En su barómetro mensual, Acotex (Asociación Nacional del Comercio Textil, Complementos y Piel) señala cómo en el mes de diciembre las ventas subieron el 0,9%, con lo que el acumulado anual se queda en el 2,8% respecto al 2022.
“Se cierra así un año complicado, con un incremento en las cifras, aunque menos del esperado”, señalan los responsables de este análisis. “En este sentido, la campaña de Navidad no ha sido como esperábamos. Venimos notando desde hace meses que el consumo, al menos en textil, se está ralentizando, que el cliente tiene menos renta disponible y la ropa no es una de las prioridades de consumo; antes, está salir a comer/cenar o hacer algún viaje o comprar productos de tecnología”, resumen desde Acotex.
Estas sensaciones enlazan, en cierto modo, con una de las conclusiones de la decimotercera edición del Barómetro Veepee-Modaes de Empresas de Moda en España, un estudio patrocinado por Veepee y elaborado por Modaes a partir de los testimonios de una muestra de 300 compañías españolas de moda.
Un optimismo controlado
Presentado en octubre, el informe refleja que las empresas mantienen el optimismo, aunque con más cautela. En un contexto definido por la inestabilidad internacional y la amenaza de un debilitamiento del consumo, el 70% preveía aumentar su facturación en 2023, doce puntos menos que el año anterior, cuando el 82% de las compañías aumentó sus ingresos, “un resultado marcado por la recuperación de la normalidad social y por la situación geopolítica y económica internacional”.
En línea con lo anterior, el 48% de las firmas encuestadas apuntaba a un aumento de su plantilla en ese periodo; en 2022, mientras, el 51% incrementó su equipo, el 42% lo mantuvo estable y el 7% lo redujo.
En general, en esta edición del Barómetro Veepee-Modaes se modera el optimismo de las empresas: el 63% cree que la situación del mercado de la moda es regular y el 9% que es mala; en 2022 el porcentaje que creía que la situación era regular se situaba en el 57%, mientras que el 8% la calificaban de mala. De hecho, el porcentaje de empresas que la valoran como buena se sitúa en el mínimo histórico, con el 28%, frente al 32% del anterior ejercicio.
El retail es el canal preferido
El barómetro destaca en paralelo la apuesta renovada por el canal físico, lo que se traduce en un aumento del 38% en el porcentaje de compañías que apuesta por el retail como canal más importante a medio y largo plazo, 16 puntos por encima del dato registrado en 2022.
Por otro lado, sólo el 22% considera el canal online como el más relevante en su estrategia de distribución actual y de futuro, mientras que hace un año este porcentaje se situaba en el 37% (en 2021 y 2020 era del 46% y 59%, respectivamente).
Además, la barra libre de los envíos gratuitos parece haber llegado a su fin. En 2023, el porcentaje de empresas que cobraban por los envíos se sitúa en el 14%, cinco puntos más que en el ejercicio anterior. En paralelo, el 60% ya cobra por las devoluciones online, mientras que este porcentaje era del 49% en 2022.
Tendencias y retos futuros
Entre las tendencias de futuro, hay un claro perdedor, el metaverso, que pasa de ser señalada por el 20% de las firmas en 2022 a sólo el 2% en 2023. En este artículo de Emprendedores nos planteábamos, precisamente, si metaverso ha muerto o si sigue habiendo nuevas oportunidades.
En cuanto a los retos, destaca el cambio en la autopercepción de las empresas en materia de sostenibilidad. A partir de aquí, el 13% de los principales operadores confiesa no estar nada preparado para afrontar los cambios en este ámbito, en comparación con el 10% del ejercicio 2022; el 67%, por su parte, dice estar parcialmente preparada.
Y cada vez más compañías reconocen que la legislación es el principal factor por el cual la sostenibilidad es relevante para sus organizaciones: así lo afirma el 22%, mientras que para el 39% es cuestión de reputación y para el 31%, porque así lo exige el cliente.
¿Y el consumidor?
Por primera vez, el informe incluye además datos que aportan la perspectiva del consumidor, ofrecidos por Kantar. Entre las principales conclusiones se encuentra que el 41,1% asegura haber dejado de comprar productos de moda por su precio, el 69,7% controla los gastos para ahorrar y el 30,5% estaría dispuesto a pagar más por prendas fabricadas con tejidos ecológicos o sostenibles.