Para bien o para mal, no hay la menor duda de que todo lo que hace Elon Musk, CEO de Tesla, X y SpaceX, tiene una enorme repercusión.
Hace algún tiempo, nos hacíamos eco de un análisis realizado por Investingoal en el cual se ponía de manifiesto que Musk es el empresario que más interés despierta entre los internautas, basándose en las búsquedas realizadas en Google.
De acuerdo con sus datos, el CEO de Tesla generaba casi 11 millones de búsquedas al mes, cinco veces más que otras grandes figuras como Bill Gates, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg, fundadores de Microsoft, Amazon y Facebook, respectivamente.
Y ahora mismo no hace falta buscar a Musk en Google, porque el empresario de origen sudafricano está hasta en la sopa. Su irrupción en el mundo de la política de la mano de Donald Trump ha provocado que no haya día en el que Musk no aparezca en las noticias.
Como es bien sabido, el millonario lidera el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge) creado por el presidente estadounidense con el fin de desmantelar la burocracia gubernamental, reducir el exceso de regulaciones, recortar gastos innecesarios y reestructurar las agencias federales, según las palabras del propio Trump, recogidas por la BBC.
Sin embargo, este nuevo organismo no forma parte de su gobierno, sino que se supone que actúa como un departamento que brinda asesoramiento desde fuera del mismo, con el objetivo de “crear un enfoque empresarial para el gobierno nunca antes visto».
De este modo, Musk está aprovechando la motosierra que le regaló el presidente argentino, Javier Milei, para realizar infinidad de recortes: freno a la contratación de personas en “puestos innecesarios”, la eliminación de las políticas de diversidad, equidad e inclusión, la paralización de “pagos indebidos a organizaciones extranjeras”, etc. Así, el Doge asegura que ahorra aproximadamente 1.000 millones de dólares de gasto gubernamental cada día, tal y como proclama en su cuenta en X.
Aunque lo cierto es que, pese a llevar la eficiencia por bandera, parece que quienes trabajan en este departamento no lo son tanto, ya que cometen errores de bulto a la hora de contabilizar dichos recortes, como recoge Maldita.es.
Por ejemplo, el Doge afirma haber ahorrado 8.000 millones de dólares al cancelar un contrato que realmente estaba valorado en 8 millones. También contabiliza tres veces uno de los recortes efectuados a USAID. Asimismo, recoge la cancelación de un contrato por 1.900 millones que finalizó durante la administración anterior y otro con la Guardia Costera que venció hace 20 años. Y se apunta un recorte de casi 232 millones al presupuesto de la Seguridad Social, cuando en realidad fue de 560.000 dólares.
Tesla sufre con la exposición de Musk
Si Tesla hace las cuentas de la misma manera que el Doge, está en serio peligro, ya que los analistas financieros son bastante rigurosos a la hora de revisar los datos económicos de las empresas. Si ellos emiten una alerta, pueden echarse a temblar.
En EMPRENDEDORES ya hemos hablado alguna ocasión de las dificultades que está teniendo la marca de coches eléctricos de Musk para alcanzar sus objetivos, dando lugar importantes caídas en la cotización de sus acciones.
Pero todas estas crisis se quedan en nada si las comparamos con el varapalo que está sufriendo la valoración de Tesla en los últimos meses.
Los títulos de la empresa iniciaron un rally al alza justo después de la victoria de Trump en las elecciones presidenciales, día en el que cotizaban a 251,44 dólares. Poco más de un mes después, el 17 de diciembre, cerraban el día con un valor de 479,86 dólares, lo que supone un crecimiento de casi el 91%.
Sin embargo, las acciones de Tesla no han dejado de deslizarse hacia abajo en una peligrosa pendiente desde tal fecha. De hecho, ya valen menos que antes de los comicios, situándose en una cotización en torno a los 220-230 dólares.
Como consecuencia de ello, la exposición de Musk ha hecho que la valoración de la empresa se haya reducido a la mitad en apenas tres meses, dejándose por el camino alrededor de 700.000 millones de dólares de capitalización, como informaba Cinco Días.
Uno de los motivos que explican este desplome son las excesivas expectativas depositadas en que la cercanía del CEO con el presidente de Estados Unidos beneficiaría a la empresa, algo que se vio reflejado en el repunte de las acciones tras la victoria de Trump.
Además, algunos inversores piensan que su implicación en el Doge está convirtiéndose en una peligrosa distracción para Musk.
Tampoco ayudan a Tesla las apariciones de su CEO realizando gestos que parecen ser el saludo nazi, si es que no lo son realmente, como relataba The New York Times.
Este gesto ha provocado la reacción de muchos consumidores, que están salpicando las redes sociales con sus vídeos en los que muestran cómo se deshacen de sus vehículos Tesla por los desmanes de Musk. Uno de los que más ruido generó fue el que publicó en Instagram la cantante Sheryl Crow.
Asimismo, algunos dueños de vehículos Tesla se están encontrando con pegatinas con la palabra ‘Swasticar’ adheridas a sus coches. Y para evitarlo, son muchos los que están poniendo pegatinas ‘preventivas’, indicando que compraron su automóvil antes de la deriva trumpista de Musk
La respuesta de su amigo Trump no se ha hecho esperar y hace unos días escenificó la compra de un par de coches Tesla en la misma puerta de la Casa Blanca, como muestra de apoyo al hombre más rico del mundo, como publicaba El País. Habrá que esperar para ver si es suficiente para contrarrestar la caída de la compañía.