El Registro de Economistas Forenses (REFOR) preveía para el año 2024 un total de 33.623 concursos de acreedores en España, bastante más que el año anterior cuando alcanzaron la cantidad de 21.298.
No obstante, las consecuencias de la DANA hacen prever que los cálculos del REFOR se hayan quedado cortos porque son muchas las empresas que se están planteando el concurso de acreedores para deshacerse del atolladero en el que se encuentra.
Existe, no obstante, un instrumento preconcursal bastante desconocido y que podría preservar la continuidad de la empresa, proteger los intereses de los acreedores y evitar la destrucción de empleo. Nos referimos a los Planes de Reestructuración (PdR) de deudas.
La figura fue introducida en el ordenamiento jurídico en 2022 con la reforma de la Ley Concursal al objeto de que autónomos y negocios de cualquier tamaño puedan superar situaciones de insolvencia sin tener que recurrir a la declaración de un concurso de acreedores.
Una guía para los interesados en acogerse a esta fórmula, la presentaron hace unos días conjuntamente la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y el Consejo General de Economistas (CGE).
¿Qué son los planes de reestructuración de deudas?
Los planes de reestructuración los definen desde la CGE como “una herramienta preconcursal creada para solucionar los problemas a nivel operacional y financiero de una empresa. Permiten modificar las condiciones o estructura del activo, del pasivo o de los fondos propios de una sociedad. Su objetivo es evitar la insolvencia –o salir de ella– evitando el concurso de acreedores y permitir que la actividad económica de la empresa pueda continuar”.
A dichos planes se les supone de especial utilidad para autónomos microempresas y pymes que atraviesan problemas, pero no quieren clausurar el negocio. De hecho, desde la entrada en vigor de los planes de reestructuración, el 40% de los presentados corresponden a microempresas, mientras que las pequeñas han elaborado el 28%.
¿Qué tienes que hacer?
Conforme a la guía rápida sobre los planes de reestructuración de deudas que pueden presentar los autónomos y negocios, desde el REFOR, anticiparon en la presentación del documento algunos de los pasos que deben seguir los autónomos o negocios que se declaren insolventes para poder utilizar el mecanismo del plan de reestructuración. Estos son algunos:
Evaluar la situación financiera para determinar si está en riesgo de insolvencia.
Iniciar negociaciones con los acreedores para proponer un plan de reestructuración.
Elaborar un plan detallado que incluya medidas para reestructurar la deuda, modificar la estructura de capital o vender activos.
Presentar el plan de reestructuración ante el juzgado correspondiente.
El juzgado será en última instancia el que revise la documentación presentada y homologará el plan. Luego serán los acreedores quienes, en un proceso de votación, decidan si el plan es oportuno o no. No es necesario el apoyo unánime de todos los acreedores.
La información que debe constar en el PdR de deudas
Identidad del deudor.
Identidad del ER (si hubiera sido nombrado).
Descripción de la situación económica, la situación de los trabajadores y las causas y alcance de las dificultades del deudor.
Activo y pasivo en el momento de la formalización del PdR.
Acreedores afectados por el PdR, con expresión del importe de su crédito, del importe de sus intereses y de la clase a la que pertenecen.
Si el PdR afecta a los derechos de los socios, el valor nominal de sus acciones o participaciones sociales.
Si el PdR afecta al crédito público, incluir la acreditación de encontrarse al corriente en el cumplimiento de las obligaciones tributarias y frente a la Seguridad Social (certificaciones).
Si el PdR resuelve contratos con obligaciones recíprocas pendientes de cumplimiento, indicarlos.
Acreedores o socios no afectados por el PdR, individualmente o descritos por clases. Razones de la no afectación.
Medidas de reestructuración operativa propuestas, su duración, los flujos de caja estimados y las consecuencias globales para el empleo (despidos, acuerdos sobre reducción de jornada…).
Medidas de reestructuración financiera de la deuda.
Exposición de las condiciones necesarias para el éxito del PdR y de las razones por las que ofrece una perspectiva razonable de garantizar la viabilidad de la empresa, en el corto y medio plazo, (tres años) y evitar el concurso del deudor.
Una vez elaborado, el plan deberá remitirse a todos los acreedores del negocio, tanto públicos como privados.
Más contenido del plan
Según explicaron desde la CEOE y el REFOR, el plan deberá contener “propuestas para modificar los activos, pasivos o fondos propios del negocio deudor, ya sea en su composición, condiciones o estructura.
En cuanto a las condiciones que se pueden modificar en el plan sobre los créditos privados, los autónomos y negocios insolventes pueden modificar ciertas condiciones de los préstamos que mantengan pendientes. Entran aquí el importe total, los plazos, los intereses o las garantías personales, entre otros.
Además, se podría convertir en otro tipo de crédito, como uno participativo o subordinado, así como en acciones o participaciones sociales.
Condiciones especiales para pymes
La guía de CEOE y el CGE recoge algunas condiciones especiales a las que tienen derecho las pymes cuando elaboran un plan de reestructuración. Entre ellas, que éste podría ser homologado por los jueces, aunque no haya sido aprobado por todos los acreedores.
Asimismo, existe un modelo oficial para el plan de reestructuración de las pymes, que se encuentra disponible en la sede judicial electrónica.
Una vez formalizado, el plan de reestructuración de deudas debe ser formalizado en instrumento público ante notario, incluyendo la certificación de suficiencia de las mayorías.
Según los expertos, un plan de reestructuración bien diseñado no solo aborda las urgencias financieras, sino que también permite a la empresa redistribuir sus recursos, optimizar procesos y fortalecer su posición en el mercado. La clave estaría en actuar a tiempo y no esperar a que los daños financieros sean irreversibles