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¿Cómo gestionar los riesgos en tu empresa?

Accidentes laborales, robos, incendios, ciberataques… Los riesgos a los que se ven expuestas las empresas son muchos. ¿Cómo prevenirlos? ¿Y cómo atenuar sus consecuencias?

04/04/2025  David RamosGestión
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Las empresas se enfrentan cada día a múltiples amenazas que pueden comprometer su actividad e incluso su supervivencia, así que tenemos que estar preparados.

Algunas empresas, sobre todo, las grandes, suelen contar en su plantilla con un área de gestión de riesgos.

riesgos de empresa

Prevención y gestión de riesgos

“El gerente de riesgos es la persona encargada de identificar, examinar y evaluar los riesgos que pueden afectar al funcionamiento normal de una empresa en el alcance de sus objetivos o productividad”, declara Óscar Santaella, profesor del Grado en Derecho de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Para ello, “deben adoptar las medidas de prevención o mitigación de los efectos que esos riesgos pueden generar. Una correcta planificación empresarial exige tener personal encargado de esta función, pues no se trata de una actuación puntual, sino dinámica, que exige protocolos de actuación debidamente actualizados a la actividad empresarial”, añade este experto.

Sin embargo, esta figura aún no está demasiado extendida en nuestro tejido empresarial, sino que la prevención y la gestión de riesgos en las pymes suele quedar en manos de los directores, administradores y gerentes. También es habitual que deleguen esta función en corredores de seguros especializados en empresas o en asesorías expertas.

Plan de respuesta

Además, pese a todas las prevenciones, a veces, tenemos que enfrentarnos a la materialización de los riesgos. Por eso, es fundamental tener un plan de respuesta.

“Un siniestro no tiene por qué ser el fin de una empresa, pero una mala gestión sí puede serlo. Cuanto más rápida y eficiente sea la respuesta, menores serán las pérdidas económicas y de reputación. Por eso, lo fundamental es tener un plan claro, reaccionar con orden, evaluar el alcance de su impacto, implementar medidas de contención, gestionar las reclamaciones con objetividad y bien documentadas, y aprender de la experiencia para estar mejor preparados la próxima vez”, comenta Rafael Villanueva, gerente de la correduría Elige Seguro.

Asimismo, la existencia de un adecuado plan de seguros puede marcar la diferencia entre la supervivencia o la desaparición de la empresa. “Si la gestión de riesgos no pudo evitar o aminorar su impacto, sólo cabe comprobar si hicimos la correcta transferencia al mercado asegurador”, afirma Luis Lancha, Risk & Insurance Corporate Manager de Sener.

En cualquier caso, Pedro Antón, director ejecutivo de la correduría Acosur Broker, recuerda que “el deber de salvamento y prevención corresponde a la empresa”, por lo que “se deben emplear todos los medios necesarios para salvaguardar los bienes dañados y aminorar todo lo posible los perjuicios que se puedan haber ocasionado”.

¿Cómo gestionar los riesgos en tu empresa?

Principales riesgos

A continuación, nos detenemos en algunos de los riesgos que amenazan a las empresas y cómo podemos prevenirlos o mitigarlos.

Daños materiales

Cualquier empresa está expuesta a riesgos que pueden causar daños materiales en sus activos o bienes, como incendios, explosiones, robos, inundaciones y catástrofes naturales, cortocircuitos, vandalismo, rotura de maquinaria, etc.

La prevención contra incendios ya forma parte (o debería) de los programas de la mayoría de empresas, que cuentan con extintores y sistemas contra incendios, revisiones periódicas, formación del personal, protocolos de actuación, etc. También es preciso adecuar los sistemas eléctricos, realizando revisiones y disponiendo de reguladores, sistemas de respaldo, separación de circuitos críticos…

Antón pone el ejemplo de una empresa del sector químico que planificó la sectorización (áreas de procesos industriales, almacenamientos de materias primas y productos acabados, etc.) e instaló medidas de protección contra incendios. Gracias a ello, pudo salvar todo el proceso productivo y evitó que el fuego se propagase a toda la empresa cuando se produjo un incendio por cortocircuito en uno de los cuadros en una de las partes sectorizadas.

Además, la DANA nos ha mostrado el enorme riesgo que suponen las inundaciones. Las empresas en zonas con riesgo de inundación han de tener en cuenta aspectos como la instalación de barreras, sistemas de drenaje y desagüe, planes de contingencia ante emergencias, la construcción elevada o el mantenimiento en alto de la maquinaria y documentos más importantes, etc.

Asimismo, es fundamental contar con las medidas de seguridad oportunas para evitar robos y vandalismo, como vigilancia y control de accesos, sistemas de alarma, una iluminación adecuada…

Todos estos riesgos suelen estar incluidos en los seguros multirriesgo para empresas, que incluyen daños propios en continente (oficinas, fábricas, almacenes, etc., así como sus equipamientos: instalaciones, ascensores, puertas…) y contenido (mercancías, materias primas, mobiliario, archivos…). Dichos seguros se pueden completar con coberturas como responsabilidad civil de explotación, pérdidas sufridas como consecuencia de un siniestro, protección de maquinaria y equipos electrónicos o seguro de transporte de mercancías.

Por otra parte, el seguro de flotas es fundamental para empresas que cuenten con varios vehículos comerciales, de reparto, etc. Este seguro ofrece coberturas similares a las que proporciona el seguro de autos de uso particular, como RC obligatoria, robo, incendio, rotura de lunas, defensa jurídica, reclamación de daños, etc.

Responsabilidad civil

Las empresas se pueden ver expuestas a reclamaciones por daños causados a terceros durante su actividad, por lo que esta responsabilidad civil (RC) supone un importante riesgo.

Hay varios tipos de RC: de explotación (caída de un cliente en nuestras instalaciones, por ejemplo), patronal (accidente laboral de un empleado), profesional (por errores en el ejercicio de la actividad), de producto (por defectos o inseguridad), medioambiental (daños causados al entorno) o de administradores y directivos o D&O (por una mala gestión o decisiones erróneas). En todo caso, siempre ha de existir alguna negligencia o error por parte de la empresa.

Las medidas de prevención dependen del tipo de RC de la que hablemos. En RC de explotación, debemos señalizar zonas peligrosas, realizar un buen mantenimiento, capacitar al personal en seguridad, tener protocolos de atención ante incidentes, etc.

Todo eso sirve también para la RC patronal, que se debe completar con planes de prevención de riesgos laborales, la dotación de equipos de protección, etc. Santaella hace hincapié en que una buena gestión de riesgos debe contemplar también posibles subcontrataciones, tan frecuentes en muchos sectores, como en la construcción.

“Si la póliza no cubre la RC cruzada de los trabajadores subcontratados y la empresa debe hacer frente a la indemnización por lesiones invalidantes, o incluso el fallecimiento, puede llegar a suponer la desaparición de la empresa”, advierte.

En el caso de la RC profesional, conviene disponer de protocolos de calidad y buenas prácticas, realizar auditorías, etc. Y en RC de productos, es necesario tener controles de calidad, hacer pruebas y certificaciones, seguir las normas de etiquetado del sector., etc. También es importante disponer de un plan de retirada del mercado de productos defectuosos, para lo que es indispensable la trazabilidad de los mismos.

En el caso de RC medioambiental, hay que cumplir con las normativas, gestionar adecuadamente los residuos y disponer de planes de emergencia ante derrames o emisiones. Y en D&O, hay que aplicar los principios de buen gobierno corporativo, realizar auditorías, consultar a asesores, documentar la toma de decisiones, etc.

El sector asegurador ofrece soluciones para todos estos tipos de RC, haciéndose cargo de las posibles indemnizaciones que haya que pagar por los daños personales, materiales o incluso perjuicios económicos a terceros causados por la empresa o sus empleados de forma involuntaria.

El seguro de RC medioambiental es especialmente relevante, ya que la Ley de Responsabilidad Medioambiental se basa en el principio ‘Quien contamina, paga’, por lo que se puede exigir la reparación íntegra de los daños causados.

Además, hay que tener en cuenta que el seguro de RC profesional es obligatorio para el desempeño de algunas actividades (médicos, abogados, arquitectos, ingenieros, mediadores de seguros…), y muy recomendable en otros muchos casos (consultoría, arquitectura, asesoría financiera, etc.).

Riesgos cibernéticos

El aumento de los ciberataques, especialmente del ransomware y el phishing, es uno de los riesgos que más preocupa a las empresas. Además, los ciberriesgos son una amenaza especialmente delicada para las pymes, que normalmente cuentan con menos recursos de ciberseguridad, por lo que son particularmente vulnerables.

De hecho, alrededor del 70% de los ciberataques se dirigen a pymes, según los datos del estudio Panorama actual de la ciberseguridad en España: retos y oportunidades para el sector público y privado de Google. Además, la creciente dependencia de la tecnología y el auge del teletrabajo aumentan la exposición de las empresas de prácticamente cualquier sector.

“Sus consecuencias operativas, económicas, jurídicas o reputacionales pueden ocasionar la quiebra de muchas empresas”, advierte Villanueva. No en vano, Google calcula que 6 de cada 10 pymes europeas víctimas de ciberataques desaparecen en los seis meses siguientes al incidente.

La prevención pasa por la realización de auditorías de seguridad, la creación de una política de ciberseguridad, la elaboración de un plan de respuesta, el despliegue de medidas de protección tecnológica (firewalls, control de acceso y autenticación, cifrado de datos, actualizaciones y parches de seguridad…), la realización de backups de seguridad, la formación y concienciación de la plantilla, etc.

Y por si todo eso falla, es aconsejable contar con una póliza de ciberriesgos. Estos seguros ofrecen protección frente a ciberataques que comprometan la seguridad de los sistemas informáticos de la empresa, dando respuesta a las consecuencias derivadas de ellos. Suelen incluir la recuperación de datos en caso de alteración, pérdida o robo de los mismos y cobertura de interrupción de negocio para hacer frente a la pérdida económica por paralización actividad, así como la cobertura de RC de la compañía y daños a terceros.

Estos seguros también pueden incluir los gastos derivados de la gestión de crisis reputacional o el análisis forense en caso de incidente, la cobertura de sanciones de la AEPD (como complemento a la RC) e incluso ante la extorsión de un ataque ransomware. Además, acostumbran a incluir servicios preventivos de análisis de vulnerabilidades y vigilancia digital.

Interrupción de actividad y cadena de suministro

Eventos como la pandemia, conflictos geopolíticos, guerras comerciales, sanciones internacionales y desastres naturales nos han demostrado que hay situaciones que pueden llegar a interrumpir nuestras operaciones y trastocar las cadenas de suministro.

Además, la creciente globalización de las cadenas de suministro aumenta la complejidad y la vulnerabilidad de todo tipo de empresas, especialmente de aquellas que dependen de las importaciones o exportaciones.

La prevención ante estos acontecimientos pasa por la realización de un análisis de riesgos para identificar posibles amenazas y el impacto económico que podrían tener. También habría que elaborar un plan de continuidad de negocio, con protocolos de respuesta, planes alternativos, etc. Igualmente, conviene diversificar almacenes y proveedores, además de disponer de un stock de seguridad.

Asimismo, podemos contar con un seguro de pérdida de beneficio o interrupción de actividad. “Si la empresa tiene que detener su actividad por un siniestro, esta cobertura puede proporcionar los ingresos que se dejan de percibir y/o sufragar los gastos generales mientras se restablece la operativa. Su importancia es relevante siempre, pero en algunos casos incide directamente en la continuidad de la empresa, pues las consecuencias del paro en la actividad pueden ser superiores a los daños que lo motivaron”, remarca Villanueva.

Por otro lado, las empresas centradas en la importación y exportación de mercancías tienen a su disposición seguros de transporte de mercancías, ya sea terrestre, marítimo o aéreo, que ofrecen cobertura ante los posibles daños que sufra la carga transportada durante su traslado y descarga.

Riesgos personales

El año pasado murieron en España 796 personas como consecuencia de accidentes laborales, un 10,4% más que en 2023, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Cuatro de cada cinco accidentes (81,2%) se produjeron en el ‘tajo’, mientras que el resto fueron in itinere.

Estos datos ponen de manifiesto la importancia de la prevención de riesgos laborales, que evitará muchos de estos incidentes. Sin embargo, es mejor estar preparados por si suceden.

Los convenios colectivos de varios sectores obligan a la contratación de pólizas de vida o accidentes que den cobertura a los trabajadores ante distintas circunstancias: enfermedades profesionales, fallecimiento e invalidez permanente, invalidez parcial, fallecimiento por causa natural, asistencia derivada de accidentes no laborales, ayudas por defunción, gastos de sepelio, etc.

El seguro de accidentes es muy habitual en el ámbito industrial, pero también en muchos sectores del sector servicios, en el ámbito agropecuario o en la construcción. En cualquier caso, siempre es recomendable. Y también hay muchas compañías que cuentan con seguros de salud colectivos para su plantilla, así como planes de pensiones de empresa.

Riesgos económicos

La inflación, la ralentización del crecimiento económico o la volatilidad del mercado pueden afectar a la demanda, los costes y la rentabilidad de las empresas.

Según la oleada de otoño del Estudio de la gestión del riesgo de crédito en España de Crédito y Caución e Iberinform, cerca de la mitad de las compañías consultadas en nuestro país (46%) creen que el contexto general es uno de los principales retos para hacer negocios. Por detrás se sitúan otros factores muy vinculados con este contexto general, como unos márgenes comerciales insuficientes (39% de las empresas), los costes de producción (26%), el acceso a la financiación (12%) o la morosidad (10%).

Asimismo, el último Informe europeo de pagos de Intrum descubre que la reducción de costes y la mejora de la eficiencia son los principales objetivos de las empresas. Además, el fortalecimiento de la liquidez y el flujo de caja es la segunda prioridad para el 74% de las empresas encuestadas.

La prevención ante los riesgos económicos pasa por llevar a cabo una gestión financiera diligente y controlar los costes, apostando por la optimización de costes fijos y variables (renegociando con los proveedores, por ejemplo), la exploración de nuevas fórmulas de financiación (factoring, crowdfunding, private equity, direct lending, etc.) o una mejor gestión de la morosidad.

Además, los seguros de crédito comercial son una herramienta indispensable, ya que brindan protección a las empresas ante impagos de los clientes y garantizan el cumplimiento de las obligaciones contractuales.

¿Cómo gestionar los riesgos en tu empresa?

¿Qué falla en la gestión de riesgos de las empresas?

La prevención y la gestión de riesgos es la mejor manera de evitar futuros problemas. Sin embargo, muchas empresas no le prestan la atención que se merece. ¿Por qué?

Costes

La prevención de riesgos conlleva realizar inversiones antes de que se materialice una situación que justifique ese desembolso. Hay empresas que prefieren asumir el riesgo y no realizar dichas inversiones o contratar un seguro, afrontando los costes en caso de producirse un incidente. El problema es que hay siniestros con repercusiones tan graves que pueden abocar a la compañía a su desaparición.

Incomodidad

Desplegar medidas de prevención puede suponer el establecimiento de protocolos y procesos que entorpecen o ralentizan la operación e introducen ciertas molestias en el día a día.

Falta de implicación

La prevención de riesgos debe formar parte de la cultura corporativa de arriba abajo. Se necesita que la dirección sea consciente de los riesgos e invierta en prevención, pero también que la plantilla respete las normas y protocolos. Sin embargo, suele haber mucha resistencia al cambio y cuesta cambiar la manera de hacer las cosas.

No vale con cumplir la ley

Muchas empresas confunden el cumplimiento de la ley con la prevención. Aunque las normativas suelen partir de la premisa de prevención, el texto no puede descender al detalle de cada empresa, sino que fija unos requisitos mínimos. Cada compañía debe analizar sus propios riesgos y ver si están bien protegidos.

Importancia del plan de seguros

“A pesar de parecer un gasto superfluo, los seguros pueden llegar a permitir la continuidad y supervivencia de la empresa”, remarca Santaella. El plan de seguros de cada compañía debe adecuarse a su actividad, tamaño, organización interna, activos, estrategia, proveedores, etc.

“Las empresas deben hacer un trabajo para evaluar y definir cuál es su tolerancia y apetito al riesgo y, a partir de ahí, diseñar un adecuado plan de transferencia al mercado asegurador”, explica Lancha.

Al margen de los seguros obligatorios para la actividad de tu empresa, hay que valorar qué riesgos queremos asumir y contratar las coberturas necesarias.

“Es prioritario realizar un detallado análisis y mapeo de riesgos, identificando aquellos que puedan suponer un escollo en la continuidad o recuperación de la empresa tras un evento dañino. Además, es importante evaluar la aplicación de medidas de prevención, lo que redundará en tarifas más favorables y mejores condiciones de cobertura, así como comparar coberturas y costes en diferentes aseguradoras”, detalla Villanueva.

Antón también hace hincapié en que “es importante tener actualizados los capitales asegurados, con el fin de evitar problemas de infraseguro”.

Sin embargo, reseña que muchas empresas desconocen cuáles son los capitales asegurados, sobre todo en la valoración de activos con cierta antigüedad. Y en ocasiones, se declara un valor menor para reducir la prima a pagar.

¿Cómo gestionar los riesgos en tu empresa?

Problemas para asegurar ciertos riesgos

“Varios sectores tienen graves problemas de colocación de seguro por su actividad, como las empresas de alimentación, químicas, textil, madera y, sobre todo, reciclaje, ya que casi es misión imposible la contratación de una póliza de daños propios que pueda proteger sus patrimonios y el de las familias de los empleados que componen las empresas”, especifica Antón.

Por otro lado, Lancha aprecia “problemas de coberturas y capacidad en los sectores menos ‘verdes’ de generación energética”.

Asimismo, Villanueva reseña que “se está produciendo una reducción en la capacidad de las aseguradoras, que se traduce en un endurecimiento de mercado, afectando principalmente a los sectores energético, químico, reciclaje, madera y algunos proveedores de servicios digitales”.

Explica que esto se debe a una conjunción de factores, como el aumento de la siniestralidad –por la evolución de los riesgos climáticos, entre otros motivos–, una “cierta laxitud en el pasado en cuanto a la verificación de riesgos y aceptación de los mismos sin recabar la suficiente información” y al “incremento de las reclamaciones, derivadas, en parte, de cambios regulatorios”.

Además, advierte que “no tardaremos en ver falta de oferta y cobertura para riesgos meteorológicos en determinadas zonas geográficas”.

David RamosDesde 2006, soy periodista freelance especializado en información económica, técnica y sectorial.
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