El cambio climático es uno de los mayores desafíos que vamos a tener que afrontar en los próximos años. Y toda la sociedad tiene que implicarse, tanto los ciudadanos, como las instituciones y, por supuesto, las empresas.
En este contexto, los préstamos verdes son una opción muy interesante, ya que encajan a la perfección en el marco de desarrollo sostenible que debe guiarnos si queremos cumplir con los objetivos fijados en los ODS de Naciones Unidas.
Los préstamos verdes son muy similares a los convencionales, pero con una diferencia fundamental: tienen que ser destinados a financiar proyectos ecológicos y sostenibles.
Por ejemplo, para proyectos que intenten reducir la huella de carbono o actualizar las infraestructuras empresariales para que entren en la categoría sostenible, como indica Santander.
Aquí encajaría la financiación para la compra de coches eléctricos, híbridos o de combustión alternativa, con una menor o nula emisión de gases de efecto invernadero. También se podría pedir un préstamo verde para instalar placas solares en una nave y reducir así el consumo energético de nuestras instalaciones.
“Al final, todo dependerá del tipo de proyecto y de la entidad financiera, pero para que el banco nos conceda el préstamo nos pedirá que un porcentaje del presupuesto se dedique a mejoras puramente ecológicas”, señala Santander.
Además, para que los proyectos sean considerados para optar a estos préstamos verdes tienen que estar calificados como tales por un organismo externo. “Para ello, existen consultores medioambientales, como CICERO, igeo Eiris, Oekom research o Sustainalytics, que certifican mediante la concesión de un sello verde o green certificate que este instrumento de deuda cumple realmente con los criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno y está alineado con los Green Bond Principles”, detalla BBVA.
Ventajas de los préstamos verdes
Santander especifica que los préstamos verdes ofrecen mejores condiciones para incentivar este tipo de inversiones. “Las entidades financieras que cuentan con un préstamo verde en su catálogo suelen ofrecerlas con un TIN inferior. Esto se debe a la política medioambiental que tienen los prestamistas que los suministran”, detalla el banco.
Además, señala que “con el fin de promover la realización de proyectos medioambientales, la gran mayoría de los prestamistas también han eliminado las comisiones de apertura y estudio en el préstamo verde de su catálogo”.
Las empresas son muy receptivas ante este tipo de incentivos. Según el informe ‘Fostering Sustainability in SMEs’, elaborado por Grupo Generali y la Universidad SDA Bocconi (Milán), el acceso a condiciones financieras más favorables relacionadas con criterios ESG es una de las medidas más valoradas por las pymes consultadas en nuestro país, como contábamos en EMPRENDEDORES.
Pero no sólo se benefician quienes reciben los préstamos verdes, sino también los propios bancos. “Para las entidades financieras, este producto también supone una ventaja. Por un lado, suelen ofrecerlo respaldados por la solvencia económica que presentan los perfiles que adquieren estos productos ecológicos. Por otro lado, pueden beneficiarse de la flexibilidad y los incentivos del Banco Central Europeo. El BCE ofrece una bonificación de hasta el 25% a los bancos que concedan financiación a proyectos sostenibles y ecológicos. Esto permitirá a las entidades que ofrezcan préstamos, hipotecas o bonos ecológicos una menor exigencia en materia de solvencia”, puntualiza el banco.
4 tipos de préstamos verdes
BBVA indica que existen cuatro formatos de préstamos verdes.
Préstamo bilateral. También denominados green bilateral loan. Con garantía corporativa, están formalizados entre la compañía y el banco.
Préstamo sindicado. En este caso, un grupo de varios bancos acuden a financiar la operación con uno de ellos como banco agente medioambiental (green agent). Éste se encarga de gestionar y de centralizar la documentación correspondiente con la agencia de calificación. Este tipo de préstamo se conoce como green syndicated loan.
Línea de crédito revolving. También recibe el nombre de green revolving credit facility. El objetivo de estos préstamos verdes no es financiar proyectos o inversiones verdes, pero sí que se basan en criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno de la compañía, al depender el tipo de interés aplicable del ESG score otorgado por una agencia medioambiental. Cuanto mayor sea dicho ESG score, menos intereses pagará la compañía, y viceversa.
Financiación de proyecto. Estos préstamos se basan fundamentalmente en los flujos de caja a largo plazo generados por un proyecto o porfolio de proyectos, tomando como garantía los activos asociados a los mismos. Por ello, se conocen también como green project finance. El elemento diferenciador es que se estructuran sobre la predictibilidad a largo plazo de los flujos de caja del negocio, basándose sobre negocios regulados o con contratos fijos con sus clientes, proveedores, etc. BBVA reseña que muchos proyectos son susceptibles de conseguir el sello verde, más allá del sector energético.