Seleccionada a través de una combinación de resultados de votación, comentarios públicos y análisis de los datos lingüísticos de la Oxford University Press (OUP) brain rot, traducible al castellano como podredumbre cerebral, ganó en prominencia en 2024 como un término utilizado para capturar preocupaciones sobre el impacto del consumo excesivo de contenido en línea de baja calidad, especialmente en las redes sociales.
Definida como “el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto como el resultado del consumo excesivo de material (particularmente contenido online) considerado trivial o poco desafiante”, el uso de la expresión brain rot vio un aumento del 230% en su frecuencia en 2024 respecto al año anterior.
La Oxford Word of the Year es una palabra o expresión que refleja un tema definitorio de los últimos doce meses, bien por su potencial como un término de significado cultural duradero, bien proporcionando una instantánea de la sociedad en un momento determinado. Con esta iniciativa, se quiere destacar el lenguaje que refleja los cambios culturales, patrones y sentimientos de un año en particular.
Para identificar la palabra del año, expertos de la OUP rastrean candidatos a través de un corpus de 26 mil millones de palabras de datos lingüísticos globales. Palabras previas elegidas por OUP han sido selfie (2013); climate emergency (2019); o vax (vacuna) (2021). El año pasado, la palabra ganadora fue rizz, término muy utilizado por la generación Z para referirse a “estilo, encanto o atractivo”.
El término Brain rot no es nuevo. Se remonta a 1854, acuñado por Henry David Thoreau en su libro Walden donde habla de la podredumbre cerebral, aunque actualmente el significado de la expresión se asocia al impacto negativo del consumo excesivo y baja calidad de contenido en línea procedente, sobre todo, de las redes sociales.
Del ‘brain rot’ al ‘brand rot’
Aprovechando la expresión de moda, el número 16 de Informex Informales, boletín periódico publicado por Presidentex, aborda el tema del brain rot y el “uso incontrolado de material digital, falto de una mínima sustancia intelectual edificante”, pero en referencia también a las marcas envueltas voluntariamente en las redes sociales “tratando, muy equivocadamente, de obtener algún rédito de notoriedad, mediante su aparición en un entorno tan hostil para la publicidad”.
El riesgo, según este colectivo, es que el brain rot derive en lo que ellos denominan brand rot como una posible expresión que aluda al “perjuicio causado a las marcas cuya imagen (esa por la que tanto han venido luchando durante décadas sus propietarios) se contagie de la podredumbre que ya ha infectado a las audiencias de unas redes que no reparan en esfuerzos para convertir a sus incautos usuarios (y, en particular, a los más jóvenes) en adictos; es decir, en individuos incapaces de reaccionar ante la desinformación o frente a esos elementos polarizantes, tan peligrosos hasta para la propia democracia», afirman.
En esta línea hacen un llamamiento de vigilancia a las marcas para no destruir “con extrema facilidad” algo que cuesta tanto construir. “Estar inmersa en un contexto desacreditado desde un punto de vista ético, intelectual o formal, es más que suficiente para que una marca corra ese riesgo. Algo que muchos anunciantes no acabarán de entender… hasta que sea demasiado tarde para sus marcas. Es un peligro grave, que afecta, sin avisar, a todos los que no cuidan, con el suficiente esmero, a su activo más valioso”, advierten.
