Nacido en Ginebra (Suiza), en 1975, Jaume Baró es graduado en Economía y en Administración y Dirección de Empresas. Inició su carrera en el ámbito del desarrollo local en el Ayuntamiento de Tordera (2001-2003) para después comenzar una larga trayectoria profesional, de más de 20 años, en Barcelona Activa, la agencia de desarrollo económico de la capital catalana, donde (hasta su nombramiento como Secretario de Empresa y Competitividad de la Generalitat de Cataluña en septiembre de 2024) era el director ejecutivo de Empresa y Emprendimiento.
EMPRENDEDORES: ¿Cuáles son los principales objetivos de su mandato como secretario de Empresa y Competitividad?
JAUME BARÓ: Fortalecer y expandir el ecosistema emprendedor de Cataluña para impulsar la creación de empleo de calidad y nuevas oportunidades es uno de los principales. Desde el Gobierno de la Generalitat queremos transformar nuestro tejido productivo, atraer inversiones, talento y proyectos innovadores a nivel global, consolidando así nuestra posición como un referente internacional en tecnología y vanguardia.
¿Cómo valora el ecosistema empresarial y emprendedor actual?
Cataluña es un referente en emprendimiento y competitividad. Así lo corrobora el último GEM (Global Entrepreneurship Monitor), que constata nuestro liderazgo estatal con una Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) del 7,6% (0,76 puntos más que en 2022-2023). Con este porcentaje, la TEA catalana sigue por encima de la española (de un 6,8%) y recorta diferencias con la europea (de un 8,8%).
Estos buenos datos responden a la solidez de nuestro ecosistema, caracterizado por un tejido empresarial diverso, una fuerte red de startups (la mejor del sur de Europa según StartupBlink), universidades de excelencia, centros tecnológicos punteros y un talento humano reconocido globalmente. Sin embargo, también nos enfrentamos a retos importantes. Debemos seguir trabajando para fomentar la cultura empresarial en Cataluña y su modernización para afrontar los desafíos del siglo XXI. La apuesta por la innovación como motor de competitividad es la clave.
De hecho, el Área de Emprendimiento y Formación de su Secretaría lidera diversos programas e iniciativas que promueven y fomentan la cultura y el espíritu emprendedor e innovador en Cataluña (Emprèncat, Programa Primer, iFest, DonaEmprèn…). ¿Hay alguna área estratégica que quiera priorizar en este mandato?
Seguiremos destinando recursos para fortalecer aún más estos programas, poniendo el foco en tres ejes clave: la innovación, la inclusión y sostenibilidad, y la descentralización. Además, estamos desarrollando un nuevo proyecto: la puesta en marcha de una plataforma online de emprendimiento que actúe como hub o comunidad de referencia para todo el ecosistema. El objetivo es ayudar a los emprendedores de toda Cataluña a iniciar o avanzar en su proyecto empresarial a través de la conexión y la colaboración con otros emprendedores, mentores, inversores… En definitiva, con todos los actores vinculados al ecosistema.
El Área de Emprendimiento y Formación es también responsable de impulsar la Xarxa Emprèn ¿Cuál es su funcionamiento?
Se trata de una red de entidades público-privadas que trabaja de manera alineada, coordinada y eficiente, contribuyendo a generar un ecosistema empresarial más inclusivo, innovador y competitivo. A día de hoy contamos con más de 100 entidades adheridas de forma permanente distribuidas por todo el territorio, incluyendo ayuntamientos, cámaras de comercio, universidades y asociaciones empresariales (entre otras). Para nuestro Gobierno es fundamental que toda persona con una idea de negocio, resida en el Pirineo o en Barcelona, tenga acceso a todos los recursos y el apoyo posibles.
El miedo al fracaso es uno de los principales factores que frena el emprendimiento, especialmente en países como el nuestro dónde existe poca separación entre el riesgo personal y el riesgo de negocio. Así lo señala el Informe GEM edición tras edición, ¿Qué medidas pueden tomarse desde la Administración para revertir esta tendencia?
Efectivamente es fundamental cambiar la percepción cultural del fracaso. Estamos trabajando en varias líneas para abordar este desafío. Éstas incluyen la propia educación emprendedora (con iniciativas como el iFest dirigidas a fomentar la cultura emprendedora entre los jóvenes), la reducción de barreras legales y económicas (que simplifiquen la burocracia y los costes asociados a la creación de empresas), la mejora del acceso a financiación (con nuevas fórmulas que permitan repartir el riesgo entre emprendedores y otras entidades) y el impulso del acompañamiento (con iniciativas coma Xarxa Emprèn, Dona Emprèn o el Programa Primer, que contribuyen a reducir la sensación de aislamiento que a menudo enfrentan los emprendedores).
Barcelona es un polo de atracción de talento y startups. Extender este efecto al resto del territorio es un reto pendiente de superar ¿Es el Programa Primer una de las claves para conseguirlo?
Así es. Nuestro Plan de Gobierno recoge como objetivo clave el impulso de la competitividad de todo el territorio, aprovechando sus potencialidades y respetando sus singularidades y valores naturales y sociales. Y ésa es precisamente la razón de ser del Programa Primer, que (con la cofinanciación del Fondo Social Europeo Plus) permite a los emprendedores desarrollar su proyecto en cualquier punto del territorio, asegurándoles acceso a formación y mentoría, y aprovechando las fortalezas y oportunidades de cada zona.
Y ya por último ¿Qué consejo daría a las personas emprendedoras que están comenzando su camino en este contexto económico global tan cambiante?
Mi consejo es que no tengan miedo a reinventarse y a adaptarse a las circunstancias. Vivimos en un mundo cada vez más dinámico, donde la resiliencia y la capacidad de aprender rápidamente son claves. Además, les animaría a aprovechar todas las herramientas y recursos que tienen a su alcance, como los programas e iniciativas impulsados desde la Generalitat comentados anteriormente. Y, sobre todo, que piensen en grande, pero enfocándose en ofrecer soluciones que realmente aporten valor a la sociedad.