
En el escenario cambiante de la publicidad digital, cada movimiento de Google es estudiado con atención a nivel global. La reciente noticia de la empresa tecnológica no ha pasado desapercibida y es que Google ha vuelto a posponer el fin de las cookies de terceros, por tercera vez desde 2020. Este nuevo giro en la narrativa del seguimiento de usuarios online plantea interrogantes sobre la dirección que está tomando el sector de la publicidad digital.
La decisión de Google de posponer nuevamente la eliminación de las cookies de terceros, aunque esperable, sigue generando confusión y desconfianza, lo cual puede afectar de forma negativa a la industria en general. Este tipo de acciones pueden interpretarse como un indicio de que los intereses económicos y de monetización de Google pueden no estar completamente alineados con los de los usuarios de Internet.
En un mundo digital en constante evolución, es esencial que la industria considere este momento como una oportunidad para priorizar los intereses del consumidor. Hay que tomar una decisión entre la visión cortoplacista del derecho a dejarse llevar -seguir explotando las cookies de terceros- o apostar por una estrategia para generar el cambio -buscar nuestras propias alternativas que salvaguarden la privacidad de los datos-.
Liderazgo, transparencia y privacidad claves para el futuro de la publicidad digital
La industria de la publicidad digital tiene un potencial extraordinario, por ese motivo es momento de liderarla y tratarla con el respeto que merece, tanto ella como las personas que la consumen. Existen soluciones innovadoras que tienen el objetivo de avanzar en la industria del marketing y la publicidad online en beneficio de las personas, las marcas y los editores.
Potenciar la privacidad y el consentimiento no son sólo mandatos normativos que las compañías publicitarias han de considerar, también el derecho de los usuarios a la hora de elegir recibir el valor de la publicidad a cambio de contenidos, productos y servicios online.
En un panorama donde la confianza del consumidor es un activo inestimable, cada paso en el ámbito de la publicidad digital es crucial. Los constantes cambios y retrasos en la implementación de medidas plantean serias interrogantes sobre la integridad y la transparencia de la industria.
Esta falta de estabilidad no solo puede generar confusión entre los consumidores, sino que también podría erosionar su confianza en las empresas que gestionan sus datos personales.
Es fundamental que las empresas de publicidad y tecnología reconozcan su responsabilidad en esta realidad cambiante y se comprometan a una mayor transparencia y rendición de cuentas. Por ello, debemos mirarnos a nosotros mismos (como marcas, editores y facilitadores de tecnología publicitaria) para asumir un papel de liderazgo en este tema.
Hemos dejado que Google defina y dicte la agenda, mientras que las soluciones siempre han estado en nuestras manos. Las alternativas a las cookies ya están aquí y un 40% del mercado global ya es cookieless.
Como se diría en inglés, las marcas están todas “pescando en el mismo estanque” del 60% del tráfico digital dejando de lado a más de un tercio de sus potenciales compradores. Mientras, los editores sufren la pérdida de ingresos en estos entornos debido a la escasez de demanda. El desequilibrio entre la privacidad, eficiencia de la inversión y la sostenibilidad de la libre información, es evidente.
Es crucial fomentar un entorno competitivo y diversificado en el sector, donde la innovación pueda prosperar y donde las empresas no dependan exclusivamente de las decisiones de un solo actor dominante.