanzarse con toda la capacidad y sacrificio”– y rodearse de un entorno de emprendedores.