Todos los esfuerzos que se hagan son pocos para reducir la brecha de género. Y no sólo por igualdad y justicia, que son los motivos principales, sino también por interés económico. No nos podemos permitir el lujo de desaprovechar el talento de la mitad de la población.
Sin embargo, la brecha de género sigue siendo una realidad en muchos ámbitos. Por ejemplo, en el sector TIC, algo de lo que hablábamos en este artículo. Y también en el emprendimiento innovador, como vamos a ver ahora.
De acuerdo con los datos del estudio ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en el emprendimiento innovador’, elaborado por Afi e impulsado por Redeia, en nuestro país hay alrededor de 73.000 hombres emprendiendo en actividades de alta intensidad innovadora, frente a 26.000 mujeres.
Es decir, hay casi tres veces más hombres que mujeres que han iniciado un negocio o proyecto independiente con un enfoque tecnológico con la finalidad es validar un producto, servicio o modelo de negocio innovador y con gran potencial de crecimiento, que es a lo que se refiere el estudio al hablar de emprendimiento innovador.
Como decíamos anteriormente, es fundamental cerrar dicha brecha de género por muchos motivos. Uno de ellos es el económico, ya que esta situación supone un importante lastre para nuestra economía.
“La desigualdad de género no sólo es injusta, sino que además es que nos sale cara. Es importante que los informes que realiza la sociedad para combatir la desigualdad de género, también en los entornos laborales, no sólo nos den los datos de lo que está pasando, sino de lo que se está perdiendo en este país”, comentaba Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, durante el acto de presentación del estudio.
Y dicho coste no es nada despreciable. En concreto, el informe cifra en 5.300 millones de euros el impacto que tuvo la brecha de género en el emprendimiento innovador en nuestro país en 2023, lo que representa el 0,43% del PIB.
Cinco brechas de género
El informe de Afi y Redeia señala que la semilla de esta brecha de género se encuentra en la formación reglada, pero se extiende a lo largo de todo el ciclo de vida de las personas, desde la formación hasta cuando ya han decidido emprender.
Así pues, el estudio identifica cinco brechas de género que existen en el emprendimiento innovador en España y que comienza por la formación reglada en etapas postobligatorias.
Aunque las mujeres son mayoría en los estudios de Formación Profesional relacionados con el emprendimiento, su presencia se ve considerablemente reducida en las áreas vinculadas con el emprendimiento innovador.
Y en la universidad, pese a que las mujeres son mayoría y muestran mejor desempeño académico que los hombres, no están presentes en las carreras universitarias de intensidad emprendedora con enfoque innovador, ya que apenas representan un tercio (33,4%) del total de estudiantes en este tipo de titulaciones.
Afi y Redeia calculan que habría más de 50.000 mujeres emprendiendo si se fomentara su participación en estudios relacionados con el emprendimiento innovador. Esto permitiría que la presencia de mujeres en este ámbito aumentase hasta el 35% en 2030.
La siguiente brecha de género está en la incorporación al mercado laboral, ya que las mujeres suelen emprender menos. El informe detalla que en España hay el doble de trabajadores por cuenta propia que de trabajadoras autónomas. Además, especifica que el 7,5% de los hombres españoles emprendieron en 2023, frente al 6,1% de las mujeres.
El estudio advierte que dicha disparidad en las cifras de emprendimiento se traduce directamente en una pérdida económica. Concretamente, estima que la economía española deja de percibir más de 16.400 millones de euros por ello, lo que representa un coste de oportunidad que asciende al 1,34% del PIB.
La brecha de género persiste después de decidirse a emprender, apreciándose en aspectos como la falta de acceso a la financiación o las diferencias en la autopercepción que mujeres y hombres tienen de sus propias capacidades y conocimientos, así como en la desigual visibilidad y notoriedad públicas observada entre ellos y ellas.
Además, Afi y Redeia subrayan que las mujeres emprendedoras se ven empujadas a arriesgar más, al no solicitar ni recibir la misma cantidad de financiación que los hombres. Cabe señalar que sólo el 7% de las rondas de financiación en Europa en 2023 se otorgaron a equipos fundados exclusivamente por mujeres. Asimismo, las empresas con al menos una mujer fundadora o cofundadora captaron sólo el 18%. Por tanto, el 75% del total de las rondas recaudadas fueron a parar a empresas con equipos fundados únicamente por hombres.
Finalmente, los estereotipos de género y roles latentes en la sociedad incrementan y perpetúan la brecha entre mujeres y hombres en el emprendimiento innovador. Sin embargo, el estudio hace hincapié en que las investigaciones demuestran que son buenas gestoras, ya que las startups fundadas por mujeres generan un 10% más de ingresos que las creadas por hombres y fracasan en un 27% menos de los casos.
De este modo, debemos actuar cuanto antes para tratar de dar solución a este problema. “A diferencia de otras brechas, la del emprendimiento innovador no se cerrará por sí sola y, por tanto, reducirla requiere de medidas y políticas contundentes de promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, como romper estereotipos, mostrar referentes a las niñas, impulsar su formación en estudios vinculados a la innovación, fomentar la participación y visibilidad de las mujeres en empresas, foros o congresos o crear espacios de trabajo inclusivos”, declaraba Beatriz Corredor, presidenta de Redeia.