El sector farmacéutico suizo siempre ha sido contemplado desde España con admiración. Y no sin motivo. Esta industria supone en torno al 5% del PIB del país helvético y es su sector más exportador, ya que aporta alrededor de una cuarta parte del valor total de sus exportaciones.
Sin embargo, no hemos de sentirnos acomplejado, puesto que España es el tercer proveedor de productos farmacéuticos de Suiza, sólo por detrás de Alemania y Eslovenia, de acuerdo con los datos del ICEX.
Esto hace que surjan interesantes oportunidades para las empresas de nuestro país, ya que el procedimiento para obtener licencia para la comercialización de productos farmacéuticos en Suiza es uno de los más cortos y eficientes del mundo.
Un exportador español con un producto ya registrado en la Unión Europea tiene que registrarlo ante la autoridad suiza, pero ese procedimiento es relativamente ágil. Y no hace falta llegar a tener los medicamentos totalmente desarrollados y en el mercado, sino que las empresas españolas tienen la oportunidad de vender su tecnología a las grandes farmacéuticas suizas.
Esto es lo que ha hecho la gallega SunRock Biopharma, fundada hace una década por Laureano Simón, que el pasado mes de octubre firmó un acuerdo de licencia con Debiopharm, por el que la suiza podrá utilizar uno de sus anticuerpos para diseñar tratamientos con los que combatir el cáncer.
Una ‘bala inteligente’
SunRock Biopharma se ha especializado en la investigación y desarrollo de anticuerpos terapéuticos y anticuerpos biespecíficos contra dianas en las que se centra la lucha contra el cáncer. Éstos pueden ser empleados para crear anticuerpos conjugados con fármacos (Antibody Drug Conjugates, ADC) con los que desarrollar novedosos tratamientos frente a antígenos específicos de tumor para tratar enfermedades oncológicas con necesidades clínicas no cubiertas.
“Con el tratamiento clásico, hemos intentado matar las células de cáncer, envenenándolas con quimioterapia o destruyéndolas con radioterapia. Estos sistemas han funcionado muy bien para muchos tumores, pero hay algunos que no responden a los tratamientos clásicos. Ahí surge la opción de usar un anticuerpo”, comenta Juan Buela, manager general y mano derecha de Simón en la biotech gallega.
“Nuestro cuerpo se defiende de los virus identificándolos y atacándolos. Pero el cáncer se esconde, poniéndose una ‘careta’ para que el sistema inmunitario no las ataque. Sin embargo, las células cancerígenas tienen una proteína en su superficie que no está en las sanas. Nosotros hacemos una molécula con una proteína que encaja con aquellas y añadimos una ‘bomba química’. Nuestro anticuerpo localiza las células cancerígenas, se engancha a esa proteína y entra dentro de la célula, donde suelta una ‘bomba química’. Es una ‘bala inteligente’ que sólo ataca a las células que tiene que atacar. Esto elimina los efectos secundarios y permite tratamientos mucho más personalizados”, explica.
Este método ofrece muy buenos resultados frente a tumores o cánceres en los que la terapia tradicional no funciona. “Estamos trabajando en cáncer de mamá triple negativo, cáncer de ovarios resistente a terapias, cáncer de páncreas y algunos tipos de cáncer de pulmón que tienen muy mal pronóstico. Son campos en los que hay una necesidad clínica, con pacientes a los que no se les puede dar ninguna solución”, subraya.
Esto es lo que hará la biofarmacéutica Debiopharm, que utilizará los anticuerpos de SunRock para conjugarlos con su tecnología Multilink. Asimismo, la gallega ha licenciado otro de sus anticuerpos a la británica Ellipses Pharma, que actualmente evalúa procesos de escalado de la producción.
Las farmacéuticas asociadas con SunRock Biopharma invertirán más de 50 millones de euros hasta el próximo año para desarrollar los Antibody Drug Conjugates con sus anticuerpos y llevarlos a ensayos clínicos. Además, la propia biotecnológica gallega dedicará 23 millones hasta el ejercicio 2027 para llevar adelante ensayos clínicos de un ADC.
Un modelo de innovación abierta
Uno de los rasgos diferenciales de SunRock Biopharma es su modelo de innovación abierta. La compañía no tiene en nómina a las decenas de investigadores que necesitaría para avanzar en sus desarrollos, sino que trabaja con una red de colaboradores y proveedores externos que se ocupan de realizar sus experimentos diseñados y supervisados por personal propio.
“Muchas veces, necesitas a una persona con una enorme experiencia para llevar a cabo una sola tarea. Y si sale bien, probablemente, no tengas que volver a hacerla hasta uno o dos años después. O quizá nunca. No tiene sentido contratar alguien y comprar el equipamiento necesario para tener después a esa persona sin hacer nada”, explica Buela.
Con esta estrategia de desarrollo, la compañía cuenta con 8 trabajadores en plantilla, de los cuales 6 son doctores que diseñan los experimentos, los supervisan, buscan a las personas adecuadas dentro de su red de colaboradores y toman decisiones para conducir las investigaciones.
Todo esto no sólo abarata sus costes laborales, sino que permite que SunRock Biopharma tenga a su disposición todo el talento del mundo, sin limitarse únicamente al que tiene en nómina.
Pero también tiene inconvenientes, como la disponibilidad de los investigadores cuando se necesiten. Esto obliga a SunRock Biopharma a llevar una exhaustiva planificación de sus experimentos. Además, Buela reconoce que algunos inversores o programas de ayudas públicas no entienden demasiado bien este modelo de desarrollo.
Galicia, tierra fértil para el sector ‘biotech’
SunRock es un ejemplo de éxito del sector biotech gallego, pero no es un caso aislado. Según el último informe de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio), en Galicia hay 66 empresas biotech, el 6,8% de todas las que hay en nuestro país y sólo por detrás de Cataluña (242 empresas), Madrid (168), Andalucía (126%), País Vasco (92%) y la Comunidad Valenciana (84). Pero el biotech gallego es el cuarto en facturación (3,2% del total), tras Madrid (47,8%), Cataluña (35,2%) y Andalucía (3,7%).
“En Galicia tenemos unas universidades y unos centros de investigación relacionados con las Ciencias de la Vida donde hay profesores e investigadores de renombre internacional y que llevan muchos años haciendo las cosas muy bien. La universidad ha apostado por ellos para darles la oportunidad de emprender. Y esto se ha combinado con el apoyo de la Administración. Además, contamos con el clúster Bioga, que agrupa a todas las compañías del sector y que colabora, empuja y ayuda a todas las pequeñas empresas que van surgiendo”, destaca Buela.
La investigación empieza a dar frutos
Tras 10 años de investigación y algún ejercicio en el que ha tenido que sobrevivir sin facturar ni un euro, SunRock Biopharma empieza a recoger los frutos de su esfuerzo. Los ingresos de la empresa dieron un importante salto cuantitativo en 2023, gracias los acuerdos de licencia de sus anticuerpos suscritos con Ellipses Pharma y Debiopharm, con una facturación de 3 millones de euros.
Para este año, espera aumentar sus ingresos un 16,6%, hasta los 3,5 millones de euros. Estos acuerdos de licencia contemplan el pago de una cantidad inicial por la transferencia de tecnología, que se complementa con pagos sucesivos a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, tanto bonus al alcanzar determinados hitos de desarrollo (paso a fase clínica, aprobación del medicamento…) y de comercialización (primera venta en un país, rebasar cierto volumen de facturación, etc.) como un porcentaje sobre las ventas netas de los medicamentos que incluyen sus avances.